sábado, 6 de junio de 2009

Robert Bresson

Este mes hemos tenido la oportunidad de pasar unos días tranquilos en un monasterio, y del reposo y la meditación ha surgido un menú lleno de espiritualidad. Hemos querido desnudarnos de supuestas sabidurías culinarias, de habilidades y de perejiles, para ir a la esencia de los alimentos sencillos, que no simples, con elaboraciones mínimas pero precisas, poniendo la máxima atención en cada detalle. Los platos que os serviremos serán frugales, como corresponde, pero en pocas ocasiones habréis tenido la oportunidad de comer nada más real. Quizás de primero os encontréis solo una zanahoria, pero no es una zanahoria cualquiera, es La Zanahoria.
Una frase del maestro Bresson será la mejor explicación de lo que os vais a encontrar:

"Quiero ser mucho más realista de lo que es posible, eso es lo que en definitiva deseo, usando tan sólo el material en bruto obtenido de la filmación de la vida real. Pero siempre termino con un realismo final que no es simplemente realismo. La superficie realista no es más que eso, una superficie, y el material sin tratar de la vida real es el material puro de lo trascendente"





Biografía:

Robert Bresson, (Francia, 25 de septiembre de 1901 - 18 de diciembre de 1999), cineasta, autor de una serie de películas en las que desarrolló un discurso en busca del total y absoluto ascetismo, aspirando a captar aquello que escapa a la mirada ordinaria.

Tras abandonar la pintura y la fotografía, fue en 1943, después de un año de cautiverio en Alemania cuando realizaría su primera película Los ángeles del pecado (Les anges du péché).

La mayoría de los admiradores de Bresson coinciden en considerar Pickpocket (1959), como su obra más pura y más perfecta. Pero esta película es la culminación de un proceso característico de depuración y abstracción. Las dos primeras de este realizador, Los ángeles del pecado (1943) y Les dames du Bois de Boulogne (1945), presentan todavía elementos estéticos y dramáticos dominantes en la producción francesa de la época: actores profesionales (la mayoría de los cuales son también actores de teatro), recurso a diálogos literarios (de Jean Giraudaux en la primera y de Jean Cocteau en la segunda), imágenes muy elaboradas y muy dramáticas gracias a una iluminación hábil (en ambos casos se debe a Philippe Agostini, un gran especialista de la fotografía estética). El cambio llega con El diario de un cura de campaña (Le journal d'un curé de campagne, 1951): se constata una ruptura completa con la literatura, ya que la novela de Bernanos se concibe de nuevo en función del "cinematógrafo". Los diálogos, que se deben al propio realizador, obedecen al principio de neutralidad dramática y tonal que será a partir de entonces su regla de oro en cuanto a las imágenes, marcadas todavía por una cierta dramatización (son obra de Léonce Henri Burel, antiguo cámara de Gance ) evolucionan hacia el ideal de Bresson en esta materia: "planas" e "insignificantes no significantes". El giro es definitivo en Un condenado a muerte se ha escapado (un condamné a mort s'est échappé, 1956), en la que la palabra (el sonido) y la imagen se equilibran en una misma neutralidad estética y dramática. Otra señal de esta ruptura definitiva es el hecho de que así como la música de sus tres primeras películas fue escrita por un compositor contemporáneo (Jean Jacques Grunenwald) y está marcada por un cierto lirismo, la de esta última es de Mozart y se utiliza con parsimonia con la perspectiva de contribuir a la desdramatización plástica y tonal de la obra.

Robert Bresson ocupa en el cine francés un lugar completamente aparte: es inclasificable, y no se le puede asociar a ninguna escuela ni movimiento. Es un artista solitario, silencioso, secreto. Hacia el final de su etapa de director, en 1975, publicó el libro Notes sur le cinématographe (Notes sobre el cinematógrafo), una colección de aforismos a través de los que expone sus principios artísticos con acierto y total sinceridad. Es un perfeccionista tanto en la expresión verbal como en los métodos de trabajo; continuamente designa al Séptimo Arte con el término "cinematógrafo", puesto que el cine para él es únicamente "teatro fotografiado". Hay, según Bresson, "dos tipos de películas: aquellas que emplean medios teatrales (actores, puesta en escena, etc) y se sirven de las cámaras para reproducir, y aquellas que emplean los medios del cinematógrafo y se sirven de las cámaras para crear". A él se debe también esta definición en la que encontramos un eco de la fórmula de Abel Gance, otro artista único: "el cinematógrafo es escritura con imágenes en movimiento y sonidos".

En 1995, la totalidad de su obra, compuesta de un total de 13 largometrajes (cantidad relativamente baja) fue distinguida por la Académie française du cinema con el Premio René Clair.

Filmografía seleccionada

Las damas del bosque de Bolonia (Les Dames du bois de Boulogne, 1945)

Helena, una mujer completamente enamorada de su amante, idea un plan una vez éste le cuenta que ya no la ama. Haciéndole ver que su interés amoroso también se ha desvanecido, provocará que se relacione con una madre y una hija que se han visto abocadas a que la joven practique la prostitución para sobrevivir. Aunque al principio las relaciones entre el amante y la chica no parecen fructíferas, Hélena esperará hasta que el matrimonio entre ambos se lleve a cabo para asestar su golpe final.

Los ángeles del pecado (Les Anges du péché, 1943)

La acaudalada joven Anne-Marie cree que ha encontrado su verdadera vocación al ingresar como novicia a un convento de monjas dominicas, mismo que se especializa en rehabilitar a mujeres delincuentes. Anne-Marie siente una extraña fascinación por Thérèse, acusada injustamente de homicidio, e intenta convencerla a fin de tomar los hábitos y arrepentirse de sus pecados. Thérèse reitera su inocencia, pero, al salir libre, asesina a balazos al culpable del crimen por el que ella fue encarcelada y se refugia en el convento. Allí, no revela a nadie su secreto, mientras la investigación de la policía sigue su implacable curso.

Diario de un cura rural (Journal d'un curé de campagne, 1950)

Un joven sacerdote llega a una pequeña localidad al norte de Francia, donde se hace cargo de su primera parroquia. A pesar de que desarrolla sus labores sacerdotales con diligencia y humildad, permanece siendo ignorado y incluso rechazado por sus vecinos. El joven cura se enfrentará entonces a una crisis de Fe, provocada por el tormento de pensar que está fallando en su corta experiencia como salvador de almas, además de a una enfermedad que le será diagnosticada.


Un condenado a muerte se ha escapado (Un condamné à mort s'est échappé, 1956)

En abril de 1943 Fontaine de 27 años y miembro de la Resistencia francesa en contra de la ocupación nazi, es arrestado y conducido a la Gestapo para ser interrogado. Será condenado a muerte y dedicará todo el tiempo que permanecerá encarcelado para elaborar un plan mediante el que escapar.


El carterista (Pickpocket, 1959)

Un joven decide probar la experiencia de robar carteras por la calle, no por necesidad ni tampoco por vicio. Aunque es apresado rápidamente y su breve estancia en comisaría le permite reflexionar sobre su actividad criminal, una vez liberado y tras la muerte de su madre, decide convertir dicha actividad en su arte.


El proceso de Juana de Arco (Procès de Jeanne d'Arc, 1962)

Reconstrucción del juicio de Juana de Arco según las transcripciones del auténtico juicio, ocurrido en 1431 y también en los escritos de la propia Doncella de Orleáns. La película recrea desde su encarcelamiento hasta la quema a manos de los ingleses en Rouen.


Al azar de Baltasar (Au hasard Balthazar, 1966)

Baltasar es un burro que vive sus primeros años rodeado de la alegría y los juegos de los niños hasta llegar a la edad adulta, en que es utilizado como una bestia de carga y maltratado por sus diferentes amos.


Mouchette (Mouchette, 1967)

Adaptación de una novela de Georges Bernanos. Retrato de la triste existencia de una chica que es maltratada por su padre y humillada por la gente de su pueblo.

Una mujer dulce (Une femme douce, 1969)

Sin dejar explicación alguna a su marido, una joven se suicida. Entenderemos sus motivos en un flash-back, el cual rememorará desde el momento en el que se conocieron hasta ver las escenas en las que él la intenta someter, disgustándola hasta el punto de hacerle considerar la posibilidad de asesinarlo, pero inexplicablemente, a pesar de la asfixia a la que es sometida, no se ve capacitada para cometer tal acto.

Cuatro noches de un soñador (Quatre nuits d'un rêveur, 1971)

Una noche en Paris Jacques, un joven pintor, se cruza con una joven que está a punto de suicidarse saltando desde el puente de Pont-Neuf. El motivo: su antiguo amante, que la abandondó un año atrás, le ha fallado en su promesa de encontrarse en el puente.

Lancelot du Lac (Lancelot du Lac, 1974)

Lejos de cualquier parecido a "Camelot" o "Excalibur", la película destripa sin compasión la leyenda Arturiana hasta su desnuda esencia. Los caballeros de Arturo, lejos de ser héroicos, son hombres avariciosos que, antes de que empiece la acción de la película, han fallado miserablemente en su búsqueda del santo grial. Sin resentimiento alguno al principio la relación entre Lancelot y la reina Ginebra se centra en su rabia, llevándolos a una inevitable tragedia.


El diablo probablemente (Le Diable probablement, 1977)

Un joven de 20 años, Charles (Antoine Monnier), aparece muerto en el cementerio parisino de Père-Lachaise. ¿Se trata de un suicidio o de un asesinato? Charles vive entre dos amores, Alberte (Tina Irissari) y Edwige (Laetitia Carcano), deambulando entre conversaciones existenciales con su amigo Michel (Henri de Maublanc), despreciando tanto “la felicidad de la tarjeta de crédito” como el compromiso político, y pasando por encima de las posibles opciones que le ofrecen el anarquismo, la militancia ecologista, o las drogas. Una serie de encuentros casuales le llevan a reconocer su propio instinto de autodestrucción...


El dinero (L'Argent, 1983)

Basado en la narración corta de Leon Tolstoi "El billete falso". Yvon es un joven que es injustamente acusado de traficar con dinero falso. A partir de ese error judicial, los reveses que le van dando en la vida y el ambiente en el que se mueve el protagonista durante su estancia en prisión le van transformando en una persona diferente cuya ética se ve lanzada hacia el crimen...

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