miércoles, 6 de julio de 2011

Música Enlatada: La indignación de los músicos

Siguiendo con las entradas dedicadas a la llegada del sonoro, vamos a ocuparnos hoy de uno de los colectivos más afectados por el "nuevo cine": los músicos de las salas.

Como ya sabéis, muy pocas películas se proyectaban en riguroso silencio. Lo habitual era que en la sala de proyección hubiera uno o varios músicos (incluso orquestas) que acompañaban en directo cada pase. Como dice el historiador Preston J. Hubbard, refiriéndose a este hecho en Estados Unidos, "Durante los años 20 las interpretaciones musicales en directo en cines de primera clase se convirtieron en un aspecto tremendamente importante del cine estadounidense."

Aunque desde el mismo nacimiento del cine ya se habían hecho diversos intentos de aunar imagen y sonido de forma mecánica, fue en los años 20 cuando se generalizó el uso del sonido pregrabado debido fundamentalmente a las crecientes mejoras e innovaciones tecnológicas.

Y claro, según se fue imponiendo el cine sonoro con su música pregrabada, los músicos de las salas de cine se fueron haciendo cada vez más prescindibles y las interpretaciones musicales en directo eran cada vez más infrecuentes.

Preocupados por la situación, los miembros de la "American Federation of Musicians" publicaron anuncios en diversos periódicos protestando por el reemplazo de músicos en directo por dispositivos reproductores mecánicos. De poco sirvió: en 1930 se reportó que habían perdido su trabajo 22.000 músicos de salas de cine solo en Estados Unidos.

Como ejemplo de dichos anuncios os traemos uno de 1929 que apareció en "Pittsburgh Press".

MÚSICA ENLATADA
Marca Mucho Ruido
Garantizado
que no produce ninguna reacción intelectual o emocional

MÚSICA ENLATADA A JUICIO

Este es el caso de Arte vs. Música Mecánica en cines. Al acusado se le imputa por intento de corrupción de la apreciación musical y oposición a la educación musical frente al pueblo Americano.

Los cines en muchas ciudades están ofreciendo música mecánica sincronizada como sustituto de la Verdadera Música. Si el público que va al cine acepta este enviciamiento de su programa de entre- tenimiento es inevitable un lamentable declive en el Arte de la Música.

Las autoridades musicales saben que el alma del Arte se pierde con la mecanización. No puede ser de otra manera porque la calidad de la música es dependiente del estado de humor del artista, radica en el contacto humano, sin el cual la esencia de la estimulación intelectual y el éxtasis emocional se pierde.

¿Merece la pena salvar la Música?

No se necesita un gran volumen de evidencia para responder a esta pregunta. La música es un arte poco menos que universalmente amado. Desde el comienzo de la historia, los hombres han recurrido a la expresión musical para aligerar las cargas de la vida, para hacerlos más felices. Los aborígenes, en lo más bajo de la escala de salvajismo, cantan su canción a los dioses tribales y tocan con tubos y tambores de piel de tiburón. El desarrollo musical se ha mantenido a la par con el buen gusto y la ética a lo largo de los siglos, y ha incidido en la naturaleza más suave del hombre con más fuerza, quizás, que cualquier otro factor.

¿Ha sido establecido por la Gran Era de la Ciencia el desairar el Arte instalando en su lugar una sombra pálida y débil de sí mismo?

THE AMERICAN FEDERATION OF MUSICIANS (La Federación Americana de Músicos)
(que comprende 140000 músicos profesionales de los Estados Unidos y Canadá)
Joseph N. Weber. Presidente. Broadway. New York City.

5 comentarios:

  1. El tiempo aclara muchas ideas mejor que nada. Los músicos no pueden quejarse del cine sonoro, creo.

    Déjame aportar una anécdota: mi padre (92) todavía se acuerda de cómo en el cine del pueblo el pianista acompañaba las proyecciones del cine silente: un aficionado del mismo pueblo, que tocaba un piano: para ver la partitura, se valía de un candil: un día, la llama del candil pasó a las pobladísimas cejas del pianista, y durante semanas, mi padre y sus amigos se partieron de la risa. Eso sí fue una enorme colaboración entre músico y espectáculo, aunque al buen hombre no le hiciera mucha gracia.

    Un abrazo.

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  2. No sé a vosotros, pero a mí el pianito cargante acompañando el cine mudo no me gusta nada. Siempre le bajo el sonido. Hay excepciones, como los arreglos musicales que se han compuesto para El hombre con la cámara, de Vertov.

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  3. Pues hombre, lo de la música acompañando al cine tiene su punto, aunque comparto contigo Enrique que hay veces que es mejor quitarla.

    Pero una cierta razón sí le doy a la queja de los músicos, porque debía ser apasionante esa improvisación en directo siguiendo la trama de la película, aunque imagino que la mayoría tirarían de recursos.

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  4. "Tambores de piel de tiburón?".., qué exótico.

    Otra pataleta de los que ven peligrar su forma de ganarse el pan ante la llegada de las nuevas tecnologías. Y 80 años después seguimos igual con los del cánon digital. Interesante entrada. Gracias.

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  5. Vaya entrada más curiosa (está bien). No me había puesto a pensar en los 22.000 músicos que perdieron su empleo con la llegada del sonoro. Pero bueno...muchos más consiguieron otro como compositores e intérpretes de las nuevas bandas sonoras, ¿no?...
    Un saludo.

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