"Ya tuvo que llegar el listo a jorobar la película". Algo así han debido pensar muchos guionistas al leer este libro.
Sergio L. Palacios, autor de este libro y profesor de física, comenta muchos de los errores científicos (o tal vez licencias) cometidos por los guionistas de las películas de ciencia-ficción y de los cómic.
De una forma amena y sencilla, sin perderse en complicadas ecuaciones o interminables demos- traciones matemáticas, analiza las situaciones mas comunes en las películas y las somete a las leyes de la física y como era de esperar, no suelen salir bien paradas.
Ya en el primer capítulo, las omnipresentes armas láser que salen en cualquier película de ciencia-ficción que se precie, se llevan un pequeño repaso. El autor explica el concepto de láser y su característica principal, que es la baja dispersión del haz de luz generado por el láser, para a continuación demostrar que es imposible ver los disparos de un arma láser en el vacío, como se puede ver en infinidad de escenas de combate espacial, ya que no hay dispersión de la luz. Así mismo, el poder destructivo de un láser está mas relacionado con el calor que con la fuerza que puedan impactar los fotones en la nave enemiga y por lo tanto, nunca podrán producir esas sacudidas tan espectaculares que vemos en un montón de películas.
El segundo capítulo constituye un análisis de las velocidades, aceleraciones y por lo tanto fuerzas a las que están sometidas los platillos volantes y por supuesto, caen los mitos de las súbitas aceleraciones y cambios de trayectoria de los mismos, so pena de someter al platillo y sus ocupantes a fuerzas de varios miles de "g's".
Siguiendo con los viajes espaciales, el siguiente paso es explicar el principio de acción y reacción y, por ende, como se mueve un cohete, calculando la masa necesaria que habría que eyectar para alcanzar un velocidad "tan miserable" como un décimo de la velocidad de la luz. Adiós a cruzar la galaxia mientras toman el aperitivo.Está claro que una historia en la que los protagonistas se hagan viejos mientras cruzan la galaxia no resulta emocionante... ¿O tal vez si....?
Sin embargo, parece que se abre un rayo de esperanza con el uso de anti-materia como combustible. No obstante, esta esperanza no dura demasiado dadas las dificultades de obtener y manipular la anti-materia.
Capítulo tras capítulo se van desgranando situaciones habituales en las películas como la invisibilidad, los meteoritos malévolos que se acercan a la tierra con aviesas intenciones en Armaggedon, los teletransportadores de Star Trek, las balas superveloces de Eraser, los colores tan especiales de la atmósfera de de Altair IV, el "gomavol" de Un sabio en las nubes, el incendio del cinturón de radiación de Van Allen en viaje al fondo del mar, el aporte calórico del "Soylent green", los viajes en el tiempo o la subida del nivel del mar debida al cambio climático. En este sentido, según sus cálculos, para justificar una subida del nivel del mar como la que se describe en la película "Waterworld", sería necesario deshelar un volumen de hielo equivalente a 200 Antártidas.
Y como no solo de cine vive el hombre, los super-héroes del cómic también cuentan con sus correspondientes análisis, intentando explicar la lógica de sus superpoderes. A lo largo de varios capítulos, el autor analiza los superpoderes de Superman, los cuatro fantásticos o el increíble Hulk.
Uno de los análisis que más me ha llamado la atención se refiere al que hace sobre el asteroide B612, planeta originario del Principito. Partiendo de las descripciones que figuran en el cuento, intenta calcular como debe de ser ese planeta para que su habitante tenga un comportamiento tal cual se describe en el libro. El planeta debe de tener una gravedad lo suficientemente grande como para retener la atmósfera y su velocidad de escape debe de ser lo suficientemente elevada para que un simple estornudo no lance a nuestro protagonista al espacio interestelar Según este análisis, para que el planeta tuviera una gravedad similar a la de la Tierra, este debería tener una densidad de tres millones y medio la del agua líquida. Esta densidad sólo se encuentra en una enana blanca.
La física relativista también está presente en un curioso análisis en el que trata de determinar las distancias a las que se encuentran los planetas de Luke Skywalker y la princesa Leia para que después de unos viajes a la velocidad luz, ambos hayan envejecido lo mismo.
Una vez terminado el libro, la conclusión mas inmediata es que los guionistas, afortunadamente para nosotros, los aficionados, no debieron estudiar demasiada física, ya que hay determinadas películas que se disfrutan mas en la ignorancia, aunque hay otras que ni por esas...
Afortunadamente para el lector, no es necesario ser un licenciado en físicas para seguir este libro. Con unos conocimientos básicos, digamos a nivel de Bachillerato, o BUP para los mas antiguos es suficiente, ya que la mayoría de los conceptos más complicados los explica perfectamente en el libro. Ya está publicada la segunda parte "Einstein vs Predator".
Muy interesante: de esos libros que uno no se compraría y luego son los que más veces bajan de la estantería para comprobar cualquiera de esos datos siempre curiosos. Un buen regalo para cinéfilos, está claro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que ya se ha comentado por aquí en otras ocasiones. La etiqueta "ciencia-ficción" en una película es algo así como una patente de corso para que el guionista haga lo primero que se le ocurra o lo que le venga en gana, tenga lógica o no. Como ejemplo, Superman empieza a dar vueltas a la tierra y logra detener e invertir su giro, logrando de esa manera ¿...retroceder en el tiempo?.
ResponderEliminarA ver si hay suerte y empiezan a hacer películas de ciencia-ficción basándose en las estupendas novelas de autores como Arthur C. Clarke o Isaac Assimov.
"La fundación" al cine YA!!!
Pero a veces vemos algo en una película de este tipo y lo tachamos de poco creíble (ya sabeis, en plan Independence Day, El día de mañana, o el ejemplo de superman de alberto), pero otras veces esas burradas científicas nos parecen graciosas o válidas. ¿Dónde ponemos el límite?
ResponderEliminarPor cierto, creo haber leido en un post o un artículo en Internet algo parecido a esto, pero con errores informáticos habituales en las películas. Yo me parto con esas escenas en las que viene el listo de turno y empieza a escribir frenéticamente en un teclado y consigue lo que sea.
Y otra cuestión ¿ serian tan divertidas si se apegasen de pe a pa a la ciencia real ?
ResponderEliminar¡que seria de la trilogia de Regreso al futuro o las citadas de Superman !..
Mucho empeño tendrian que ponerle en esos guiones/libro de texto para conquistarnos a todos.
Pero el libro puede estar bien, al menos para consultarlo.
Besitos en éste universo paralelo
Está claro que un científico no sabe nada de hacer guiones que, obviamente, no buscan la veracidad de los efectos sino su espectacularidad. No me imagino láseres invisibles que sólo "calienten" la nave.
ResponderEliminarDicho sea de paso, tampoco a los guionistas se les pide que hagan ciencia, ¿no? La lectura del libro puede estar interesante, sí.
Saludos
Está claro que todos preferimos los buenos guiones a los libros de texto. Sinceramente, no soy capaz de imaginar batallas espaciales sin disparos que se vean y explosiones gordas, ni ciudades del futuro sin coches voladores, aunque con la pasta que cuesta actualmente llevar uno por una simple carretera, no me quiero ni imaginar lo que consumirá uno de esos que vuelan...
ResponderEliminarPara cumplir las normas ya está la realidad y creo que es una obligación del guionista es saltarse esas normas para hacer mas entretenida la película, aunque también es cierto que, cuanto menos se note que se las salta, mejor.
Como dice Ricar2, ¿Donde ponemos el límite? En mi humilde opinión, el límite lo debe marcar la calidad del producto. Star Wars se salta todas las leyes de la física en cuanto a velocidades las naves, atmósferas en asteroides con gravedades similares a la de la tierra, disparos de armas laser que parecen balas trazadoras, etc, etc, etc, pero es indudable que se trata de una gran saga. En cambio, hace poco leía a un crítico referirse a una película en los siguientes términos: "es un insulto a las palabras ciencia, ficción e incluso al guión va entre ambas". Y luego está, por supuesto, la forma en la que el guionista se salta las leyes. Hay saltos que son verdaderas "cantadas", como el de superman retrocediendo en el tiempo y hay otros mucho más "sutiles" como el de Hulk dando vueltas a un tanque como si fuera un lanzador de martillo. En este último caso, la cantada es que únicamente se ha desplazado el centro de gravedad y el eje de giro del conjunto Hulk-Tanke unos pocos metros...
Y por último, me da la sensación de que doy a entender que el autor de libro se dedica a criticar las películas por su falta de rigor científico, y nada mas lejos de la realidad. En el libro se ve que Sergio L. Palacios es un gran aficionado al cine, además de a la física y simplemente se apoya en las películas para ayudar a explicar su materia. De hecho, hasta el curso pasado, según consta en su blog, era profesor de una asignatura dirigida a los futuros profesores de física en la cual explicaba cómo apoyarse en las películas para hacer mas atractiva la materia y así poder llegar mejor a los alumnos.
Pues yo hubiera pagado por haber tenido un profesor de física así. Para mí la física era un dolor y la aprobaba por los pelos. Mis profesores eran soporíferos. He descubierto lo apasionante que es la física y la ciencia en general muchos años después gracias a un par de libros divulgativos y ¡cómo no! a algunos apasionados blogueros.
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