martes, 1 de diciembre de 2009

FAHRENHEIT 451: Novela vs. Película

NOVELA

“[...]"Monday burn Millay, Wednesday Whitman, Friday Faulkner, burn ’em to ashes, then burn the ashes."[...] (Extracto de la novela)

En un apartado dedicado a comparar libros y películas, sin duda, no se podía pasar por alto esta adaptación.

La novela se la debemos a Ray Bradbury, uno de los grandes escritores de ciencia ficción del siglo XX (junto con otros como Arthur C. Clarke o Isaac Asimov).

El título hace referencia a la temperatura a la que el papel de los libros se inflama y arde.

Fahrenheit 451” se publicó en 1953. Aunque, según Bradbury, su intención era denunciar la manipulación y el poder que podían ejercer algunos medios de comunicación, como la televisión, y los peligros de la pérdida de las bases culturales, desde el principio se vio una clara denuncia de cualquier medio de censura. Sobre todo estando bastante recientes las quemas de libros de la Alemania nazi y viviendo en plena Caza de Brujas del senador Joseph McCarthy. También se vio en el libro una crítica al lanzamiento de las bombas de Hiroshima y Nagasaki.

En esta novela, Bradbury nos presenta una sociedad futura (aunque da la sensación de que no es un futuro lejano) en la que están prohibidos los libros bajo la teoría de que estos hacen sentir mal a la gente, que hacen pensar y plantearse cosas que pueden llevar a la infelicidad. Nos lleva a una sociedad deshumanizada donde se manipula y se influye sobre las personas a través de mensajes transmitidos a través de pantallas gigantes; donde los habitantes aparecen como autómatas sin sentimientos que no cuestionan ni se plantean nada. Un mundo en el que también está prohibido pasear y conducir despacio.

En esta sociedad, que está al borde de una guerra, los bomberos han evolucionado y en vez de dedicarse a apagar fuegos (según el libro las casas son ignífugas) se han convertido en los responsables de hacer desaparecer los libros prohibidos quemándolos.

Guy Montag, el protagonista, es uno de estos bomberos.

Está casado con Mildred, una mujer únicamente interesada en la “familia” que sale en las pantallas que ocupan las paredes de la casa y en ser aceptada socialmente. Pero un buen día su aparente vida perfecta se ve alterada cuando Montag conoce a Clarisse McClellan, una muchacha de 17 años que le hace plantearse sus convicciones y su supuesta felicidad. Una chica que representa un peligro para la sociedad porque, como le dice Beatty, el jefe de bomberos, a Montag: “Ella no quería saber cómo se hacía algo, sino por qué”.

Ésto, unido a una escena que Montag presencia cuando van a quemar unos libros a una casa y la dueña prende ella misma una cerilla para morir con ellos, hace que se produzca una fisura en su caparazón.

A raíz de esto, Montag empieza a esconder libros y a leerlos, hasta que decide preparar un plan para intentar salvaguardar la cultura. Para llevar a cabo su idea, se pone en contacto con Faber, un hombre al que había conocido tiempo atrás en un parque, y al que pica mostrándole un ejemplar de la Biblia.

Pero al llegar a casa se encuentra a su mujer con dos amigas, y Montag, enfadado por su ignorancia, les lee un poema (se trata de un fragmento del poema Dover Beach, de Matthew Arnold), provocando que su mujer, anteponiendo una vez más la vida pública a la privada, denuncie a su marido.

Cuando van los bomberos a su casa, incluido él, Montag mata a Beatty con el lanzallamas, comenzando una huída perseguido por las autoridades y por un perro de metal que tiene un aguijón con el que inyecta procaína y morfina en dosis letales. En esta huida va a casa de Faber, al que da dinero para intentar publicar algunos libros, y huye hacia el bosque, donde le ha dicho Faber que puede encontrar a los “hombres libro”, personas que han decidido salvar la literatura memorizando cada uno una obra para rescatarlas cuando llegue el momento. Allí éstos le muestran que el gobierno, para quedar bien, ha detenido y asesinado a otro hombre diciendo que era Montag. La novela finaliza con la ciudad destrozada por las bombas y los “hombres libro” continuando con su misión.

En conclusión, una joya imprescindible para todo aficionado a la literatura. Una novela que, en vez de perder fuerza con el tiempo, ha cogido un cariz especial debido, entre otras cosas, a los avances tecnológicos que estamos viviendo (incluyendo la aparición de los libros digitales).


PELÍCULA

François Truffaut realizó la adaptación al cine de “Fahrenheit 451” en 1966. Esta película es su primera obra en color, además de la única película que dirigió dentro del género de la ciencia ficción y su único trabajo rodado en inglés.

Cuando Truffaut le contó su idea de adaptar la novela a Ray Bradbury, éste no se mostró muy ilusionado. Incluso, le sugirió al director que adaptase algún relato de su libro “Crónicas Marcianas”, a lo que Truffaut se negó. Al final convenció al escritor, pero éste prefirió mantenerse al margen de la adaptación al cine.

Finalmente el guión lo preparó el propio Truffaut junto con Jean-Louis Richard.

Debido a las características del proyecto (decorados, efectos especiales,...), los costes de producción se dispararon enseguida, lo que obligó al cineasta a buscar presupuesto fuera de Francia. El productor que apoyó a Truffaut en su película fue Lewis Allen, consiguiendo además la distribución internacional de la Universal.

Como lugar de rodaje se pensó en principio en Toronto y en el metro suspendido de Seattle, pero al final se rodó casi íntegramente en Londres. Excepto la escena del metro, que se filmó en un monorrail en pruebas que había cerca de Orléans y que se desmontó después.

Fahrenheit 451” es una película que se aleja de los otros trabajos de Truffaut. Pero a pesar de las diferencias obvias se ve su huella a lo largo de todo el metraje. Es una película de ciencia ficción, pero alejada de los estereotipos del cine de este género. Nos presenta una sociedad bastante cercana. Como él mismo dice en sus notas de rodaje: “ A decir verdad, Fahrenheit 451, que defraudará a los aficionados al género fantástico, es ciencia ficción al estilo de ‘Los Paraguas de Cherburgo’ . En lugar de una historia normal en la que se canta en lugar de hablar, tenemos una historia normal en la que está prohibido leer. Es más claro que el agua, pero ¿acaso es tan clara el agua? [...] Aquí, en el caso de Fahrenheit 451, era cuestión de tratar una historia fantástica con familiaridad, haciendo banales las escenas demasiado extrañas y anormales las escenas cotidianas”.

De la fotografía se encargó Nicolas Roeg (uno de los pocos ingleses con los que Truffaut mantuvo buena relación durante el rodaje), que nos brinda un trabajo de angustioso cromatismo con marcados toques rojos, creando un panorama totalmente desolador.

La música la firma Bernard Herrmann, que hace que en algunas ocasiones (sobre todo en los encuentros de Montag y Clarisse) pensemos en Vértigo de Hitchcock.

Para los personajes femeninos se pensó en Jean Seberg y Jane Fonda. Al final Julie Christie sustituyó a Jean Seberg en primer lugar para interpretar a Linda (Mildred en la novela) y después a Jane Fonda para interpretar a Clarisse, cuando se decidió que la misma actriz hiciera los dos personajes. Truffaut diferenció a los dos personajes cambiándoles el corte de pelo y jugando con los encuadres de cámara. Como dice Truffaut en su diario de rodaje: “ Julie Christie será asombrosa […] En ese papel de Linda voy a filmarla generalmente de perfil, reservando las tomas de frente para el papel de Clarisse”. Así, los encuadres de perfil nos dan sensación de desconfianza y los planos de frente nos muestran transparencia.

Para el papel de Guy Montag hubo varios candidatos. Se pensó en Charles Aznavour, Jean Paul Belmondo, Peter O’Toole, Montgomery Clift, Paul Newman y Terence Stamp. Éste último no pudo participar en la película porque estaba ocupado con la película “El Coleccionista”, de William Wyler. Debido a esto, al final hizo el papel Oskar Werner, que ya había trabajado con el director en “Jules y Jim”. Pero lo que pareció una buena idea al principio, se tornó un problema durante el rodaje, ya que Werner no hizo sino complicar las cosas con su actitud.

El capitán Beatty fue interpretado por Cyril Cusack, aunque se había pensado también en Laurence Olivier, Sterling Hayden y Michael Redgrave.

Son realmente curiosos los créditos de inicio, hablados, mientras vamos viendo imágenes de las antenas de televisión en los tejados, ayudando a adentrarnos en el mundo del filme desde el primer momento.

Aunque la adaptación cinematográfica conserva la esencia de la novela, encontramos algunos cambios reseñables:

Para empezar, se cambia el nombre a la esposa de Montag (Mildred en el libro, Linda en la película). Ésta, en el libro tiene tres pantallas gigantes, mientras que en la película sólo tiene una.

El personaje de Clarisse cambia sustancialmente. En la película es mayor que en el libro (profesora de 20 años en la película, frente a la estudiante de 17 del libro). Además en la película aparece hasta el final, mientras que en el libro desaparece (supuestamente muere atropellada).. Éste último cambio fue del agrado de Bradbury.

En la novela se da gran importancia a la Biblia como libro que se lleva a casa Montag, que luego usa para convencer a Faber y del cual se convierte, cuando va con los "hombres libro", en el Eclesiastés. En cambio en la película se centra en otros títulos: uno de los primeros libros que lee es "David Copperfield", de la casa de la mujer que arde con su biblioteca se lleva a casa un libro sobre Kaspar Hauser y al final se convierte en un libro de Edgar Allan Poe (“Tales of Mistery and Imagination”).

En la película, lo que Montag lee a Linda y a sus amigas es un fragmento de "David Copperfield" de Charles Dickens, en vez del poema "Dover Beach" de Matthew Arnold.

En el libro la guerra está fuertemente presente, siendo uno de los aspectos que se intentan ocultar a los ciudadanos, mientras que en la película se trata el tema de pasada cuando una de las amigas de Linda dice que han llamado a su marido a filas. En la novela, además, la ciudad es destruída por las bombas al final, mientras que en la versión de Truffaut esto no sucede.

En la novela hay varias referencias a la conducción a grandes velocidades y al uso de los coches como diversión. Se intuye la presencia de más circulación. Sin embargo, en la película sólo se ven tres coches: un Jaguar S-Type, un Commer Imp van y un Excalibur SS roadster.

En la novela, en cuanto Montag empieza a leer, se rebela contra él el perro mecánico de la estación de bomberos, de gran importancia en el libro. En cambio, en la película no aparece el perro y se nota el cambio de Montag en que éste no puede subir automáticamente la barra de la estación y que no se le abre automáticamente la puerta de casa.

Otra variación fundamental de la película es la casi total eliminación del personaje de Faber, que sólo aparece de pasada en una escena en un parque. En cambio en la novela es un personaje capital; es el punto de apoyo de Montag y el que además le habla de los "hombres libro" (en la película es Clarisse quien da este dato).

A Bradbury estas dos últimas eliminaciones (la de Faber y la del perro mecánico) fueron las que menos le gustaron de la adaptación de Truffaut.

Quizá uno de los mayores problemas de la película es que da la sensación de que le faltan recursos. Puede que en esto influya bastante el paso del tiempo, pero la impresión que genera es que se queda corto en algunos puntos con respecto a lo que nos podemos imaginar en la novela. A pesar de ello, Truffaut nos regala una obra que se levanta como defensa de la libertad intelectual y de expresión y como crítica a cualquier forma de censura o de persecución a la cultura.

Es destacable la alusión directa que hace a la quema de libros de la Alemania nazi, cuando el capitán Beatty le explica a Montag el por qué hay que eliminar los libros y en un momento dado sujeta “Mein Kampf”, de Hitler, y dice:“Debemos quemar los libros, Montag... Todos los libros”.

Estamos ante una película en la que que Truffaut, gran amante de la literatura, nos permite acercarnos más a su persona al mostrarnos sus gustos literarios (casi todos los libros que salen pertenecían a su colección privada).

En definitiva, no es el mejor trabajo de este director, pero sí una obra interesante que merece la pena ver.


CURIOSIDADES

“Fahrenheit 451”, escrita en la biblioteca de la UCLA en una máquina de escribir alquilada, tuvo su germen en algunos relatos anteriores. En palabras del propio Bradbury: “Cinco cuentos cortos, escritos durante un período de dos o tres años, hicieron que invirtiera nueve dólares y medio en monedas de diez centavos en alquilar una máquina de escribir en el sótano de una biblioteca, y acabara la novela corta en sólo nueve días.”

La novela se publicó por primera vez por entregas en la recién inaugurada Playboy.

En 1967 se publicó una versión censurada, sin conocimiento de Bradbury, donde se omitían las palabras "Damn" y "Hell" ("maldito" e "infierno"). Poco después se publicó otra versión con todas sus palabras y una explicación por parte de Bradbury acerca de lo que pasó con el anterior libro.

Se han llevado a cabo varias adaptaciones radiofónicas de "Fahrenheit 451" en la BBC Radio.

Cuando se estrenó la película, Truffaut no se mostró satisfecho con el resultado. Sin embargo, Bradbury, que como apuntamos arriba se había mostrado reacio a la adaptación, defendió el filme.

Truffaut y Bradbury mantuvieron una amistad, llegando a tener entre manos un proyecto conjunto sobre Picasso que nunca se llegó a realizar.

Truffaut, en las pausas del rodaje, iba a refugiarse a la filmoteca inglesa para ver películas de Orson Welles y de Jean Renoir intentando evadirse del ambiente que se respiraba en los Estudios Pinewood de Londres, ya que no se encontraba a gusto rodando en un país ajeno y en una lengua que no era la suya.

La escena final de la gente libro, cuando nieva, se rodó durante una tormenta de nieve rara e inesperada que ocurrió el día del cumpleaños de Julie Christie (el 14 de abril de 1966).

Resulta muy interesante fijarse en las referencias literarias que aparecen a lo largo de la película. Por nombrar algunas (en imdb viene un listado más amplio): Marcel Proust, Henry Miller, Jean Genet, Jean Cocteau, Raymond Quenau, Audiberti, Mark Twain, Herman Melville, Dostoievski, Charles Dickens, J. D. Salinger, Lewis Carroll, Robert Louis Stevenson, Maquiavelo, Jane Austen, Samuel Beckett e incluso al propio Ray Bradbury, del que se nombran las “Crónicas Marcianas”.

También mete referencias al mundo del cine: la autobiografía de Chaplin; un ejemplar de Cahiers du cinéma consumido por el fuego; un guiño a Rivette, que estaba sufriendo la censura con la prohibición de su obra “La Religieuse”; las referencias ya indicadas a Jean Genet y Jean Cocteau; de Raymond Quenau aparece el libro "Zazie en el Metro", que había sido llevada al cine por Louis Malle ....

También hace alusión al mundo de la pintura. Por ejemplo, se recrea un buen rato en un libro de Dalí.























Nota: aparte de consultar los enlaces vinculados, he extraído información del libro "François Truffaut", de Luis García Gil, perteneciente a la editotial Cátedra y encuadrado en la colección Signo e Imagen/Cineastas.


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5 comentarios:

  1. Amos, que como prohibiesen la escritura menudo disgusto que te daban, y menuda pérdida para tus lectores.

    Qué te puedo decir, me gusta el libro, me gusta la película, me gusta el artículo... y lo único que no me gusta es que si en un tiempo veo (y no digo leo) una noticia de que se van a prohibir algunos libros no me pillaría muy de sorpresa. Así estamos.

    Como siempre, muuuuchas gracias

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  2. A mi me encantaron ambos! (El libro lo leí después)

    Saludos

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  3. señor gourmet:
    sorprendente y muy satisfactorio hallazgo de esta página.
    fantástico artículo-comentario.
    agradecido. muy agradecido.

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  4. Muchísimas gracias, Anónimo. Pero las felicitaciones se la haremos llegar a Supercinexín, una habitual colaboradora... y también gran gourmet.

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