martes, 11 de mayo de 2010

Películas de dibujos


En el libro 3 cómicos del cine, de César M. Arconada podemos leer un artículo que, visto lo visto en relación con el interés por el cine de dibujos, me parece muy interesante. Interesante incluso sin que te gusten las películas de dibujos.

Aporta otro punto de vista, siempre sin olvidar que está escrito en 1.930.

PELÍCULAS DE DIBUJOS

Ni Rabelais, ni Hoffman, ni los fabulistas, ni los magos, ni las mitologías, ni nadie, ha conseguido lo que consigue el cine de dibujos: desnaturalizar todas las cosas. Algo de esto, en otro orden es lo que consiguen los poetas por medio de alusiones, de metáforas, de imágenes. Si realizásemos plásticamente un poema –y sobre todo un poema moderno- tendríamos una película de dibujos. Después de todo, la poesía no es más que la desnaturalización poética de las cosas.

En la poesía, como en el cine de dibujos, hay un principio inicial: la arbitrariedad, la desnaturalidad. Alberti puede hacer diabluras con un ángel, lo mismo que el dibujante de cine puede hacer diabluras con una mosca. El poeta y el dibujante de cine son los más auténticos creadores: hacen un mundo especial, fantástico, inexistente, aprovechándose sólo de referencias reales de nuestro mundo, del mundo preciso de nuestros ojos, de nuestras manos, de nuestra vida.

Los dibujantes de estas tienen una pauta: perseguir el absurdo. Por lo demás, el mundo de las cosas es dócil, manejable, manuable. Ellos son como el dios de un mundo de caricatura que crean a cada momento. Y lo que más les place es convertir a las personas en cosas y a las cosas en personas. Es decir, lo antinatural: hacer que vuele lo pesado, convertir lo pesado en ligero. Hacer posible lo imposible. Hacer real lo irreal. Hacer ilógico lo lógico.

En fin: hacer posibles los sueños. Burlescamente, grotescamente, el cine de dibujos es un cine surrealista. El Bosco y, en general, los pintores imaginistas de la Edad Media podrían ser un antecedente.

Con la aportación de la sonoridad las películas de dibujos están adquiriendo, dentro de la diversidad cinemática, un relieve insospechado, indudable. Podrían colocarse por encima de todo el cine cómico si no faltase eso que no puede dar nunca un dibujo, unas líneas, un lápiz: un poco de humanidad.

(Nosotros, nº2, 8 de mayo de 1.930.)

4 comentarios:

  1. Bueno, está claro que este hombre no se pudo ni imaginar lo que iba a venir con el modelado 3d, y hasta qué punto los dibujos se iban a convertir en más reales que la realidad misma.

    En lo que no estoy nada de cuerdo, y de hecho ya no lo estaba en el 1930, es que un dibujo no puede dar humanidad, anda que no he visto dibujos mil millones de veces más humanos que Rambo, por ejemplo, algunos incluso de animales o cosas :)

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  2. Bonito texto, sí señor. Gracias por compartirlo.

    ¡¡¡Cómo cambian los tiempos!!! Es curioso que mientras que las películas de dibujos tienden a ser cada vez más realistas en muchas facetas, las películas de imagen real, con tanto efecto y tanta gaita, cada vez parecen más de dibujos.

    La humanidad se lleva dentro, sea uno un dibujo animado o alguien de carne y hueso.
    Porque ciertamente, ¡cuántos dibujos hay millones de veces más humanos que Rambo! (Aunque no sé yo si Stallone mismo no será un dibujo) ;-)

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  3. Yo creo que se refiere a que un dibujo es un dibujo (con esta aseveración he estado sembrado). Aunque pueda transmitir cierta humanidad no deja de ser un dibujo, por definición, ¿no?; no es humano.

    Aunque en ambos casos terminen siendo imágenes en una pantalla, el actor actúa, el dibujo no, "le actúan", carecen de espontaneidad e iniciativa propia. Supongo que se referirá a eso.

    Por otra parte hay pedruscos que transmiten más humanidad que alguas personas, incluso pueden aportar más sentido común.

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  4. Muy bueno el dibujo pero este nunca se imagino lo que vendria en las peliculas no comparto lo de los dibujos como sin vida al contrario e visto dibujos tan reales que los reales.

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