Mr. Berlanga, sea vd. bienvenido. Pase y acomódese. El cielo, esta vez, no podía esperar más. Y mire que los ángeles no han escatimado esfuerzos para traerle hasta aquí. Hemos infligido dolor a su cuerpo, hemos reseteado su memoria, hemos roto en pedazos al erotómano y sentado en una silla de ruedas. Porque el cielo le quería, pero vd. no quería el cielo. ¡Qué manía con sentirse a gusto con los pies en el suelo! ¿Qué gracias le traía a vd. el contacto con la tierra? 89 años nos ha costado arrancarle del pueblo para traerle al mismo sitio donde Fellini, Buñuel o Wilder hace tiempo que le esperan.
Pues bien, al final está el final. O mejor, el comienzo. Ya ha dado vd. un punto final a su vida y a su obra (¡Qué jodido, por si acaso, te dejas ahí una misteriosa caja!). Digamos que su vida acaba con puntos suspensivos.
La novela no se lee hasta que se acaba. Es el momento, ahora que se ha acabado, de empezar por el principio. No sé cómo se las apañó, deduzco que la suya era una de esas inteligencias poco comunes: no es vd. un director de cine, es un director de orquesta. En sus películas los actores no interpretaban un papel sino una partitura. Como movidos por una mano firme y a la vez elegante, los personajes de sus películas se mueven según la sinfonía de la vida, dotando a los papeles de una realidad pura, ni cargada de un drama eterno, ni de una alegría desbordante.
En fin, para vosotros, mortales, es el adiós al subversivo, al cínico, al libertario transformado en libertino. ¿Qué vamos a hacer ahora que en el paraíso reinarán la subversión, el cinismo -¡el cineísmo!- y el libertinaje?
Me ha gustado muchísimo tu entrada. De verdad.
ResponderEliminarTienes un seguidor más.
Pablo de los Ríos, de La Palomita Mecánica.
Un placer tenerte por aquí, Pablo.
ResponderEliminarEsta noche tengo un hueco y me paso por tu sitio a devolverte la visita.
Saludos
Yo también, como tú, sentía -y siento- mucho cariño por ese Director, para mí uno de los más grandes, si no el que más, de esta piel de toro que supo retratar como nadie.
ResponderEliminarSaludos.
Se ha ido la última de las tres B del cine español: Buñuel, Bardem y Berlanga... Pero ¡qué grandes películas nos ha dejado! Descanse en paz.
ResponderEliminarBerlanga pertenecía a ese grupo de personas que uno piensa que siempre van a estar ahí, que es imposible que se vayan... Y, en cierto modo, gracias a su obra y su recuerdo, siempre quedará entre nosotros.
ResponderEliminarDescanse en paz :-(
Ha muerto el hombre, pero Berlanga seguirá vivo cada vez que alguno de nosotros disfrute de sus maravillosas películas.
ResponderEliminarDescanse en paz.
Acabo de ver, como un pequeño tributo, el homenaje que le han rendido en Informe Semanal.
ResponderEliminarEl cine en España pasó por sus manos, y por sus manos fue remodelado.
Descanse en paz :(
Excelente homenaje. Gracias por emocionarme.
ResponderEliminarDesde aquí me uno a todas vuestras palabras.
Yo también me uno a vuestras palabras, la verdad me he quedado mudo con la noticia, me ha dejado sin palabras.
ResponderEliminarSiempre te recordaremos D.Luis.
Saludos.
No puedo sentir tristeza por su muerte pues hace años que dejo de hacer cine y sus grandes películas siempre estarán ahí por tanto artisticamente hablando a Don Luis aún le quedan muchos siglos por vivir.
ResponderEliminarSaludos
Es otra forma de verlo, Yuri Zhivago. Es cierto que artísticamente hablando Berlanga está hecho un chaval.
ResponderEliminarCreo que es tu primera visita a nuestro blog. Un placer tenerte por aquí, espero que nos leamos más a menudo
Saludos