Esta película fue el reto número 21 de esta temporada y en la solución prometí dedicarle una entrada.
Se han hecho muchas películas que tratan de la famosa crisis de la mediana edad. Algunas son excelentes, otras mejor olvidarlas. Sin llegar a la excelencia de "El compromiso", en "La edad de la ignorancia" se trata el tema de una forma bastante divertida, pero no por ello superficial.
"La edad de la ignorancia" es la tercera parte de la trilogía que comenzó Denys Arcand con "El declive del imperio americano" y "Las invasiones bárbaras". Si bien las dos primeras guardan una relación en cuanto a los personajes, en esta tercera entrega, los personajes cambian totalmente pero mantiene su análisis de la sociedad actual. En esta ocasión, Arcand nos muestra en clave de comedia agridulce la crisis existencial de su personaje Jean Marc, espléndidamente interpretado por Marc Labreche, un funcionario del gobierno de Quebeq, que lleva una existencia triste y gris. Jean Marc está casado con una agente inmobiliaria de éxito cuyo único medio de comunicación es el teléfono móvil. Ambos tienen dos hijas que pasan del reproductor mp3 a la consola de video-juegos. Si a nivel familiar el nivel de incomunicación es muy elevado, en el plano laboral las cosas no marchan mejor
Para evadirse de esta realidad, Jean Marc crea fantasías en las cuales es un gran escritor o un político de éxito. Concede entrevistas y las mujeres le desean y le comprenden. Enamorado de su principal fantasía, una actriz de éxito encarnada por una Diane Kruger realmente guapa, vive una vida paralela a la realidad. Su mundo se tambalea cuando su mujer le abandona y decide probar suerte en un baile de búsqueda de parejas. Después de varios intentos conoce a una mujer que vive la época medieval con gran intensidad. Su mundo se termina de venir abajo con la muerte de su madre en una residencia. Hubiera sido muy fácil culpar a la sociedad de todos los males que sufre Jean Marc, pero creo que no es esa la intención del director y prefiere dejar este tema abierto al debate. Cuando Jean Marc abandona a su mujer, después de que ella hubiera vuelto a casa, la réplica de su mujer resulta bastante definitiva en este aspecto:
"Algún día me gustaría que me dijeras exactamente que me reprochas.
Había que casarse y me case.
Había que casarse y me case.
Había que tener hijos y los tuve.
Había que tener una carrera y la tengo.
Había que destacar y destaqué. Soy la tercera mejor agente inmobiliaria de Canadá dentro de la categoría de extrarradio, del Atlántico al Pacífico
Había que saber relajarse e hice yoga.
Había que irse de vacaciones y nos vamos cada año a Cuba
Había que mantenerse joven y hago dos horas de gimnasia al día ¿que mas quieres? ¿Sexo?. Si eres tú quien nunca lo pide."
Había que tener una carrera y la tengo.
Había que destacar y destaqué. Soy la tercera mejor agente inmobiliaria de Canadá dentro de la categoría de extrarradio, del Atlántico al Pacífico
Había que saber relajarse e hice yoga.
Había que irse de vacaciones y nos vamos cada año a Cuba
Había que mantenerse joven y hago dos horas de gimnasia al día ¿que mas quieres? ¿Sexo?. Si eres tú quien nunca lo pide."
Y a renglón seguido, creo que da en el quid de la cuestión:
"[...]Ya no soporto tu arrogancia, como si fueras mucho mas inteligente que yo, mucho mas profundo, mucho mas brillante... Despierta, Jean Marc Leblanc, ¿Qué has conseguido tú en la vida?"
La crítica social esta presente en multitud de pequeños detalles, como son los grandes atascos de entrada a la ciudad, los viajes en un tren abarrotado de gente, todos hablando a través del móvil sin ningún tipo de privacidad, o la patrulla "anti-tabaco" que vela por la pureza del aire en las instalaciones en un 1km a la redonda. Encargado de las reclamaciones de los ciudadanos, cada caso que atiende durante la película es una denuncia en si misma, criticando abiertamente el sistema de detención preventiva establecido después de los atentados del 11-S o alguna ley que supongo que estará vigente en Quebec, como la que obliga a pagar la mitad de una farola a un hombre que ha perdido ambas piernas en un accidente que no ha provocado. El gobierno local de Quebeq también se lleva su parte en las críticas a través de un cursillo para enseñar a reir a los funcionarios y de esa forma reducir su estrés o con el estudio de feng-shui para mejorar la energía positiva en el lugar de trabajo mediante la instalación de una gran pecera. Tampoco se salva lo "políticamente correcto", que recibe su correspondiente crítica a través de la acusación de racismo por decir que su compañero de color "trabaja como un negro". Pronunciar la palabra negro o enano está prohibido por el gobierno.
Desde mi punto de vista, la parte más floja es el final de la película, cuando Jean Marc, ya solo, debe rehacer su vida y para ello se despide de sus fantasías. Las imágenes de Victoria Star (Diane Kruger) alejándose en la barca son suficientemente bellas como para finalizar la película ahí. Está claro que Jean Marc va a intentar rehacer su vida. ¿Cómo? Eso es algo que no viene al caso o que, en todo caso, se supone, pero creo que la escena de compota de manzana casera está de más, salvo que el director quiera mostrarnos a su personaje empezando desde cero.
Gran reseña, gourmet. Siento no poder comentar nada de esta película, ya que no la he visto. Sí vi las dos primeras partes de la trilogía, que me parecen estupendas. En cualquier caso, también le hincaré el diente a esta cuando tenga ocasión.
ResponderEliminarSaludos :D
Una estupenda reseña de una estupenda película. Me gustó mucho la forma en la que mezcla la comedia con el drama, saltando de una otra muy fácilmente.
ResponderEliminar