La postura que Jean Vigo adopta hacia el tema de la infancia inhibida por los adultos está regida principalmente por dos experiencias: sus años de niñez pasados en Millau y Chartres y las vivencias de su padre (el anarquista español conocido como Miguel Almereyda) en la prisión infantil "La Petite Roquette". Aunque toma algunos detalles de la vida de su padre, sitúa la acción en un internado, lugar bien conocido por él mismo.
En 1917, cuando Vigo contaba sólo 12 años, su padre fue encontrado muerto, estrangulado con los cordones de sus zapatos, en la prisión de Fresnes. Los hechos no quedaron del todo claros. De hecho, sigue habiendo serias dudas de si realmente fue suicidio o las autoridades tuvieron algo que ver en su muerte. A raíz de este suceso, para ocultar su identidad a causa de la reputación de su padre, adoptó como nombre Jean Sales. Vigo, siendo ya adulto, decide librarse de todos esos recuerdos que le atormentan a través de una película. Hacia el final del rodaje de 'Zero de conduite (Cero en conducta)', desde el tejado de una casa de Saint-Cloud, le confesó a un amigo suyo periodista: "Esta película es en tan alto grado mi propia vida de niño que estoy ansioso por pasar a otra cosa".
En un primer momento, Vigo quiso incorporar a la base de su inspiración inicial recuerdos de la escuela que le contaron sus amigos y colaboradores. Pero finalmente hizo poco uso de estas anécdotas. En las primeras versiones del guión se detecta al menos una clara influencia literaria: "Le Grand Meaulnes", obra de 1913 de Alain-Fournier. En el guión final esta influencia queda diluida ostensiblemente, y en la película sus huellas se distinguen con dificultad.
Vigo finalmente decidió centrarse en sus propias experiencias. En 'Cero en conducta', Caussat y Bruel vienen de Millau, dos compañeros a los que mantiene los nombres. Lo mismo ocurre con Colin, que aunque en la película se ha convertido en el hijo de la cocinera, se trata del Colin que Vigo conoció en Chartres. Tabard es un nombre inventado, pero se puede reconocer en ese personaje al Vigo de Millau y al pequeño Mercier de Chartres, donde Vigo ejercería de amigo mayor, de protector de Mercier (como el Bruel del filme). Al haber conocido ambas fases, protegido y protector, Vigo estaría presente en cierta manera en ambos personajes. También traspone algunos puntos propios a Caussat, pero con quien se identifica más claramente a Vigo es con Tabard. Entre los personajes infantiles secundarios hay constantes ecos de Millau (Durand, el sonámbulo, el acróbata...).
Así como es fácil identificar los personajes infantiles con sus correspondientes personas reales, con los personajes adultos no ocurre lo mismo. Éstos están demasiado lejos de sus modelos y sus personalidades están demasiado mezcladas como para ponerles una correspondencia clara. Por otra parte, al realismo de los personajes infantiles se contrapone la caricatura de algunos de los personajes adultos.
Cuando, a finales de 1932, Vigo envió el guión de su película a Jacques-Louis Nounez, tenía por título 'Les Cancres'. Al director no le gustaba ese título, lo consideraba ya de entrada provisional. Una vez que tuvo claro que se iba a rodar la película, el título se le "apareció" de repente: 'Zero de Conduite'. Ese cero en conducta que en Millau había impedido con frecuencia a Vigo y sus amigos salir los domingos.
Al poco de haber mostrado el guión a Nounez, Vigo se tuvo que poner a la tarea de recortar varias escenas. El guión había sido desarrollado para una película de sesenta y cinco pies, y se le limitó a treinta y nueve pies.
Vigo aprovechó esas revisiones para tomar decisiones sobre algunos asuntos de tipo más emocional. A la sensibilidad despojada de todo sentimentalismo de las primeras versiones, añadió un saludable sentimiento de respeto por los niños. En los primeros esbozos había enfatizado muy fuertemente la malicia con la que los profesores interpretaban el comportamiento de los chavales, en especial la amistad entre Tabard y Bruel. En la versión final mantuvo la estrechez de miras, el espíritu oscuro del personal; pero en lo que se refiere a los muchachos, decidió no rodar, o si se rodaba cortar después, cualquier secuencia que pudiera dar lugar a la más mínima idea escabrosa en la mente del espectador.
El presupuesto del que dispusieron para llevar a cabo la película fue muy reducido. En poco tiempo se decidió el equipo de rodaje de 'Cero en conducta'. A cargo de la cámara estaría Boris Kaufman, asistido por Louis Berger. Albert Riéra sería el asistente del director. Vigo eligió a Henri Storck como director de producción, quien colaboró también como asistente de dirección. Maurice Jaubert se haría cargo de la música. Charles Goldblatt escribió la letra de la canción que entonan los niños. Pierre Merle, que era hijo de un amigo de Almereyda, se unió al grupo también como asistente de dirección.
Una de las funciones de éste último fue buscar a algunos chavales por las escuelas. Un profesor de una escuela del XIX Distrito de París amigo suyo le ayudó confiando a Vigo algunos de sus alumnos. Para uno de los papeles principales Vigo ya había elegido a un chaval que vivía en la rue de l'Amiral-Mouchez, al que había conocido en el parque Montsouris. Era Louis Lefèvre, el terror del vecindario, que interpretaría a Caussat. Sin abandonar el portal 34, donde vivía Lefèvre, Vigo encontró a otros dos actores: el guarda Du Verron interpretaría al supervisor jefe conocido como Bec-de-gaz, y Michèle Fayard para interpretar a la muchacha. El poeta Bédarieux "aportó" a su hijo Gérard, para el papel de Tabard. Constantin Golstein-Kehler (Coco Golstein), del Boulevard de la Chapelle, encarnó a Bruel. Gilbert Pruchon, un chaval de la Pré-Saint-Gervais, hizo de Colin. Casi todos los niños que aparecen como extras provenían del anteriormente citado XIX Distrito, el barrio más típico de la clase obrera de París. Algunos venían de la rue Letort o de la rue Lepic.
Para interpretar a los bomberos invitó a algunos pintores conocidos suyos. Uno de ellos fue Raphaël Diligent, que solía hacer ilustraciones en "La Guerre Sociale" y "Le Bonnet Rouge" (periódico en cuya creación colaboró Almereyda). Diligent fue además uno de los firmantes de la carta de protesta contra el arresto del padre de Vigo. Storck incorporó a Félix Labisse, que a su vez propuso a una amiga para interpretar a la joven a la que conoce Huguet. Los otros dos bomberos están interpretados por Georges Patin y George Vakalo.
El poeta Louis de Gonzague-Frick, buen amigo y albacea testamentario de Laurent Tailhade, quien en 1901 había defendido al joven Almereyda, aceptó representar al Prefecto e incluso aportó un uniforme.
Hay pocos actores profesionales en la película: Robert le Flon (supervisor Parrain-Pète-sec), Léon Larive (profesor), Delphin (Director) y Jean Dasté (Huguet). Aunque este último participó en calidad de amigo de Jean Vigo más que en calidad de actor profesional.
Nounez dio el consentimiento final el 12 de diciembre de 1932, e informó a Vigo de que la grabación en el estudio comenzaría el 24 de ese mismo mes. En esos pocos días que tenían hasta el comienzo de las filmaciones, el equipo estuvo muy ocupado preparando todos los detalles. Vigo esbezó un proyecto para el dormitorio, el decorado más importantes, mientras que Storck se ocupó de la oficina del director. Vigo, Storck y Kaufman se reunieron la tarde del 13 de diciembre y estuvieron en La Coupole hasta las cuatro de la mañana discutiendo los decorados. Tras mucho trabajo, el día 15 Vigo y Storck tuvieron listo un presupuesto, un esquema de rodaje y una lista de decorados y atrezzo. Mientras, Riéra puso en guardia a los actores y se hizo cargo de asuntos prácticos en el estudio.
En Gaumont destinaron dos estudios, F y G, al equipo de 'Cero en conducta'. El decorado del dormitorio se instaló en el estudio F. El estudio G serviría para el resto de decorados, que se irían sucediendo y transformando rápidamente de uno en otro gracias a suelos movibles y ayudándose de detalles de atrezzo. Así, se rodaron allí las escenas del despacho del director, el comedor del tutor, el ático, la clase de química, la sala de estudio y el refectorio.
El día 23 de diciembre estaba todo el equipo en Gaumont poniendo a punto los decorados y las luces para empezar a rodar al día siguiente a las nueve. Era la primera vez que Vigo se encontraba en un estudio como director. Poco a poco se fue haciendo con el control de la situación, aunque no fue un camino de rosas.
Era asimismo la primera vez que trabajaba con diálogos. En 'Taris, roi de l'eau (Taris, rey del agua)' había comentarios, pero no era comparable con lo que tenía ahora por delante ni por su duración ni por el tipo de guión hablado. Aunque Vigo había escrito los diálogos en el guión, pronto decidió que sólo utilizaría lo escrito como guía, y que iría reescribiendo las líneas según avanzara el rodaje. Todas las mañanas, para ir al estudio, tomaba un tren que daba un poco de rodeo, por lo que aprovechaba el viaje para ir reescribiendo los diálogos. Tanto producción como dirección coincidieron en su deseo de que hubiera poco diálogo. Por parte de la producción, se debía al escaso presupuesto disponible: la reducción de líneas disminuía el coste del filme. Vigo por su parte lamentaba el abandono del cine mudo y no confiaba demasiado en el sonoro. Para compensar la mala calidad del sonido y la pobre dicción de sus actores, en especial de los niños, experimentaría con las repeticiones de determinadas expresiones.
Para el primer día tenían previsto rodar todas las escenas de la oficina del director y del comedor del tutor, pero fue imposible cumplir el plan. La forma de actuar de Delphin no convencía al equipo. Además, el actor era muy quisquilloso y amenazó con no volver al rodaje. Más de una vez, Vigo tuvo que enviar a Storck a negociar con Delphin. Y los obstáculos no acabaron ahí: al poco de empezar a rodar, Storck tuvo que guardar cama un día entero por enfermedad, la relación del equipo con el Director General de Gaumont no eran plácidas precisamente, Delphin no hacía más que quejarse, los niños (que se lo estaban pasando en grande) se estaban poniendo insoportables... Y, al final, el día 31 de diciembre Vigo cayó enfermo, con una fiebre altísima y hubo que aislarlo y controlarlo para evitar una posible neumonía.
Riéra y Storck fueron a negociar con M. Thau (el Director General de Gaumont) un aplazamiento de las fechas previstas de rodaje. Thau reaccionó violentamente. Se consideró la posiblidad de continuar sin Vigo, pero al final la administración del estudio convino una interrupción de tres días. Retomarían el rodaje el viernes 6 de enero. A Vigo y Lydou (su esposa) les llegó la noticia de tal forma que pensaron que Riéra y Storck estaban intentando continuar el rodaje secretamente. La reacción de Vigo y, sobre todo la de Lydou, fue extremadamente violenta. Storck y Riéra, obviamente, se sientieron disgustados ante tan injusta actitud hacia ellos. Finalmente, el rodaje en estudio finalizó el sábado 7 de enero, fecha límite. Trabajaron sin descanso hasta siete segundos antes de las las doce de la noche (si se pasaban un segundo de medianoche, los técnicos y electricistas del estudio tenían derecho a cobrar todo un salario nocturno, y con el presuesto limitado no era recomendable).
Después del jaleo del último día, Vigo y sus amigos necesitaban relajarse. Un pequeño restaurante de Montmartre les posibilitó llevar a cabo una memorable batalla de huevos duros. Fue el comienzo de una tradición, aunque con el tiempo los proyectiles pasaron a ser huevos frescos.
El lunes 9, Vigo y Riéra volvieron a Saint-Cloud para terminar de explorar las localizaciones exteriores. El día 10 comenzó el rodaje en exteriores, pero también surgieron dificultades. La lluvia y la nieve ralentizaron el trabajo considerablemente. Además, iban contra reloj, ya que Kaufman tenía que estar el 15 de enero en Suiza. El día 14 trabajaron las escenas más importantes y complicadas durante toda la mañana y parte de la tarde, apurando hasta el último segundo antes de que Kaufman partiera. El equipo continuó trabajando sin Kaufman hasta el domingo 22 de enero, día en que se dio por finalizado de forma definitiva el rodaje.
Vigo se puso manos a la obra con el primer montaje. No estaba demasiado satisfecho con el resultado y dudaba del valor de su película. Además, a pesar de los recortes de guión iniciales y de los recortes de escenas que se vio obligado a hacer durante el rodaje por órdenes de los productores, para ajustarse al tiempo y al presupuesto, la longitud de la película todavía excedía lo marcado. Se planteó dos caminos a la hora de decidir qué quitar: podía dar prioridad a la unidad de acción, buscando la claridad del todo, o podía dar prioridad a la unidad de estilo. Optó por esto último. En caso necesario, introduciría subtítulos explicativos.
Vigo se puso manos a la obra con el primer montaje. No estaba demasiado satisfecho con el resultado y dudaba del valor de su película. Además, a pesar de los recortes de guión iniciales y de los recortes de escenas que se vio obligado a hacer durante el rodaje por órdenes de los productores, para ajustarse al tiempo y al presupuesto, la longitud de la película todavía excedía lo marcado. Se planteó dos caminos a la hora de decidir qué quitar: podía dar prioridad a la unidad de acción, buscando la claridad del todo, o podía dar prioridad a la unidad de estilo. Optó por esto último. En caso necesario, introduciría subtítulos explicativos.
Tras una primera edición se tomó unos días de descanso antes de afrontar el montaje definitivo. El 4 de marzo, proyectó la versión edtitada, aún sin el sonido montado, para su equipo. El resultado fue decepcionante. Les pareció que carecía de claridad y acción, que hasta la mitad era un documental con demasiados saltos confusos, que el ritmo era vacilante, que se notaba la carencia de un guión más elaborado, que las actuaciones eran malas, que excepto la intención no había nada claro... En definitiva, que la película no era profesional.
Maurice Jaubert estaba preparando la partitura. Tras ver la película varias veces, Jaubert llevó a cabo su tarea de tal forma que complementa perfectamente a las imágenes, fusionándose con estas con naturalidad. El trabajo que realizó Jaubert en 'Cero en conducta' tuvo un enorme éxito, y le sirvió para ser considerado desde entonces el principal compositor de bandas sonoras de Francia.
Tras la sonorización de la película surgieron algunos detalles que también fueron criticados. Para empezar, el sonido era realmente malo. Pero además, a veces resulta muy complicado saber qué personaje está hablando.
El estreno oficial de 'Cero en conducta' tuvo lugar en el Cinéma Artistic de la rue de Douai, el 7 de abril de 1933, a las 18:15. Se dice que estuvo presente la flor y nata de las esferas artística y literaria francesas, y que a muchos de ellos no les gustó nada y abandonaron la sala sin dirigir ni una sola palabra al director.
Los distribuidores y los directores de las salas de cine quedaron, se podría decir, en estado de shock. pero no tanto por razones morales como por la carencia de cualidades comerciales. Parte del público comenzó a silbar, pero los aplausos de algunos otros espectadores ahogaron los silbidos. Entre estos defensores de la película se encontraban los hermanos Pierre y Jacques Prèvert y sus amigos. Los niños que salían en la película y sus amigos se lo pasaron estupendamente viéndose en la pantalla. A los padres de los niños, llenos de orgullo, también les gustó, excepto a una madre, que se lamentó por haber dejado a su hijo unas semanas en compañía de esos sátiros.
Los críticos se dividieron. Algunos medios, como "Le huron", se ensañaron con Vigo y con 'Cero en conducta'. Otros, como "Marianne", lo alabaron. Tanto unos como otros centraron la mayor parte de sus críticas en la dureza de la película y en su asociación con las vanguardias. El estilo y la poesía visual de Jean Vigo sólo serían reconocidos en su justa medida muchos años más tarde. Algunos medios que antes del estreno le habían dedicado con muchas ganas un espacio con buenas palabras para dar a conocer lo que se estaba cociendo, tras el estreno cambiaron su actitud. "Ciné-Monde", por ejemplo, publicó un amplio reportaje pre-estreno. Tras la premiere, no dijo ni mu. "Pour Vous" abrió boca con ganas, pero después del estreno publicó unas pocas líneas bastante esquivas
Y, cómo no, también habló la iglesia. Desde diversos círculos católicos y desde su correspondiente prensa ("Choisir", "L'Omnium Cinématographique") reclamaron que la censura actuara contra la película.
Finalmente, la Junta de Censura intervino. Su presidente, Edmond Sée comentó a un periodista: "En todas las cuestiones artísticas y morales nuestra opinión es predominante [...] Pero para las películas que podrían causar disturbios y entorpecer el mantenimiento del orden, los puntos de vista de los representantes de los Ministerios de Interior y Asuntos Exteriores tiene la fuerza de le ley. Su veto es en efecto inapelable". Así, 'Cero en conducta' estuvo prohibida en Francia por sediciosa hasta 1946, cuando obtuvo la visa d'exploitation. El reestreno tuvo lugar el 15 de febrero.
Pero las autoridades francesas no tenían poder para prohibir que una película se exportara, y la película llegó al Club de l'Ecran, de Bruselas. El cine ADAC y el Studio du Carrefour también la programaron junto a 'Life Begins', de James Flood y Elliott Nugent. En l'Ecran se proyectó el 17 de octubre de 1933 a las 18:00 y a las 21:00 h. en pases reservados para los miembros del Club. Vigo, invitado por André Thirifays, acudió a presentar la película. También se proyectó el filme en varios cineclubs de las principales ciudades belgas. Las críticas vertidas en Bélgica estuvieron, al igual que en Francia, divididas. Y, de igual forma, se centraron en la dureza y la crudeza de la película. En noviembre de 1934 se exhibió en la London Film Society.
Una curiosidad: en 1950, algunos círculos católicos franceses no compartieron la repugnancia que sus colegas mostraron hacia 'Cero en conducta' en 1933. El Padre Pichard, que escribía en el semanario católico parisino "Radio-Cinéma", ataca a los censores por haber prohibido la película y la alaba porque la considera un ataque a la educación secular.
Y a vosotros: ¿Os parece sediciosa? ¿Os gusta? ¿No os gusta? Rebelados o no, esperamos vuestras opiniones.
En el próximo cinefórum hablaremos de... Bagdad Café
El próximo cinefórum lo tendremos el 20 de febrero y pasaremos directamente de cine del vanguardia al cine independiente de la mano de Percy Adlon, quien dirigió 'Bagdad Café' en 1987, y una canción inolvidable: "Calling you".
Para ir recabando información empezamos con los fijos, la información de la Wikipedia y las críticas de los usuarios de filmaffinity.
Y casi ya, porque hemos encontrado muy poca información sobre la película en la web. La mejor sin duda está en Cine-Clásico, aunque creo que los textos están sacados filmaffinity.
También podéis encontrar un comentario en mitiquisimo.
Imaginamos que todos sabéis a estas alturas que a los chicos del FBI (sí, esos de los que tanto se ríen en un buen montón de películas americanas) no les gusta nada, nada, nada que veáis películas a través de internet, así que nos vamos a tener que conformar con poner solo el trailer. Aunque bien mirado, casi es un alivio dada la mala calidad que habitualmente tenían las copias disponibles. Pero vamos, que seguro que si la buscáis la encontráis, y si no, preguntad directamente en el Ministerio de Cultura, que para eso están.
Estupendo cinefórum.
ResponderEliminarSiento no poder "discutir" sobre el film, pues en Jean Vigo me quedé en su obra más conocida "L'Atalante", y aún por encima los recuerdos de ésta son muy vagos.
Un saludo.
Casualmente, acabo de terminar de leer "La ciudad y los perros" que trata de un colegio militar, durísimo, podrido diría yo. Tiene algún punto en común con Cero en conducta.
ResponderEliminarYo la tengo relativamente reciente. Me ha gustado mucho los datos del post, pero, curiosamente, con el (poco) cine que queda de Vigo, tengo la sensación de que no ha habido rodaje, de no ha habido planificación, ni montaje, ni producción, ni nada. Es un cine que simplemente pasa, como un atardecer o como la lluvia, películas muy delicadas, muy frágiles, no sé si me explico sin parecer un hortera. En Cero en conducta además, parece que el cine es un juguete en manos de alguien que no ha ido a una escuela de cine, y que lo modela y lo experimenta como si fuera plastilina, pasando de las reglas, de las teorías, de los planos, utilizando cualquier cosa que pase por allí: el dibujo animado, el mudo, el sonido, la cámara lenta, sin importar el orden ni el fin, solamente porque sí. ¿A alguien más le pasa?
Pues lo siento, pero sólo me quedé en la parte teórica: leí vuestras recomendaciones... ¡pero no he visto la peli, tarde ya! A ver dónde la consigo ahora...
ResponderEliminarRecuerdo haber visto de Vigo Ascensor para el Cadalso, creo que se titulaba, una peli muda bastante curiosa, muy interesante. De esta había oído hablar de ella unas cuantas veces, y por lo general bastante bien. Los franceses hicieron muchas y buenas pelis sobre la enseñanza y la infancia. Adiós muchachos, La piel dura, una de no hace mucho creo que de Tavernier, ¿Los chicos del coro?, Juegos prohibidos, que no es exactamente de la enseñanza institucional, pero que retrata la infancia y la educación familiar y el mundo de los niños en el drama de la guerra de un modo muy emotivo y enternecedor. También podríamos meter aquí la de Truffaut El pequeño salvaje, por el lado especial.
ResponderEliminarExcelente entrada, Gourmet
los 400 golpes
ResponderEliminar@Javier: A ver, que creo que te estás liando con los títulos y los directores.
ResponderEliminar"Ascensor para el cadalso" es de Louis Malle, años 50 creo recordar y no es muda. Eso sí, es muy buena. De Vigo, muda, se me ocurre que puede que hayas visto el corto "A propósito de Niza".
"Los chicos del coro" no me acuerdo quién la dirigió, pero no fue Tavernier.
No te preocupes, que yo también tengo muchos días en que mezclo a todos ;-)
@Enrique: aquí la puedes ver con subtítulos en inglés.
http://www.youtube.com/watch?v=xd8nH0BmMm4
Si no la quieres ver así, seguro que algún conocido la tiene.
@Ricar2: Para mí, Vigo hacía poemas con las imágenes, eso sí, en verso libre. En este caso me queda la curiosidad de cómo sería la película si no se hubiera visto obligado a recortar y recortar.
@The Black Swan: Anímate a verla y así nos cuentas qué te parece.
Sí, con la de Ascensor para el Cadalso me debí equivocar. Creo haber visto alguna de Vigo, pero ahora no lo sé con certeza. Por cierto algún familiar de Vigo igual era de Vigo, en Galicia, donde vivo... podría ser.
ResponderEliminarLos chicos del coro no digo que sea de Tavernier sino que trata el tema, creo, por lo que tengo leído (no la vi), por eso le pongo una interrogación. La de Tavernier que vi y no me acordaba del título es Hoy empieza todo. Una peli que no está nada mal.
Un saludo
Efectivamente, Javi, trata el tema... ¿y dices que no la has visto?
ResponderEliminarHoy empieza todo está muy bien, y la vi no hace demasiado.
¿Habéis visto La clase (Entre les murs)? Otro notable acercamiento a las aulas, peeeero terminé con la sensación de que los brutotes de aquí son bastante peores que los brutotes de allí.
Imposible, no he encontrado la peli en ningún sitio.
ResponderEliminarPor la entrada me recuerda un poco a la también francesa "La guerra de los botones".
Por cierto, contestando a Javi "Ascensor para el Cadalso", tal y como comenta Gourmet, es de Louis Malle (su primera o una de sus primeras pelis) es una gran peli y la protagonista es Jean Moureu que por cierto está muy guapa.
Pero lo mejor de la peli es la brutal banda sonora de Miles Davis.
El Cisne que también sabe de jazz puede corroborarlo.:)
Un abrazo... con "Bagdag café" no habrá problema.
Anda, leñe, Bagdad café, qué buenos recuerdos...esa alemana, ese desierto... magnífica. Genial la música.
ResponderEliminarUn saludo. Y un agradecimiento a David por corroborar el tema Ascensor para el cadalso.
Ciao