lunes, 16 de mayo de 2011

CINEFÓRUM DE SOBREMESA (porque el cine nos alimenta...)
Hoy: Planeta Prohibido, (Fred M. Wilcox, 1956)


En general, el cine, como cualquier otro arte de cierta edad, conviene situarlo en su época, solo así se consigue apreciar en toda su medida el valor de lo visto. En el caso del cine de ciencia ficción esto es quizá especialmente importante, ya que suele estar condicionado enormemente por los recursos técnicos de los que se disponía en la fecha de su realización, en cuanto a los efectos especiales y visuales que le son tan propios. Pero no solo, también las temáticas suelen estar asociadas a circunstancias que marcan la época, y que dan lecturas paralelas no evidentes en la superficie de sus argumentos.

Terminada hacía pocos años la Segunda Guerra Mundial, sus marcas se dejaban sentir en la población norteamericana en forma de miedos al desastre atómico, a la competencia suicida entre bloques de la guerra fría, al enemigo interior comunista enfrentado por la caza de brujas del senador McCarthy... Junto a esto, la prosperidad del hogar americano se hacía patente en el horno microondas, el sonido estéreo y todo tipo de artilugios para mejorar la vida doméstica, y entre ellos, como no, el mejor: la televisión. Y en el horizonte el universo, la carrera espacial que en pocos años daría con los rusos amenazando al mundo libre con una nave tripulada por una perrita.


Es en este contexto en el que se produjo el gran desarrollo del cine de ciencia ficción de los años 50, que ya tenía un antecedente poderoso en las revistas "pulp" de los años 30 y 40. Las productoras estaban ávidas por encontrar formas de arrancar de su sala de estar a los cada vez más apalancados televidentes y así, con el cinemascope y la vistavisión los fantasmas tomaron forma, los comunistas se convertían en malvados extraterrestres, la radiación atómica producía monstruos de todo tipo, lo exterior, como lo distinto, era peligroso y en el interior habitaba el enemigo.

'Destination Moon (Con destino a la Luna, 1950)' de Irving Pichel, 'The day the Earth stood still (Ultimatum a la Tierra, 1951)' de Robert Wise, 'The war of the worlds (La guerra de los mundos, 1953)' de Byron Haskin, 'Them! (La humanidad en peligro, 1954)' de Gordon Douglas, 'The conquest of space (La conquista del espacio, 1954)' de Byron Haskin o ' Invasion of the body snatchers (La invasión de los ladrones de cuerpos, 1956)' de Don Siegel están entre las mejores obras de los primeros años. Pero sobre todo, lo que empezaba a haber era un montón de películas de serie B que llenaban con éxito las sesiones dobles de los cines, encandilando a los espectadores más jóvenes.


En 1955 Allan Adler e Irving Block, dueños de una compañía de efectos ópticos, tenían una película entre manos llena de rayos cósmicos, desintegradores de particulas, cielos verdes, un robot regordete parecido a Michelin y una chica con minifalda. Su proyecto, llamado originalmente 'Fatal Planet', era hacer una divertida película de serie B y así se lo presentaron a Allied Artists, pero estos lo rechazaron. Decidieron entonces probar suerte nada menos que con la MGM, por entonces todavía el más prestigioso estudio de Hollywood y conocido por el color de sus musicales, pero que no había producido una película de ciencia ficción desde 'The Mysterious Island (La isla misteriosa, 1929)'. Para su sorpresa Dore Schary, jefe del estudio, quería meterse en esa nueva moda de la ciencia ficción y dio luz verde al proyecto. Aun así, parece que no era muy aficionado al género y mantenía la idea de que fuese una película de bajo presupuesto, pero el departamento de arte del estudio, aún encabezado por el veterano Cedric Gibbons, se saltó todas las barreras y rápidamente se convirtió en una superproducción.


Para la dirección contrataron a Fred M. Wilcox, conocido por las películas de la perra Lassie. Cyril Hume, descendiente del filósofo empirista y autor del guión de 'Bigger than Life (Más poderoso que la vida', 1955) de Nicholas Ray, se hizo cargo del guión, desarrollando una trama especialmente compleja para la época y los usos del género. Basándose en "La Tempestad" de Shakespeare, aunque esto no aparece en los créditos y no fue observado hasta años después, Morbius es Próspero, Altaira es Miranda, el monstruo del subconsciente (o Id) es Calibán, Robby es Ariel y la tripulación del C57D son los náufragos que llegan a la isla paradisíaca a perturbar la armonía en que conviven.

Introduce además novedosas referencias psicoanalíticas, muy acordes con las exitosas ideas en boga de Freud: la criatura invisible que acabó con buena parte de la primera expedición terrestre que llegó a Altair IV, y que amenaza con matar a la patrulla de rescate no es más que la materialización de los monstruos del Id o del subconsciente del doctor Morbius, motivada por un deseo incestuoso hacia su propia hija, cortejada por el comandante Adams. El enemigo interior acecha no solo a la vuelta de la esquina en forma de comunista/extraterrestre, en este caso se esconde en lo más profundo de la mente.


Pero la Metro quería un film comercial, así que obligó a Cyril Hume a introducir cambios en el guión añadiendo escenas cómicas con el cocinero de la nave, que lo aligerasen al menos en parte.

En la preparación de la producción la MGM tomó prestada una copia de 'This Island Earth (Regreso a la Tierra, 1955)' de Universal-International. Se cuidó especialmente todo el diseño de la producción. Cedric Gibbons y Arthur Lonergan en la dirección artística se esmeraron en el diseño de la nave Planetas Unidos C57D, por primera vez un platillo volante tripulado por terrestres. Idea feliz, ya que por un lado aprovechaban la moda provocada por la reciente oleada de OVNIs que se habían comenzado a ver sobre Estados Unidos a partir de la Segunda Guerra Mundial, y especialmente el incidente Roswell, y además se evitaban un montón de problemas de efectos especiales con las chispas y humos que despedían los motores de los cohetes al uso.

Por su parte Edwin B. Willis y Hugh Hunt crearon unos decorados espectaculares, como la morada del doctor Morbius, cuyas instalaciones subterráneas pertenecientes a los extinguidos Krell son dignas de la más cara superproducción hollywoodiense; o su sala de estar, que como apuntó Ridley Scott, bien podría haber sido el salón del apartamento de Frank Sinatra en Las Vegas.


Como anécdota decir que la película fue filmada en el mismo plató en el que se rodó 'The Wizard of Oz (El Mago de Oz)' diecisiete años antes y el set del jardín de Altaira es una reutilización del de la Villa Munchkin del film de Victor Fleming.

En el vestuario, Helen Rose y Walter Plunkett diseñaron atrevidos modelos para la atractiva Anne Francis que fueron la comidilla de la prensa, y que seguro que atrajeron a no pocos espectadores a las salas.

Como no podía ser de otra manera George J. Folsey con la fotografía trabajó estrechamente con los encargados de efectos especiales, A. Arnold Gillespie y Irving G. Ries. Por ejemplo, para aumentar la sensación de profundidad, la imagen de apertura de la nave espacial acercándose a cámara está realmente compuesta por dos planos: el primero de un modelo pequeño, el segundo de un modelo más grande desplazándose por la misma pista. La nave atraviesa una sombra para ocultar el corte.


Para algunos efectos, como el haz de aterrizaje, las armas, la sobrecarga de Robby o el monstruo Id, se tuvo que recurrir a la animación. La MGM había tenido en su momento un departamento de animación completo, pero en 1956 estaba prácticamente desmantelado, así que tuvieron que recurrir a Joshua Meador, que fue prestado por Disney. El reconocible estilo de Meador se puede distinguir fácilmente del de los otros tres animadores de efectos que trabajaron en 'Alice in Wonderland (Alicia en el País de las Maravillas, 1951)' y en otras producciones de Disney.

Este cuidado tratamiento del diseño de la cinta y posterior montaje en manos de Ferris Webster hizo que 'Planeta Prohibido' fuese nominada a los Oscar de 1957 por sus efectos especiales, marcando un auténtico hito en el género.


Pero si hay algo que se recuerda especialmente de 'Planeta prohibido' es Robby el robot, la mayor y más rentable pieza artística de toda la producción y que acabaría elevándose a la categoría de icono. Construido por Robert Kinoshita, sus 218 cm. llenos de mecanismos, luces de colores y aparatos electrónicos llevaron más de dos meses de construcción, costando 150.000 $ y convirtiéndose quizá en el robot más elaborado de la historia del cine. El actor Frankie Darrow le daba vida desde su interior, poniendo la voz Marvin Miller.

Robby fue el primer robot cinematográfico conocido por el gran público que no suponía una amenaza para la humanidad. Existía simplemente para complacer a los humanos y mostraba la cara amable de la tecnología y el progreso. Los guionistas tuvieron la inteligencia de hacer que cumpliera con las tres leyes de la robótica postuladas por Asimov tan sólo 6 años antes en su obra "Yo, robot (I, robot)", a saber:

- Un robot no puede dañar a un ser humano.
- Un robot debe obedecer las órdenes de los humanos.
- Un robot debe proteger su propia existencia.


Su éxito le hizo aparecer en otros proyectos  tanto cinematográficos como de series de televisión, unas veces de protagonista como en 'The Invisible Boy (El niño invisible)' de Herman Hoffman justo un año más tarde, otras de forma secundaria e inclusive esporádica como en las series de 'The Twilight Zone (Dimensión desconocida, 1959)', donde también se utilizó el "platillo volante" que fue conservado por el departamento de atrezo de la MGM, el transporte terrestre de Robby y los uniformes de la tripulación, 'The Addams Family (La familia Addams, 1964)', 'The Love Boat (Vacaciones en el mar, 1977)' o de manera fugaz en 'Colombo'. Y más adelante en películas como 'Amazon Women on the Moon (Amazonas en la Luna, 1987)', en el fragmento dirigido por Joe Dante y 'Earth Girls Are Easy (Las chicas de la Tierra son fáciles, 1989)' de Julien Temple. Sirvió también de inspiración para el robot de la serie 'Lost in space (Perdidos en el espacio, 1965)', cuyo director de arte fue Kinoshita, teniendo un par de "encuentros familiares" entre ambos robots en los episodios 'War of the Robots (#1.20)' y 'Condemned of Space (#3.1)'.

En 1970, Robby fue vendido en subasta por la MGM al museo "Movie World / Cars of Stars" en Buena Park, California. Se le puso junto al vehículo que utilizaba en 'Planeta Prohibido'. Pasado el tiempo aumentó su deterioro rápidamente, provocado por los cazadores de recuerdos. El historiador de robots Fred Barton creó su propio Robby, réplica que mostró públicamente en una convención de Star Trek, en Los Ángeles, en 1974. Cuando los de Movie World se enteraron de esto, le encargaron la restauración del auténtico Robby.  Varios años después, el museo cerró sus puertas y Robby fue vendido al mayor coleccionista de 'Planeta prohibido', el director de cine William Malone.


En 1997, la Fred Barton Productions, Inc., obtuvo la licencia para fabricar una línea de robots-estatuas del Robby original. Tres versiones están disponibles, las tres hechas a mano y realizadas con todo detalle, pudiendo adquirirse en Hammacher Schlemmer. El Robby producido por Barton es más que una réplica, los moldes y plantillas fueron adquiridos del primer robot. Pero de hecho este nuevo Robby supera al original en funcionalidad. El proceso de fabricación realizado por los artesanos de la Fred Barton Productions, Inc., eliminó todos los fallos del cuerpo del robot, sin comprometer la imagen original.

'Planeta prohibido' también es recordada por su música, siendo la primera película convencional que está interpretada completamente por instrumentos electrónicos.

Originalmente se contrató a David Rose, compositor de música orquestal como "Holiday for Strings", para escribir la partitura. Pero Dore Schary, el ejecutivo de la Metro, descubrió en un club nocturno de  Greenwich Village, Nueva York, a un matrimonio que componía música vanguardista, Louis y Bebe Barron. Quedó tan seducido que los contrató de inmediato, sustituyendo a David Rose, en diciembre de 1955. De la partitura desechada de Rose solo se conserva una pieza que fue lanzada como single por la MGM Records en 1956, el  "Main Title Theme".

Schary solo les concedió tres meses a Louis y Bebe Barron para trabajar en la banda sonora de "tonalidades electrónicas". Recibieron una copia de trabajo completa de la película el día de Año Nuevo de 1956, en la que faltaban todavía muchos efectos visuales y con las marcas en blanco del minutado del editor Ferris Webster. Desde el 1 de enero hasta 1 de abril de 1956, trabajaron en la grabación de la banda sonora en su estudio de Greenwich Village en Nueva York, mientras que la película estaba en post-producción en Culver City. La grabación se terminó y fue entregada a la MGM el 1 de abril de 1956, y la película fue preestrenada poco después. El sindicato de músicos, sin embargo, se opuso a la banda sonora, e impidieron que los Barrons aparecieran como "compositores", de ahí el término "tonalidades electrónicas".


No era la primera vez que una película de ciencia-ficción utilizaba sonidos del espacio exterior: en 'The day the Earth stood still (Ultimátum a la Tierra, 1951)' de Robert Wise, el compositor Bernard Herrmann había escogido el "theremin" para evocar las atmósferas líquidas y enigmáticas de mundos desconocidos que están en éste. Sin embargo, la banda sonora de 'Planeta prohibido', que prescindía de todo adorno orquestal, se adentra sin pudor alguno en el arte de vanguardia, construyendo una experiencia auditiva que abría un camino inexplorado para el género. Años más tarde, Gil Melle recogería el testigo tendido por el matrimonio Barron en 'The Andromeda strain (La amenaza de Andrómeda, 1971)' de Robert Wise.

Dore Schary y el productor Nicholas Nayfack no estaban seguros de la acogida que podía tener una película que llevara sólo una partitura electrónica, de modo que organizaron una vista previa con un corte preliminar del film. La reacción del público fue tan favorable que Schary ordenó que se hiciera la copia definitiva con la música electrónica.

Aparte de las "tonalidades electrónicas" compuestas por los Barron, la música conocida por muchos como "Forbidden Planet Fanfare - Partes 1 y 2", del trailer original de 1956, fue compuesta por André Previn, y montada convenientemente por un editor musical de la MGM. La música fue escrita originalmente por Previn para las películas de la MGM 'Scene of the Crime (1949)' de Roy Rowland y 'Bad Day at Black Rock (Conspiración de silencio, 1955)' de John Sturges.

Las "tonalidades electrónicas" fueron a su vez reutilizadas varios años más tarde en otro film de ciencia ficción, 'From the Earth to the Moon (De la Tierra a la Luna, 1958)' de Byron Haskin, producido por RKO.

Finalmente el coste de la superproducción se elevó nada menos que a 1,9 millones de dólares. La acogida en los pases previos fue muy buena, hasta el punto de que se estrenó sin ninguna modificación y con algunas tomas no muy finas hacia el final de la historia.
En su estreno los asistentes recibían unas gafas especiales con lentes rojas, que debían ponerse en determinadas escenas en las que aparecía el monstruo Id. Se avisaba de los momentos oportunos por medio de flashes en la pantalla, y cuando te ponías las gafas el monstruo invisible aparecía.


Su éxito comercial no fue despreciable, pero a duras penas logró recaudar el coste de producción, en un año que además fue nefasto para el estudio. El fracaso relativo del film parece que pudo contribuir a la destitución de Schary. En España no fue estrenada hasta 11 años después, en 1967.

El estupendo cartel de la película obtuvo el quinto puesto de "The 25 Best Movie Posters Ever" (Los 25 mejores carteles de película de todos los tiempos) de Premiere.

Como suele ser habitual en el género, se ha hablado mucho sobre la base científica de la película, en algunos casos con cierta mofa, como cuando se dicen cosas como "Necesitaremos una fuerza motriz capaz de cortocircuitar la continua a 5 ó 6 pársecs", o "Desintegrar un ser invisible es una imposibilidad científica". Es cierto que el film rebasa algunos límites que Einstein ya había demostrado infranqueables, como alcanzar velocidades superiores a la de la luz, pero con todo, la atención que se puso en hacer creíble el conjunto está por encima de lo que era habitual en la época. Por ejemplo, parece que el director Fred M. Wilcox consultó con varios científicos antes de tomar la decisión de que el cielo del planeta fuera verde.


Repasemos algunos aspectos técnicos que pueden resultar chocantes. El más novedoso sea quizá la gigantesca máquina de los Krell, un cubo de 8.000 millas de lado que tiene la sorprendente cualidad de transformar energía en materia. Con esa máquina es con la que el subconsciente del Dr. Morbius crea el monstruo Id. Seguramente también es con ella con la que Robby el robot construye planchas de metal o crea el licor para el cocinero, ya que en la película no se muestra ningún tipo de fábrica o excavación. Tan sorprendente capacidad está sin embargo avalada por la teoría de la Relatividad Especial de Einstein, en donde se establece que la materia es equivalente a la energía, lo único que se necesita sería una raza con un nivel tecnológico suficiente.


Tecnología por cierto que para nosotros quisiéramos, con la que está por caer, ya que las necesidades energéticas para convertir energía en materia serían inmensas. Hagamos un pequeña estimación de cuánta energía sería necesaria para crear el monstruo Id. En el laboratorio de los Krell hay una pared con indicadores luminosos que marcan la energía consumida en crear el monstruo. El Dr. Morbius indica que cada dial mide 10 veces el consumo del anterior. Si asumimos que la máquina está muy bien diseñada, el primer indicador consumiría lo típico de una lámpara de iluminación casera de la época, alrededor de 100 vatios. Cuando el monstruo ataca a la nave Bellerefont, podemos ver que se iluminan aproximadamente 15 lámparas, es decir 10x10x10... quince veces. O lo que es lo mismo, 1015 veces lo consumido por el primer dial, o sea, 100 x 1015 vatios, 1017 vatios. Según la película, la máquina cuanta con 9.200 reactores termonucleares, lo que significa que cada reactor en ese momento está produciendo 1013 vatios, 10.000.000 Megavatios. Una pasada. ¿Os imagináis un Fukushima en tal cosa? ¡Qué miedo!

La influencia de 'Planeta prohibido' en el género ha sido muy notable, empezando por la serie 'Star Trek (1966)', reconocida por su creador, Gene Roddenberry, y llegando a su desarrollo cinematográfico posterior. En 'Star Trek: Deep Space Nine (Star Trek: Espacio Profundo Nueve, 1993)' la referencia es directa y el planeta Altair IV se menciona como uno de los que forman parte de la Federación.



En el próximo Cinefórum hablaremos de... "Paisaje en la niebla"

Para el último Cinefórum de mayo, que tendrá lugar el lunes 30, vamos a volver a poner los pies en la Tierra.

Hemos seleccionado para ese día 'Topio stin omichli (Τοπίο στην ομίχλη, Paisaje en la niebla)', una preciosa película de búsqueda y descubrimientos; un conmovedor viaje iniciático rodado en 1988 por Theo Angelopoulos.

Aquí os dejamos unos enlaces interesantes:

- Como siempre, podéis echar un ojo a los comentarios de Filmaffinity.

- Tenéis en Blogcritics otro artículo, eso sí, en inglés.
- Otra reseña curiosa la podéis ver en Etiqueta.
- También podéis acercaros por Cinevivo.
- En Cinencuentro también se habla sobre la película.

Por si no encontráis una copia mejor, aquí os dejamos la película en V.O.S. con subtítulos en inglés. Está dividida en 12 partes. Ponemos el primer fragmento. El resto de partes se encuentran fácilmente.

19 comentarios:

  1. Me has quitado un peso de encima, amigo Gourmet, ¡Ya no soy el único que se olvida de parar la tecla!...pero ¿sabes qué? He preparado mi papel de reciclado y me he impreso las diez páginas de tu entrada para leerlas tranquilamente y volver por aquí para comentarte.
    De inicio, la peli siempre me ha fascinado. Para mí fue todo un descubrimiento que me dejó enganchado a la SF.
    Venga te cuento después.
    Un abrazote.

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  2. En su momento no dudo que fuera una película novedosa y atractiva, pero hoy en día se hace bastante ingenua; eso no quita para que tenga su encanto, el encanto de ese cine de ciencia ficción primitivo, con robots que parecen de la fábrica de neumáticos Michelín y monstruos salidos del inconsciente que son más animación que monstruos aparentemente reales.
    Me hizo su gracia el trato que le daban los protagonistas, tripulantes de la nave que llega al planeta, a la hija del Dr; esos momentos tienen un algo de comedia, como los de¿era el cocinero? (ya se me pasó) con Robby y el licor que le hace éste en cantidades industriales.
    Muy buena toda la información que nos brindas, Gourmet, mucha de ella sorprendente. Un saludo y muy buen trabajo.

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  3. Una de las películas de mi infancia cinéfila, que pude ver 4 o 5 veces. Hace poco veía Destination moon, que se cita en la introducción, y, siendo más "científica", carece del espíritu aventurero y la fantasía de esta.

    Pero qué curioso que el aspecto que menos me gusta de esta película sea el robot, cargante alivio cómico, que además es lo más anticuado de la película. Por lo demás, me siguen subyugando los decorados, los colores, la relación entre los personajes, ese paseo por los restos de la maquinaria kreel, me siguen gustando y fascinando hoy en día, con tanto como hemos visto a estas alturas. Contagian emoción y ánimo de aventura verdadero, y la resolución,todo eso del monstruo creado por el subsconciente, es una salida estupenda. Me sigue gustando hoy incluso en el aspecto técnico, me parece bastante logrado.

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  4. Para mí, Gourmet, "Planeta prohibido" es una cinta indisociablemente unida a mis tardes de adolescente en los cines de sesión continua, a mi pasión por las pelis de aventuras, de ciencia-ficción, a mi amor juvenil por Anne Francis... Ay, esa minifalda o minivestido ya forman parte de mi educación sentimental.

    El filme me sigue pareciendo hoy un portento de fantasía, sentido del humor y buena narración cinematográfica, todo ello con pocos medios. Cine B del Bueno...

    Salucines

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  5. Vaya disección, compas GCPG: no habeis dejado detalle sin tocar ni flanco sin cubrir, todo un dechado de información de interés. Así es como le entran a uno ganas irrefrenables de ponerse a la tarea (el problema es que la cola es demasiado larga, claro...).

    Un fuerte abrazo y hasta pronto.

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  6. Gourmet por mi anterior comentario podrías creer que no me gustó la película, y sí que lo hizo. Como dice Fernando, es una buena peli de serie B. De todas formas me ratifico en que el tono podía estar más conseguido si hubieran resaltado más el aspecto de terror. Un abrazo.

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  7. No estoy de acuerdo con Fernando y Javi en lo de serie B. Creo que tiene medios económicos suficientes como para no ser serie B. No sé si llegaría a rango de superproducción para la época, pero no le veo el tono cutre por ninguna parte

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  8. Por definición puede que no sea la típica peli de serie B, Ricar, pero en la esencia de la historia, superfantástica, para mí sí que tiene un componente de serie B. Fíjate en el personaje del robot, o la historia sin más, es todo muy increíble...de todas formas seguro que en la época había pelis fantásticas mucho más cutres, eso es verdad. Un saludo.

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  9. Otra cosa importante: de aquellas tal vez no se vería como serie B; hoy en día, cualquier aficionado al cine te diría que Planeta prohibido es serie B pura y dura...la catalogación de las cosas cambia con el tiempo la mayor parte de las veces.

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  10. Bueno, en lo que atañe al presupuesto, la película dista mucho de ser serie B. En esto es radicalmente distinta a otras producciones de ciencia ficción de la época. Como apunta también Javi, a día de hoy la apariencia nos puede recordar al bajo presupuesto... pero en absoluto. El robot, a pesar de que hoy resulte irrisorio, fue todo un avance en la época.

    Independientemente del presupuesto y centrándome en la película, diré que también ha pertenecido a mi juventud. Por lo tanto, tiene esa aureola que mitifica algunas películas. Sin embargo, vuelta a ver no hace mucho, he encontrado una cinta atractiva hoy en día. Su trama, compleja pero suavizada con toques de humor, resulta muy entretenida. Sus consideraciones racionales, rodeadas de un entorno científico irreal, son igualmente interesantes. Ese invento que materializa el pensamiento también encuentra ecos en Solaris -aquí con consideraciones harto más metafísicas-. Una raza extinta, la de los Krell, con buenas dosis de enraizamiento filosófico y psicológico. Sus bases literarias enriquecen aún más su compostura de película con pretensiones a muchos niveles, y aunque no en todos destaca, tiene poderosas razones para prevalecer en algunos de ellos.

    Las referencias a los Krell, para mí, lo mejor de la película... junto a la preciosa indumentaria de Anne Francis, jeje.

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  11. Esa es una película que mantiene un hálito de poesía incólume al paso del tiempo: está claro que aquí todos la hemos visto con retraso respecto a la fecha de su estreno y aun así interesa y entretiene.

    Si únicamente buscamos el espectáculo de los efectos especiales evidentemente no es lugar apropiado, pero si deseamos contemplar una subtrama enriquecedora de la aparente simplicidad externa, estamos donde se debe.

    Respecto a las incertezas científicas, quizá valdría la pena dejarlas a un lado no sea que en veinte años más algo haya cambiado y lo que hoy nos parece básico quede en palpable error, com ya ha ocurrido en otras ocasiones: de todos modos, no se trata de un documental y la fantasía prima por encima de todo y, francamente, diría que, a pesar de sus evidentes defectos, sigue siendo para mí imperdible.

    Un abrazo.

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  12. Yo creo que técnicamente, para la época, es una película impecable, y hoy un clásico del cine fantástico y una de las películas más ineteresantes de los año cincuenta. Sería una gozada poder verla en el cine, con una buena copia y en el formato original.

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  13. Truños antologicos la mayoria, quizas por ello...encantadores

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  14. Los modelitos de Anne Francis, lo mejor.....

    Ahora, en serio, un clásico de la ciencia ficción, de INNEGABLE CALIDAD, a pesar de su envejecimiento, que en ocasiones, incluso llega a rozar el ridículo.
    "La invasión de los ladrones de cuerpos" de Siegel (1956) o "Them! La humanidad en peligro" de Gordon Douglas (1954), películas de la misma época, son un claro ejemplo, que a pesar del paso del tiempo, su sobriedad argumental y narrativa, o su épica, continúa siendo ejemplar.

    Estupendo Pidgeon y la ciudad de los Krell.

    Un saludo.

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  15. Muy buen post, me ha encantado. Curiosamente yo no soy de ciencia ficción actual, pero las clásicas de ciencia ficción me encantan. Es una película encantadoramente clásica, de esos robots que te ponen el lagrimal noltálgico, tan redondito, tan bueno y obediente... Recuerdo que esta película me encanto. Ellas con sus minis, esos decorados como bien dices, la morada de Doctor morbius.

    En fin, tendré que visitar a Willian Malone para que me deje ver a Robby.

    Curiosamente en mi blog he escrito un cuentito continuando uno de nuestro compañero bloguero Miguel que lo he títulado "la saga treki dek huevo frito" jajaja. Pásate cuando quieras a leerlo.

    Besotes

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  16. Una de mis películas preferidas de la ci-fi de los años 50, muy colorida, muy pop y muy sugerente, con, como dices, el atractivo de ver esa versión apócrifa de "La Tempestad" de Shakespeare subyacente bajo sus fotogramas.
    Magistral esa clase de ciencia que nos has brindado ;)
    Un abrazo y gracias. He disfrutado mucho.

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  17. Una de las cosas que no recordaba era lo de las gafas para poder ver al monstruo. Tal vez en su pase por laspantallas españolas, en su tiempo, no se facilitaran.
    El post es absolutamente una gozada, no solamente por los datos que regalas, sino por cómo cuentas todas las anécdotas.
    Espero, amigo Gourmet, que sigas esta línea con otras películas.
    Un abrazote.

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  18. Perdonad que no haya atendido a mi cita con este cinefórum, pero es que Madrid está siendo barrida por una marea de dignidad que me tiene obnubilado. La palabra, por fin, ha tomado la calle. Y no solo en Sol, en el Metro, en los cafés, en el trabajo, en los colegios... la Política con mayúsculas se ha abierto paso en medio de la política pequeña, y muchísima gente se está preguntando de qué va esto. A lo mejor es que de nosotros depende que ese planeta ya no esté prohibido, y que podemos enfrentar al monstruo del subconsciente.

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  19. Más que justificados tus motivos, Eduardo, para desatender el cine fórum; sí, quizás algo esté empezando a cambiar... Eso espero, este sistema hace casi dos décadas que ya no da más de sí.
    Renovarse o morir, hay que gritarlo, para superar la sordera crónica y el oportunismo de la clase política y la indiferencia o la inercia de buena parte de los ciudadanos.

    Pero me estoy yendo del tema estrictamente cinematográfico, así que aprovecharé este día de jornada de reflexión para dedicarle unas lineas (tardanas como siempre) a "Planeta Prohibido" tras haberla revisado ayer.

    Estamos ante un clásico del cine de ciencia ficción, un cine que en los 50´s estaba poco menos que en pañales. Ya que nadie se tomaba muy en serio el género y no era más que una sploitation al uso, fundamentalmente en su vertiente terrorífica (terror alienígena) o tecnológico-vanguardista (la incipiente era atómica)... Sólo hay que ver freakismos como las memorables pelis de Ed Wood "Plan 9" y "La novia del monstruo" hablan por sí solas de todo ello.
    "Forbidden planet" con su alto presupuesto, sus modernísimos fx y un guión con lecturas shakespearianas y freudianas apuntaba maneras muy distintas. Pero finalmente las concesiones a la galería acabaron por darle al producto final un toque excesivamente naif.
    Estoy muy de acuerdo con el Cisne "La invasión de los ladrones de cuerpos" de Siegel o "The Thing" de Howard Hawks ( me niego a concedersela a Nyby) y por supuesto "Metroplis" de Lang son scifi´s contemporáneas o pretéritas más redondas y maduras, por tanto más resistententes al paso del tiempo.

    De esta peli me gustan sobre todo:
    -La fotografía, los colores son estupendos.
    -Los decorados ¡Quién pillara la casa "retro-modern" de Morbius!
    -Los vestuarios (especialmente los de Ann Francis)... a proposito de la chica ¡qué rollito incestuoso que apunta el guión! ¿Miopía censora o sólo tenían vista para medir la altura de las minifaldas?
    _Y por supuesto lo que más mola es Robby, que majete y entrañable, un icono de los robots cinematográficos y que lejano al T800.

    En el libro de TASCHEN sobre juguetes 1000 robots (muy recomendable si sois fans del género) vienen unas cuantas réplicas (más o menos fieles) de Robby un lujo al alcances de todos nosotros.

    Espero que sigais tocando en estos cineforums la ciencia ficción en sus diferentes vertientes... Si se admiten sugerencias, pido para la próxima una distopía futurista setentera tipo "Soylent Green" o "The Omega Man", estaría de coña.

    Un saludo y felicidades por esta buena propuesta.

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