Pues sí, de eso va la película. Pensaréis entonces que no puede ser de otra cosa que de la tan de moda conciliación entre la vida laboral y familiar. No exactamente.
Frank Wheeler (Leonardo DiCaprio) es un oficinista que trabaja en la misma empresa en la que lo hizo su padre, tiene un horario normal y cierta libertad para cogerse algún que otro rato libre. April Wheeler (Kate Winslet), frustrada aspirante a actriz de joven, es ama de casa y se ocupa de sus labores y de los dos hijos de la pareja. Viven en un barrio residencial de Connecticut, en una casita muy mona, y son la pareja más envidiada por el vecindario.
Así que no parece que tengan muchos problemas de conciliación, al menos entre lo laboral y lo familiar. Más bien su problema es para conciliar eso con la vida, sin apellidos. Se van haciendo mayores y la oportunidad de vivir otra cosa que no sea la rutina del trabajo, la aventura ocasional, el culito del niño o el amigo de todos los días se les escapa, no tanto por su edad, son jóvenes, sino porque los lazos, o mejor, las ataduras, son cada día más y más fuertes.
Evidentemente estos chicos tienen alguna tara mental, piensan que son especiales, de modo que no se conforman con tener una "vida" que no sea especial. Es posible incluso que piensen que todos somos especiales, ya ves qué tontería. El caso es que por ahí se desata el drama, por la lucha entre su voluntad de escapar, de vivir, y todo lo demás, incluso ellos mismos.
Sam Mendes vuelve a escarbar en los entresijos de la sociedad moderna, de la familia, como ya lo hizo en American Beauty, y el resultado es sobrecogedor.
Atentos al loco de la peli, el tipo más cuerdo que transita por Revolutionary Road. Atentos también al bocado en la yugular que supone la cinta para las asociaciones pro vida, o al menos a mí me lo parece.
Al final la sociedad se impone: mejor no pensarlo, mejor no escuchar, mejor olvidar... Títulos de crédito y vuelta a la rutina.
Frank Wheeler (Leonardo DiCaprio) es un oficinista que trabaja en la misma empresa en la que lo hizo su padre, tiene un horario normal y cierta libertad para cogerse algún que otro rato libre. April Wheeler (Kate Winslet), frustrada aspirante a actriz de joven, es ama de casa y se ocupa de sus labores y de los dos hijos de la pareja. Viven en un barrio residencial de Connecticut, en una casita muy mona, y son la pareja más envidiada por el vecindario.
Así que no parece que tengan muchos problemas de conciliación, al menos entre lo laboral y lo familiar. Más bien su problema es para conciliar eso con la vida, sin apellidos. Se van haciendo mayores y la oportunidad de vivir otra cosa que no sea la rutina del trabajo, la aventura ocasional, el culito del niño o el amigo de todos los días se les escapa, no tanto por su edad, son jóvenes, sino porque los lazos, o mejor, las ataduras, son cada día más y más fuertes.
Evidentemente estos chicos tienen alguna tara mental, piensan que son especiales, de modo que no se conforman con tener una "vida" que no sea especial. Es posible incluso que piensen que todos somos especiales, ya ves qué tontería. El caso es que por ahí se desata el drama, por la lucha entre su voluntad de escapar, de vivir, y todo lo demás, incluso ellos mismos.
Sam Mendes vuelve a escarbar en los entresijos de la sociedad moderna, de la familia, como ya lo hizo en American Beauty, y el resultado es sobrecogedor.
Atentos al loco de la peli, el tipo más cuerdo que transita por Revolutionary Road. Atentos también al bocado en la yugular que supone la cinta para las asociaciones pro vida, o al menos a mí me lo parece.
Al final la sociedad se impone: mejor no pensarlo, mejor no escuchar, mejor olvidar... Títulos de crédito y vuelta a la rutina.
Las comparaciones siempre son odiosas, no tengo nada en contra de la cinta de Mendes, es mas a ratos me parece una crítica dura y corrosiva de la sociedad actual y del fórmato encorsetado de los matrimonios actuales. Hasta ahí puedo aceptar lo devastador y el crudismo de lo que nos plantea la historia, pero hay un pero, que en mi opinión la cinta en muchos momento bebe de "quien teme a Viginia Wolf" y con todos mis respetos ni Di Caprio es Richard Burton (que sin ser de mis actores favoritos, en la cinta de Nichols hace el mejor papel de su vida) ni la Winslet alcanza en su papel a la Taylor.
ResponderEliminarPartiendo de esta premisa, la película me parece interesante sin ser valiente, en ocasiones arremete contra el "puto matrimonio", pero coño como somos americanitos no terminaremos por destruirlo. No quiero por tanto que mi crítica sea mal entendida en el sentido de que alguien pueda pensar que la pélícula es mala, ni mucho menos interesante, tiene hondura, no cayendo en la sensibilieria facilona.
En definitiva, peliícula buena pero lejos de la para mi aniquiladora "Quien teme a Virginia Wolf",
Recomendable 7/10.
Pues me han dado ganas de revisar la obra de Mike Nichols sí, y coincido en que es mejor película, aunque solo sea porque ha aguantado sin despeinarse el paso de más de cuarenta años y a Revolutionary Road todavía le queda esa mili.
ResponderEliminar¿Que bebe de Virginia Wolf?, bueno, eso no es malo, así ha sido siempre en la historia. Mira tú Picasso y sus meninas, por poner un ejemplo entre miles.
Lo importante yo creo que es ser capaz de aportar algún enfoque novedoso, ¡con lo difícil que es eso a estas alturas! y para mí hay una diferencia fundamental entre las dos películas, en Virgina Wolf el matrimonio ya se odia abiertamente, no luchan por él, buscan destruirse, en Revolutionary Road todavía se quieren, lo intentan, y una de las partes de la pareja toma una decisión crucial que va a romper la "normalidad"
Efectivamente, esta parejita podría haber terminado conmo Burton y la Taylor, pero es que en este caso sí hay ruptura, una dura ruptura.
Y por cierto, yo no creo que esta película hable del matrimonio, o al menos no solo.
eduardo escribió:
ResponderEliminarPues me han dado ganas de revisar la obra de Mike Nichols sí, y coincido en que es mejor película, aunque solo sea porque ha aguantado sin despeinarse el paso de más de cuarenta años y a Revolutionary Road todavía le queda esa mili..
No solo por los años, sino porque los diálogos no le llegan ni a la suela del zapato, y plantea situaciones con el otro matrimonio mucho mas verosimiles, me refiero que en las dos cintas se dá la misma situación cuando se relacionan con el otro matrimonio de amigos, pero no se resuelven con la misma credibilidad.
eduardo escribió:
y para mí hay una diferencia fundamental entre las dos películas, en Virgina Wolf el matrimonio ya se odia abiertamente, .
En Virgina no siempre se odiaron tampoco.
eduardo escribió:
Y por cierto, yo no creo que esta película hable del matrimonio, o al menos no solo.
En esta aseveración estoy totalmente de acuerdo contigo.
Yo veo una diferencia mucho mas clara entre una y otra pelicula, una vez visionadas yo podria ver mañana mismo de nuevo Revolutionary Road, en cambio la cinta de Nichols necesitaria preparar mi estado de ánimo para revisionarla, todavia recuerdo la primera vez que la ví me dejó tocado.
francisford3 escribió:
ResponderEliminarYo veo una diferencia mucho mas clara entre una y otra pelicula, una vez visionadas yo podria ver mañana mismo de nuevo Revolutionary Road, en cambio la cinta de Nichols necesitaria preparar mi estado de ánimo para revisionarla, todavia recuerdo la primera vez que la ví me dejó tocado.
Ja ja ja, eso es porque eres un tío, pero dile tú eso a mi chica, que la noche que vimos Revolutionary Road le costó conciliar el sueño.
Pero vaya, insisto que no pretendo comparar una película y otra y so lo hiciese ganaría Virginia seguro, pero siempre me sorprende encontrarme con películas como esta en el actual cine norteamericano, es muy de agradecer. Y casi coincido con tu nota, yo le pondría un 7,432