Hay películas que la primera vez que las ves te llegan muy dentro y sabes que no las vas a olvidar y que vas a volver a ellas de vez en cuando. Películas imperecederas con personajes inolvidables cuyas imágenes se quedan grabadas a fuego en tu memoria. Para mí, uno de esos filmes es 'Matar a un ruiseñor (To kill a mockingbird)'.
Basada en la novela de Harper Lee, tanto libro como película ponen de manifiesto unos EE.UU. nada idílicos. Más bien al contrario. Nos muestran una sociedad depauperada e ignorante, tremendamente injusta, que desprecia y oprime a quien perciben como diferente, sea tanto por el color de su piel como porque tengan alguna característica física o mental que ellos consideran alejada de la normalidad. La obra, por medio de los recuerdos de su protagonista, nos lleva a principios de los años 30, en plena depresión económica, época en la que las reivindicaciones de la comunidad negra difícilmente salían a la luz y los esbozos que aparecían se intentaban borrar rápidamente por aquellos que sin razón se creían superiores.
'Matar a un ruiseñor' es una historia sobre la infancia, sobre el despertar a la vida, sobre el aprendizaje y la maduración. Un relato acerca del descubrimiento del mundo que nos rodea, de los otros, con todos sus claroscuros. Y es, además, un canto a la igualdad de todas las personas; a una igualdad efectiva y real tanto en nuestra convivencia diaria como respecto a nuestros derechos y ante la justicia. Es asimismo un alegato contra la estigmatización.
Situándonos en el contexto de su publicación y estreno, no hay que dejar pasar la valentía de texto y película. Estamos a principios de los años 60, época de gran conflictividad racial en EE.UU. 'Matar a un ruiseñor' es una de las más potentes reivindicaciones de la igualdad que salieron de Hollywood. En esta época, la lucha de los afroamericanos en EE.UU. contra las leyes segregacionistas, en defensa de sus derechos, estaba en un punto álgido. Cada cual a su manera y con sus reclamaciones, podemos nombrar a título de ejemplo la NAACP (National Association for the Advancement of Coloured People's), Richard Wright, Nina Simone, Joséphine Baker, Thurgood Marshall, Martin Luther King, Malcolm X...
Basada en la novela de Harper Lee, tanto libro como película ponen de manifiesto unos EE.UU. nada idílicos. Más bien al contrario. Nos muestran una sociedad depauperada e ignorante, tremendamente injusta, que desprecia y oprime a quien perciben como diferente, sea tanto por el color de su piel como porque tengan alguna característica física o mental que ellos consideran alejada de la normalidad. La obra, por medio de los recuerdos de su protagonista, nos lleva a principios de los años 30, en plena depresión económica, época en la que las reivindicaciones de la comunidad negra difícilmente salían a la luz y los esbozos que aparecían se intentaban borrar rápidamente por aquellos que sin razón se creían superiores.
'Matar a un ruiseñor' es una historia sobre la infancia, sobre el despertar a la vida, sobre el aprendizaje y la maduración. Un relato acerca del descubrimiento del mundo que nos rodea, de los otros, con todos sus claroscuros. Y es, además, un canto a la igualdad de todas las personas; a una igualdad efectiva y real tanto en nuestra convivencia diaria como respecto a nuestros derechos y ante la justicia. Es asimismo un alegato contra la estigmatización.
Situándonos en el contexto de su publicación y estreno, no hay que dejar pasar la valentía de texto y película. Estamos a principios de los años 60, época de gran conflictividad racial en EE.UU. 'Matar a un ruiseñor' es una de las más potentes reivindicaciones de la igualdad que salieron de Hollywood. En esta época, la lucha de los afroamericanos en EE.UU. contra las leyes segregacionistas, en defensa de sus derechos, estaba en un punto álgido. Cada cual a su manera y con sus reclamaciones, podemos nombrar a título de ejemplo la NAACP (National Association for the Advancement of Coloured People's), Richard Wright, Nina Simone, Joséphine Baker, Thurgood Marshall, Martin Luther King, Malcolm X...
Harper Lee publicó "Matar a un ruiseñor", la que sería su única novela, en 1960. Fue un bombazo reconocido con el premio Pulitzer. Para su obra, Lee se inspiró en su propia infancia. Su padre, Amasa Lee, sirvió de modelo para el personaje de Atticus Finch. Amasa, al igual que el personaje, fue abogado y había defendido en en 1919 defendió a dos hombres negros acusados de asesinato. Tras su condena nunca más asumió ningún caso relacionado con un crimen.
El padre de Lee era también director y editor del periódico de Monroeville. Para la creación del caso y del personaje de Tom Robinson se habla de varias posibles influencias. Una de ellas la habría conocido la escritora a los diez años, cuando una mujer blanca de cerca de Monroeville acusó a Walter Lett, un hombre negro, de haberla violado. La historia y el juicio fueron cubiertos por el periódico del padre de Lee y el hombre fue condenado a muerte. Tras la aparición de varias cartas asegurando que Lett había sido falsamente acusado, su sentencia fue conmutada por cadena perpetua.
El personaje de la niña, "Scout" y de su amigo "Dill" Harry están inspirados en ella misma y su buen amigo Truman Capote y en las vivencias que compartieron en Monroeville (Alabama). El personaje del misterioso "Boo" Radley se basa en sus recuerdos de un tal Alfred "Son" Bouleware, que vivía con sus padres, recluido a causa de un incidente de vandalismo en el que había estado involucrado, en una casa ruinosa con las ventanas tapiadas a escasos metros del hogar de la familia Lee. Por otro lado, Maycomb, el lugar ficticio donde se desarrolla la novela, es un trasunto de Monroeville.
Aunque Universal Pictures no se mostró interesada al principio en adaptar la novela, Alan J. Pakula supo ver las posibilidades que encerraba el texto y convenció a Robert Mulligan (que también la co-produjo) para que se encargara de la dirección, convirtiéndose en la segunda colaboración del combo Pakula-Mulligan tras 'El precio del éxito (Fear strikes out, 1957)'. Y así, se puso en marcha el proyecto. El rodaje se llevó a cabo entre febrero y mayo de 1962.
De la guionización de la novela se encargó Horton Foote, quien de primeras no se mostró demasiado entusiasmado, ya que veía difícil hacer justicia al texto original. Obtuvo el Oscar a Mejor guión adaptado. Mención aparte merece la banda sonora compuesta por Elmer Bernstein, que crea con sus melodías la atmósfera perfecta para la maravillosa fotografía en blanco y negro concebida por Russell Harlan.
En la fase de preproducción, Pakula y Mulligan fueron a Monroeville con la intención buscar localizaciones. Pero se dieron cuenta de que la zona había cambiado mucho desde los años 30, momento en que se desarrolla la acción, así que se decidió construir en los estudios de la Universal los decorados precisos. El equipo de dirección artística y decorados dispuso de 225.000 dólares para crear Maycomb. La reconstrucción fue tan espectacular que dejó fascinada a Harper Lee. El trabajo tuvo su recompensa en forma de estatuilla, ya que recibieron el Oscar a Mejor dirección artística y escenografía en blanco y negro.
Para encarnar a Atticus Finch se pensó en un principio en Rock Hudson. También estuvo en la mente de la Universal James Stewart, que lo rechazó por considerar el guión "demasiado liberal" y por temor a que la película creara demasiada controversia. Gregory Peck leyó la novela tras recibir la propuesta, e inmediatamente confirmó que haría el papel. Para prepararlo, entabló amistad con el ya octogenario Amasa Lee, (como vimos arriba, el padre de Harper Lee), quien murió antes de empezar el rodaje de la película. Sin duda, este papel se convirtió en una de las más grandes interpretaciones de Peck, que construyó un personaje inmortal. La interpretación de Atticus, ese hombre capaz de enfrentarse a todos por luchar contra la injusticia social y el racismo imperante en la sociedad, tanto puertas adentro como puertas afuera del tribunal, hizo que el actor (en la que era su quinta nominación) consiguiera por fin el Oscar como Mejor actor de película dramática. También se hizo con el Globo de Oro. Y en Italia se llevó el David de Donatello al Mejor actor extranjero.
Mary Badham (nominada al Oscar), Philip Alford y John Megna interpretan a la niña "Scout" Finch, a su hermano "Jem" Finch y a su compañero de juegos "Dill" Harry. Megna es el único de los tres que ya había representado algún papel en televisión. Pero aunque para los tres supusiera su primer rol en la gran pantalla, se desenvuelven a las mil maravillas y nos ofrecen unas actuaciones de quitarse el sombrero.
'Matar a un ruiseñor' también fue el filme con el que debutó Robert Duvall, que ya tenía 31 años, interpretando a Arthur "Boo" Radley. Lo recomendó Horton Foote, que le había conocido unos años antes. Duvall, para preparar su personaje, pasó seis semanas encerrado en su casa, alejado de la luz solar y se tiñó el pelo de un rubio casi blanco.
El papel de Tom Robinson, la persona injustamente acusada, lo interpreta Brock Peters, que estaba dando sus primeros pasos en el cine. Se había dado a conocer con 'Carmen Jones' y 'Porgy and Bess' de Otto Preminger.
El estreno tuvo lugar el 25 de diciembre de 1962 en Los Angeles. Participó en la XVII Edición del Festival de Cannes en mayo de 1963, donde Mulligan ganó el Premio Especial Gary Cooper.
'Matar a un ruiseñor' no se llevó el Oscar a Mejor película, que recayó en 'Lawrence de Arabia', de David Lean. Podéis consultar los múltiples premios y nominaciones que recibió 'Matar a un ruiseñor' aquí.
Aparte de los enlaces que hay esparcidos por la entrada, os dejo por si a alguien pudiera interesarle, unas referencias bibliográficas:
- Urra, J., Compadre, A. y Romero, C., "Jauría humana: Cine y psicología", Ediciones Gedisa, 2004.
- Barroso, M.A., "Las cien mejores películas del siglo XX", Ediciones jaguar, 2010.
- "Nosferatu (Revista de cine nº 32)", Especial Cine y derecho, 2000.
Aparte de los enlaces que hay esparcidos por la entrada, os dejo por si a alguien pudiera interesarle, unas referencias bibliográficas:
- Urra, J., Compadre, A. y Romero, C., "Jauría humana: Cine y psicología", Ediciones Gedisa, 2004.
- Barroso, M.A., "Las cien mejores películas del siglo XX", Ediciones jaguar, 2010.
- "Nosferatu (Revista de cine nº 32)", Especial Cine y derecho, 2000.
¡Qué entrada tan interesante e informativa de tan gran film! He llegado casi de casualidad hasta este blog y, tras leer esta entrada y unas cuantas más, he de decir que me ha encantado.
ResponderEliminarPues bienvenido, Roy D. Mustang. Encantados de tenerte por aquí :-)
EliminarSin duda, un peliculón que ya estaba tardando en aparecer en este blog.
Una maravilla de peli. Emocionante y aleccionadora en el sentido positivo y humano de la palabra. No me extraña que se le viniera poniendo en los coles a los niños de los EEUU poco después de su estreno para su buena educación. Personajes como Scout, o su padre, el popular Atticus Finch, son emblemáticos, ejemplos de moralidad.
ResponderEliminarUn abrazo, Gourmet. Excelente, gran entrada.
Una película imprescindible, Javier.
EliminarA mí tampoco me extraña que pusiera en los coles. Bien sabemos de la eficacia del cine como apoyo en la educación. De hecho no estaría mal que se siguiera poniendo...
"...que SE pusiera..., quería decir.
EliminarPeliculón. Inolvidable. Unos personajes de carne y hueso, todos muy creibles.Será porque se basa en experiencias reales y el libro es estupendo.
ResponderEliminarSiempre que la reviso ( y lo hago cada cierto tiempo) me emociona. Creo que es el personaje del que Gregory Peck dijo "..sería capaz de indentificarme con él y caminar en sus zapatos..tambien conocia a esos niños porque mi infancia fue muy parecida, corriendo descalzo y subido a los árboles.." Y lo bordó. Todos están geniales.
Me ha gustado mucho leer ésta reseña, Gourmet
Besos
Pues mira, Abril, el libro lo tengo pendiente. Está en el taco de "Siguientes". Ya casi le toca :-)
EliminarLos personajes están muy bien dibujados y magníficamente interpretados. Atticus Finch para mí está entre los mejores personajes de la historia del cine, tanto en cuanto el personaje en sí como por la interpretación de Peck.
Gourmet, Muchas gracias por tu magnifica entrada. Muchas gracias por avisar con tiempo, ya que he tenido la oportunidad de volver a ver esta película, que como dice Abril, hay que ver cada cierto tiempo.
ResponderEliminarLa verdad es que viendo a Gregory Peck, uno se siente reconciliado con la raza humana. Da gusto ver a una persona íntegra, capaz de enfrentarse a la comunidad por defender aquello en lo que cree. Sinceramente, es una película que habría que ver mas a menudo.
Estoy de acuerdo, Alberto. Es de las que hay que ver de vez en cuando.
EliminarDe Atticus Finch, aparte de su faceta de abogado, me encanta su faceta de padre. Su forma de tratar y educar a sus hijos.
Yo también la decidí verla de nuevo anoche, a mi la historia paralela al tema principal de la peli (la defensa de los derechos de las personas de color), me refiero a lo que es la historia del micro mundo de los tres niños encabezados por la rebelde scout, me recuerda mucho al libro de Tom Sawywer o la historia de Huckelberry Finn, recuerdo como los niños se hacían sus ideas acerca del indio Joe, aquí esa figura la ocupa Boo.
ResponderEliminarDespues me gustan muchisimos momentos de la peli pero hay uno que me parece sublime sobre todos, me refiero a la mirada de Aticus ante aquel hombre que acaba de escupirle en la cara, ese rostro de Peck es uno de los recursos mas fantasticos que he visto nunca, como decir tanto sin pronunciar una sílaba.
Para aquellos que no la conozcáis, altamente recomendable.
Saludos y felicidades Gourmet.
La historia de los niños es fantástica, sin duda.
EliminarComo dices, hay muchos momentos dignos de mención. Una de las imágenes que siempre me viene a la cabeza cuando pienso en esta película es la de Scout en el disfraz de jamón. Sobre todo porque me parece genial cómo se utiliza un detalle que en otro contexto podría resultar hasta divertido, para cargar de mucha más dureza si cabe la escena del regreso a casa tras la fiesta.
... Me encanta el reflejo de la infancia en esta película... desde esa música nostálgica que surge ya en los créditos y esa caja de juguetes y tesoros ocultos que nos va desvelando mucho del mundo que vamos a observar... desde ojos de niños. La película emplea una voz en off, de Scout, y nos introduce en lo que va a ser un mundo de recuerdos y ensoñaciones. Y ante todo el retrato de un hombre, el padre de los niños, Atticus. Es una película contada a través de la mirada de una mujer que recuerda su infancia y recuerda a su padre y el mundo que los rodeaba. Una mirada que recuerda la inocencia de aquellos años pero que ya entiende mucho más... Y sabe dar importancia a los acontecimientos de aquel verano...
ResponderEliminarSí, siempre es bueno volver a verla.
La novela de Harper Lee es también maravillosa.
He disfrutado leyéndote.
Besos
Hildy
Es que la música es maravillosa, Hildy. El modo de narrar las vivencias de Scout de niña vistas desde la Scout adulta es magnífico... Vamos, que es que creo que 'Matar a un ruiseñor' es una película, como ya dije, imprescindible.
EliminarLa novela creo que va a ser mi siguiente lectura :-)