miércoles, 12 de enero de 2011

CINEFÓRUM DE SOBREMESA (porque el cine nos alimenta...)
Hoy: Los siete samuráis, (Akira Kurosawa, 1954)

"Las películas japonesas tienden a ser ligeras, sencillas, simples pero sanas, igual que el té verde sobre arroz, pero creo que debemos tomar comida más sustanciosa y films más densos. Por eso pensé que debería hacer una película que fuese lo bastante entretenida para comérsela, por decirlo de algún modo.

Claro que pensé así desde el principio... pero ¡qué trabajo da hacerlo en el Japón! Siempre pasa algo. No teníamos bastantes caballos. Llovía todo el tiempo. Es exactamente la clase de película imposible de hacer en este país."

Akira Kurosawa sobre 'Los siete samuráis'.



Efectivamente, el camino hasta la finalización de 'Los siete samuráis (Shichinin no samurai)' no fue precisamente sencillo. Una serie de factores confluyeron para hacer que su estreno, previsto para principios de octubre de 1953 tuviera que retrasarse hasta abril de 1954.

Pero empecemos por el principio: ¿Cómo surge la historia?. Al parecer, su primera idea consistía en desmitificar el concepto de samurái que había ofrecido el cine y acercarse a lo que habían sido en realidad. Según cuenta Shinobu Hashimoto, uno de los guionistas de la película: "Después de 'Vivir (Ikiru, 1952)', queríamos escribir un guión sobre un solo samurái. Decidimos mostrar un día en la vida de un samurái, desde el momento en que se levantaba, rezaba con incienso, pasaba un rato con su familia, iba al castillo, etcétera. En cierto momento del día, cometería un error y al final de la historia haría sepukku." Continúa Hashimoto: "Investigamos mucho, el productor (Sojíro Motokí), el ayudante de producción (Hiroshi Nezu) y yo, pero todo resultaba muy vago. Nunca pudimos determinar realmente cosas específicas sobre su vida diaria. Por ejemplo, ¿cuándo se afeitaba la barba o se peinaba un samurái? ¿Lo hacía alguien por él? ¿Lo hacía él mismo? ¿Qué tipo de cuchilla usaba? ¿Qué tipo de comida tomaba para desayunar? ¿Se llevaba la comida al castillo? Los libros sólo detallaban los hechos históricos: el día, el año, etcétera, pero no había nada sobre la vida diaria del samurái. Así que le dije al señor Kurosawa que no iba a poder escribir el guión, y él se puso furioso porque ya llevaba tres meses esperando." Así que este primer argumento quedó descartado. Como curiosidad, afortunadamente no acabó en la papelera, ya que serviría de base años más tarde, en 1962, para el guión de 'Sepukku (Harakiri)', película dirigida por Masaki Kobayashi.

La siguiente idea que intentaron sacar adelante giraba en torno a los maestros japoneses de lucha, el clan Yagyu, pero el argumento tampoco acabó de convencer a Kurosawa.

Hasta que finalmente, en noviembre de 1952, surgió la idea definitiva.
Mientras Kurosawa repasaba su material de investigación, encontró un artículo sobre un incidente real en el que unos granjeros habían contratado a un samurái para que protegiera su aldea de los bandidos. Según Hashimoto: "El señor Kurosawa y yo nos reunimos con el productor Motoki y hablamos de una idea sobre ronin que viajaban por el país, pero que como no tienen bastante dinero, van de dojo en dojo desafiando a los maestros. Si ganan, pueden quedarse, desayunar y llevarse un poco de arroz para la comida antes de seguir camino hasta el dojo siguiente. Pero ¿qué pasa si no encuentran un nuevo dojo? Bueno, digamos que hay una aldea donde los granjeros tienen que protegerse de los bandidos, así que los granjeros contratan a los samuráis para que los protejan. Cuando oí eso, me di cuenta de que era nuestra historia. Hablamos sobre el número de samuráis, decidimos que fueran siete y nos basamos en los personajes de aquellos maestros de la vida real; por ejemplo, Kambei, interpretado por Takashi Shímura, se basaba en Isanomukami Koizumi. Al final, en cierto sentido, resultaba que todos los samuráis de la película habían existido. Así que empecé a escribir el guión y el señor Kurosawa me dijo que escribiera libremente, no con forma estricta de guión. El resultado fueron quinientas páginas."

En diciembre de 1952, Hashimoto, Kurosawa e Hideo Oguni, el tercer guionista, fueron a un ryokan de Minaguchi-en para escribir el guión final. Cuenta Hashimoto sobre Kurosawa: "Me impresionó mucho. Se traía un cuaderno y lo hojeaba, y escribía una información muy precisa y detallada sobre los siete samuráis. Su altura, el modo en que caminaban, el modo en que se ataban los zapatos, cómo contestaban cuando la gente se dirigía a ellos. Era un esfuerzo increíble. Nunca había conocido a una persona así en mi vida."

Su único visitante fue Toshiro Mifune, según el cual: "Al principio no existía el personaje de Kikuchiyo. Había seis samuráis. Oí que yo iba a interpretar a Kyuzo, que finalmente fue el personaje de Seiji Miyaguchi.
El señor Kurosawa, Shinobu Hashimoto e Hideo Oguni estaban escribiendo en Minaguchi-en, en Atami, por entonces, y yo solía pasar por allí. Vi que se reunían por las noches para hablar del trabajo que habían hecho. Durante una de las conversaciones decidieron que si todos los samuráis eran serios, la historia no tendría interés. Entonces nació Kikuchiyo. Kurosawa dijo: "Éste es tu papel. Puedes hacer lo que quieras con el personaje."

Estuvieron allí prácticamente encerrados durante más de seis semanas, conviviendo y trabajando codo con codo, aportando cada uno lo mejor de sí mismo, hasta bien entrado 1953. Kurosawa y Oguni se sentaban uno frente al otro y Hashimoto en un extremo de la mesa. Trabajaban independientemente en la misma escena y luego se pasaban el trabajo en sentido contrario a las agujas del reloj, leyendo sus páginas cuando acababan y reuniendo sus mejores ideas. Oguni tenía derecho a veto sobre todos los demás, incluido Kurosawa. "Si Oguni decía que no, todo el mundo tenía que volver a empezar", comenta Hashimoto.

Sobre las dificultades de aquellos días, nos cuenta Oguni: "La razón por la que pasamos una temporada difícil escribiendo aquel guión era porque Kurosawa estaba enfermo. Nos dábamos masajes unos a otros cada noche. Kurosawa no se sintió bien durante un tiempo, y a Hashimoto le preocupaba que pudiera tener cáncer. Llamamos a su mujer y le llevamos al hospital. Tenía parásitos. Cuando ayunó y finalmente se tomó un laxante, le salieron muchos parásitos del cuerpo."
Hashimoto también recuerda: "Cuando acabamos de escribir Los siete samurais, creí que nunca iba a ser capaz de escribir nada bueno otra vez. Por otra parte, pensé que ya que escribir era tan difícil, y yo había sobrevivido, podría escribir lo que fuera."

Pero tanto esfuerzo tuvo su recompensa. Como quería Kurosawa, 'Los siete samurais' logró alejarse del género chambara (que solía buscar el mero entretenimiento) para lograr una profundidad nunca vista en una película de samuráis. Estamos ante una película rica en todos los sentidos: los personajes están pensados al milímetro, la estructura está perfectamente planificada y técnicamente no deja nada al azar. Todo en el guión está medido; cada frase y cada gesto aportan algo al resultado final.

Durante los primeros 90 minutos de película no hay una sola batalla, pero no es tiempo perdido, sino que Kurosawa y sus colaboradores nos presentan de forma detallada a cada uno de los personajes así como la situación de la aldea para que llegado el momento conozcamos e identifiquemos a cada persona, cada situación. Y no sólo se molestan en que conozcamos a los personajes principales, sino que todos y cada uno de los extras que aparecen tienen su historia, ya que según Kurosawa, cualquiera podría resultar imprescindible en una toma determinada. Así, los extras no son un ente indeterminado y pasan a ser "individuos". Todos son importantes. Kurosawa llegó a crear un registro de los ciento un residentes de la aldea, formada por veintitrés familias. Dio a los extras un árbol genealógico y durante la producción les hizo vivir y trabajar juntos, como si de familias auténticas se tratara. De este modo logró que la acción de fondo, aparentemente secundaria, otorgue un mayor realismo a la película.

Los elementos naturales, como la lluvia y el viento se utilizan como un elemento narrativo más, contribuyendo a reforzar los sentimientos de los personajes e incluso sirven para anunciar cambios en los acontecimientos y marcar puntos relevantes en la historia.

Una vez que estuvo el guión terminado, Kurosawa pasó tres meses en preproducción. La situación geográfica de la aldea era fundamental para la historia, por lo que gran parte del tiempo se ocupó en buscar locali- zaciones. Al final se utilizaron cinco lugares distintos. Para recrear la parte principal de la aldea, finalmente se construyó un decorado con veintitrés casas y se llevaron cuarenta caballos.

Los demás lugares representaban zonas exteriores de la aldea, por lo que trasladar a los caballos era un verdadero lío. Afortunadamente, alguien tuvo la idea de utilizar distintos caballos en cada sitio y pintarlos para que parecieran los mismos.

Kurosawa impuso cuatro semanas de ensayos, haciendo que el reparto ensayara con trajes. Además, hacía comer juntos a los actores y dirigirse unos a otros por el nombre de los personajes. No sólo hizo pasar a los trece protagonistas por sus métodos. Los actores con pequeños papeles también tenían que asistir a sus charlas. Muchos de los papeles pequeños fueron interpretados por personas que no eran actores con el objetivo de dotar de mayor autenticidad a la película. 'Los siete samuráis' se empezó a rodar el 27 de mayo de 1953.

A mediados de julio de 1953, tras casi dos meses de rodaje, enviaron a Kurosawa al hospital Kinoshita, situado a unos minutos de Toho, en Seíjo. Estaba completamente exhausto debido a las energías que había empleado en la producción. El rodaje debía terminar el 18 de agosto de 1953, y estaba previsto que la posproducción acabase un mes después, para que Toho pudiera estrenar la película a principios de octubre. Faltaban seis semanas para el estreno y Kurosawa sólo había rodado menos de un tercio de su guión.

El 1 de agosto Kurosawa volvió a Toho y retomó el rodaje, pero los problemas no habían hecho más que comenzar. El presupuesto de la película, que en principio que inicialmente debía estar entre 150.000 y 200.000 dólares, había volado. A principios de septiembre de 1953, sólo tenía 70.000.000 yenes, (unos 19.000 dólares) para acabar su film. Nunca había pensado que acabaría a tiempo ni según el presupuesto, pero con menos de una tercera parte de la película rodada, ya casi se había quedado sin dinero.

Aunque el productor Iwao Mori seguía apoyando a Kurosawa, la película se le había ido de las manos. "Fue un problema muy serio para Toho en aquel momento", recordaba Morí. "Todo el estudio estaba contra mí. Hasta Kurosawa díjo: '¡Oh, Dios mío! Puede que Toho acabe quebrando si sigo trabajando en esta película. No tendré elección si deciden sustituirme.'"

El retraso se debía en parte a que gran parte del rodaje se desarrollaba en exteriores y el tiempo no había ayudado. Junio era un mes lluvioso, por lo que no se pudo hacer nada gran parte del mes. También contribuyó a esta crisis el perfeccionismo y arrogancia de Kurosawa. Los presupuestos y los plazos de tiempo no le preocupaban y ahora corría el riesgo de que le echaran.

Lo que más fastidiaba a Kurosawa era su posible sucesor, el director Kunio Watanabe, conocido por fabricar películas de serie B como churros. Pero eso no era lo que más preocupaba a Kurosawa. Watanabe estaba en contra de los sindicatos, era anti izquierdista, anti comunista y, en los años posteriores a la guerra, había trastornado a la industria con sus cazas de brujas similares a las de McCarthy. Había acusado a seis películas de Toho de ser "propaganda comunista", incluyendo 'Un domingo maravilloso (Subarashiki nichiyobi, 1947)' y 'Los que construyen el porvenir (Asu o tsukuru hitobito, 1946)', de Kurosawa. En definitiva, no era el más adecuado para dirigir una película que tratase de la unión de unos hombres pobres.

En septiembre de 1953 el dinero se había acabado, la producción se suspendió y Kurosawa no podía hacer más que esperar y ver si el estudio le respaldaba, si era sustituido por Watanabe o si abandonaban el proyecto. Aprovechó para ir de pesca al río Tama para descansar. Minoru Chiaki, que fue a visitarle, se sorprendió al verlo tan tranquilo. Kurosawa se había convencido de que el estudio le respaldaría. Dijo a Chiaki: "Toho no va a desperdiciar el dinero que se ha gastado ya. Me seguirán escuchando mientras mis películas den dinero".

Kurosawa tenía razón. La producción se reanudó bajo sus órdenes el 3 de octubre. Al contrario de lo que pensaban los ejecutivos de Toho, la arrogancia de Kurosawa creció y volvió a sus costumbres autocráticas. Mientras estaba rodando la batalla en el fuerte de los bandidos, el departamento de publicidad de Toho invitó a varios periodistas a que presenciaran la filmación. Se colocaron unas sillas a cierta distancia del plató, que iba a incendiarse. Según Yoshio Tsuchiya, Kurosawa se quedó lívido. "¡Idiotas!" gruñó a los del departamento de publicidad, "¡Enseñadles la película terminada! ¡No se supone que se la tengáis que enseñar mientras la estamos haciendo!". Tirando el guión al suelo, anunció: "¡Me voy a casa!" y se marchó.

Kurosawa seguía sin hacer demasiado caso al presupuesto, haciendo las cosas a su manera costase lo que costase. De hecho, uno de los grandes hitos de 'Los siete samuráis' es su uso de la técnica. Por ejemplo, en las secuencias de acción, Kurosawa utilizó tres cámaras. Contaba que si la hubiese rodado según un procedimiento habitual, nunca hubiera podido predecir si se iba a repetir una acción de la misma manera dos veces seguidas. Era asimismo un modo de lograr que el actor estuviera completamente dentro del personaje. A esto contribuía también el uso de focales largas, que reducen espacio y profundidad de campo, aproximan el decorado y fomentan la invisibilidad de la cámara. El esquema que utilizaba Kurosawa solía ser: cámara A en posiciones convencionales, cámara B para tomas rápidas y cámara C como "unidad de guerrilla". Kurosawa además hizo fabricar unas lámparas especiales para lograr la iluminación adecuada al uso de estas lentes de teleobjetivo.

Le encantaba rodar en exteriores porque se lograba un ambiente similar al de una compañía teatral de gira. Todos trabajaban juntos, comían juntos, dormían en el mismo albergue. Tras la cena Kuosawa concedía audiencia, bebiendo Johnnie Walker y repasando los acontecimientos del día hasta que mandaba a todo el mundo a la cama. "Tenía que hacerlo", dice Chiaki. "Tenía que comer, beber y hablar con nosotros cada noche."

El rodaje se alargó hasta bien entrado el año 1954. Toho dudaba si la película se acabaría alguna vez. Intentaron presionar a Kurosawa para que terminara, pero se negaba a que le metieran prisa. Los actores y el equipo se habían hecho tan devotos suyos que sustituirle habría sido imposible. Kurosawa retrasó el rodaje de la batalla final hasta los últimos días de la producción. "Esperé hasta el final para rodar el momento cumbre a propósito. Sabía que Toho iba a decir: 'Eso es. Ya ha acabado de rodar', aunque sólo hubiera rodado una parte de la escena". No enseñó ese fragmento del guión a los actores; él, Kikushima y Ogumi siguieron haciendo cambios hasta el mismísimo final, incluyendo el traslado de la muerte de Kikuchiyo, de un tejado a un puente embarrado.

Durante la última batalla, la lluvia cae a una escala sin precedentes en otras películas de Kurosawa. Era la oportunidad de diferenciar la película de los westerns americanos. Pensó que como California era tan seco, su momento cumbre empapado en agua resultaría comparativamente novedoso.
En el momento de filmar la decisiva batalla, estaban a mediados del invierno. "Nevaba", dijo Tsuchiya, añadiendo en inglés: "All snow! El equipo y los actores quitaban toda la nieve, trabajando juntos. Pusimos a funcionar siete bombas de agua para quitarla y luego pisoteábamos el agua helada para hacer barro. Apenas nos podíamos mover, pero no sé cómo, durante las tomas podíamos correr por allí. Pero en cuanto el señor Kurosawa gritaba: '¡Corten!', nuestros pies quedaban de nuevo inmóviles".

Actores y equipo se arriesgaron a padecer congelación bajo aquella lluvia artificial, y Kurosawa gritaba a todo el mundo sin concesiones. "Estoy seguro de que a mi equipo no le gusta que le dé órdenes. No pretendo ser mezquino con todo el mundo. No estoy enfadado con nadie. Pero es como si estuviera obedeciendo a algo o a alguien. Es como oír una voz de los cielos. Supongo que todos nosotros estamos poseídos por algo". No se sabe cómo, los actores y el equipo habían seguido comprometidos entre sí y apasionados hasta el final.

"En el plató, aquello era igual que una guerra. Rodaba con una expresión feroz en el rostro. No dejó de gritar durante todo el tiempo", cuenta Mifune. Y añade: "Fue probablemente la película más dura que hice nunca. ¿No es curioso lo bien que uno recuerda las experiencias difíciles pero olvida las más felices?... Kurosawa [era] el tirano más duro del mundo y nunca estaba satisfecho hasta que todo era absolutamente perfecto... Pasamos casi dos meses rodando la escena final de la batalla con la lluvia y el barro, en enero y febrero. La lluvia estaba congelada y yo no llevaba prácticamente nada encima. Cuando terminamos, tuve que ir al hospital un par de semanas para recuperarme".

Acabado el rodaje, Kurosawa se reunió con Fumio Hayasaka que, enfermo de tuberculosis, centró sus energías en la banda sonora de 'Los siete samuráis'. El director consultaba con él en casa del compositor. Durante dos meses, Hayasaka escribió trescientos fragmentos orques- tales. Tanto le agotó esta tarea que a menudo tenía que quedarse en cama, inhalando oxígeno mientras hablaba con Masaru Sato, el arreglista.
Hayasaka había preparado varias entradas para el "Tema del samurái" principal. Cada vez que Sato empezaba a tocar, Kurosawa decía tajantemente que no era lo que quería. Hayasaka desesperado recordó una entrada que había rechazado antes de mostrársela al director y le dijo a Sato que la buscase en la papelera. Kurosawa exclamó: "¡Eso es! ¡Eso es lo que quiero!". La música se grabó en dos semanas en la primavera de 1954. Hayasaka viajó hasta la sala de montaje musical de Toho. Por respeto al compositor, el departamento de música había declarado la cabina de grabación sala de no fumadores, pero Kurosawa fumaba sin parar junto a él. Como homenaje póstumo a Hayasaka, en los títulos de crédito de la película su nombre aparece solo, algo nunca visto en un compositor japonés por entonces.

Tras casi un año de producción, del cual ciento cuarenta y ocho fueron días de rodaje, resultó una película de tres horas y veintisiete minutos de duración, la película japonesa más larga producida hasta entonces. 'Los siete samuráis' costó finalmente 210.000.000 yenes, de cinco a ocho veces lo que solía costar un largometraje. Fue un éxito popular. Recaudó 290.000.000 yenes en venta de entradas, la mayoría compradas en cines propiedad de Toho, suponiendo grandes beneficios para la empresa. Fue la película que más dinero hizo ingresar del año, aunque no fueran beneficios enormes. La película recibió buenas críticas pero su popularidad fue contraproducente para la aceptación de los críticos.

El pase completo de 'Los siete samuráis' se limitó a las principales ciudades de Japón durante las primeras semanas. En zonas rurales y en pases posteriores se cortó. "Fue un gran éxito en Japón, pero me enteré de que algunos cines rurales la pasaban en dos partes, no la película completa. No se lo conté al señor Kurosawa, porque sabía que si lo descubría, se iba a poner furioso", recordaba Hashimoto.

En junio de 1954, en "The New York Times", un periodista no identificado que había visto la película en Japón, decía:
"La duración del film es de tres horas y media, lo que resulta demasiado largo para el argumento. El señor Kurosawa hubiera podido contar perfecta- mente su historia en la mitad de tiempo, pero su intenso deseo de recrear la vida en vez de recrear una ilusión se ha interpuesto, como en anteriores ocasiones, en el camino de las tijeras en la sala de montaje".

Toho decidió de cara al mercado extranjero, antes de presentar el film al Festival Internacional de Cine de Venecia, eliminar casi una hora de metraje. El 8 de septiembre de 1954, la versión recortada recibió el León de Plata. Casi todo el material recortado pertenecía a la primera parte de la película, donde conocemos a los personajes. Pero a pesar de los recortes, a algunos les seguía pareciendo demasiado larga. Los jefes de Hollywood opinaban lo mismo, y los representantes de Toho se marcharon de Venecia sin encontrar comprador.

En enero de 1955, la Asociación de Prensa Extranjera hizo un pase para invitados de 'Los siete samuráis' en el hotel Ambassador de Los Angeles. Sin embargo, un año después de su estreno en Japón, el interés por la película parecía estar desvaneciéndose. En agosto de 1955, Columbia Pictures, necesitaba material y fundó un departamento especial para adquirir e incluso financiar parcialmente películas extranjeras para su estreno en Norteamérica. Aunque 'Los siete samuráis' encabezaba la lista, casi un año después seguía sin llegar a las pantallas americanas. Aún no muy seguros de su futuro, Toho, o quizá Columbia, llevó una copia de la película a un cine de las afueras de Los Angeles, el Linda Lea, donde también se había hecho una proyección de prueba con 'Rashomon'. La película estuvo seis días exhibiéndose en julio de 1956 para poder presentarse al Oscar de aquel año.

Finalmente, se decidió es- trenar la película de manera oficial en el Guild Theater en Nueva York aquel mes de noviembre con el título de 'The Magnificent Seven'. Los críticos aplicaron, como venía siendo habitual, estereotipos de posguerra: aunque reco- nocían las virtudes de la obra,  los japoneses para ellos eran unos meros imitadores de los productos americanos.
Afortunadamente, algunos críticos, como Arthur Knight otorgaron a 'Los siete samuráis' la valoración que se merecía: "Es en la abundancia de detalles, en la riqueza de la caracterización y en la sólida claridad de la acción física -así como en el puro virtuosismo técnico con el que Kurosawa ha manejado cada secuencia- donde se encuentra la incesante fascinación del film. Pues ha escogido un tema tan familiar y normalizado para el público japonés como para nosotros, los occidentales, y lo ha tratado con una frescura, una manera directa, una sensibilidad hacia la textura, el tempo y la verdad psicológica que insufla nuevas emociones y significados a las viejas formas... Mucho antes de que acabe hemos olvidado que es un incidente aislado en una época lejana. Kurosawa lo ha convertido en parte de una lucha incesante de los débiles y humildes contra sus predadores en cualquier época y en cualquier lugar".

En la primavera de 1957, 'Los siete samuráis' fue nominada a dos categorías de los Oscar: Dirección Artística y Diseño de Vestuario. Finalmente no obtuvo ninguna estatuílla.

El productor Lou Morheim, que había comprado los derechos a Toho por sólo 250 dólares, se los ofreció a Anthony Quinn, quien se puso en contacto con Yul Brynner. Quinn iba a protagonizar el remake, con Brynner de director y secundario. Una vez escrito el guión, Quinn  quedó fuera del proyecto. La Mirisch Company y la Alpha Corp  filmaron el remake para Estados Unidos con el título de 'Los siete magníficos'. Finalmente la dirigió John Sturges.  Entonces, la  película de Kurosawa recuperó su título primigenio: 'Los siete samurais'. La versión americana se estrenó en Japón en 1961, convirtiéndose en la película extranjera más taquillera del año.
'Los siete magníficos del espacio (Battle bayond the stars)', dirigida por Roger Corman y Jimmy T. Murakami en 1980, toma también el argumento de 'Los siete samuráis' y lo traspone al género de la ciencia ficción.

Otra película que bebe directamente del filme que nos ocupa es 'Bichos (A Bug's Life)', película de animación dirigida por John Lasseter y Andrew Stanton en 1998.

En Japón, no se reestrenó la versión completa hasta 1975. Toho remezcló 'Los siete samurais' con sonido estereofónico de cuatro pistas y la estrenó en un solo cine de Tokio. En sólo dos semanas se recaudaron 160.000 dólares. Se volvió a proyectar la versión larga en 1991, llegando a recaudar unos 2,2 millones durante ese año.

Para terminar, os recomendamos el libro "El Emperador y el Lobo", de Stuart Galbraith IV, del cual nos hemos servido para extraer casi toda la información que aquí os presentamos.

En el próximo Cinefórum hablaremos de... "En Construcción"

Ya estaba tardando el documental en aparecer por aquí, y qué mejor muestra que uno de los más sorprendentes de los últimos años, 'En construcción', dirigido por José Luis Guerín en 2001 y con el que obtuvo el Premio Especial del Jurado en el Festival de San Sebastián.

Algunos enlaces interesantes:

- En Criticasdecine.com teneís un analisis interesante.
- En cinestrenos.com podéis leer algunas opiniones discutibles.
- Y en La Butaca una crítica de la época de su estreno.
- Y como muestra de las pasiones y desprecios que levanta, nada mejor que un paseo por los comentarios de filmaffinity

Aunque como siempre os recomendamos disfrutar la película con la mejor calidad posible, si no la tenéis a mano, podéis verla pinchando aquí.

Nota: Tras un intenso debate, hemos decidido que a partir de ahora, el Cinefórum va a pasar a ser cada dos semanas: un miércoles sí, un miércoles no.
Es decir, que el Cinefórum de "En construcción" tendrá lugar el miércoles 26 de enero.

12 comentarios:

  1. No quiero comentar nada en profundidad hasta revisar la película, a ver si puedo esta noche, sólo dos apuntes.

    ¿Qué clase de crítico lumbreras pudo decir algo como esto?:

    "El señor Kurosawa hubiera podido contar perfectamente su historia en la mitad de tiempo, pero su intenso deseo de recrear la vida en vez de recrear una ilusión se ha interpuesto, como en anteriores ocasiones, en el camino de las tijeras en la sala de montaje."

    Yo le hubiera echado del periódico inmediatamente, ¿desde cuándo es mejor recrear una ilusión que la vida? Me resulta inconcebible.

    El otro apunte es que no os perdáis el comentario de La Guionista Reflexiva aquí:

    http://reflexionesdeguionista.blogspot.com/2010/09/la-utilizacion-del-fuera-de-campo-para.html

    Muy bueno y muy propio para este cinefórum.

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  2. Muy completa la crónica de cómo se hizo esta buenísima película.
    Siempre recordaré la secuencia de la batalla bajo la lluvia. Un elemento que le encantaba a Kurosawa.

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  3. Fantástica entrada y magnífico blog. No sabía de su existencia, mi más sincera enhorabuena. Prometo participar en los cine-fórum.
    Te invito a pasar por nuestro blog http://ciclos-decine.blogspot.com/ que también tiene vocación de filmoteca.
    Un saludo, te sigó y te incluyo en mi blogroll.
    Pasaré a menudo por aquí.

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  4. Me ha encantado la frase de Kurosawa que da inicio al post. Estoy viendo a poco la filmografía de Naruse y es esa la sensación que da. Nada comparable con la densidad y la dureza de Los siete samurais. (Ojo, no estoy diciendo que sea peor: la sensibilidad y transparencia de las imágenes de Naruse son excelentes)

    Me sorprende que Kurosawa no cite nada del que, creo que estaremos todos de acuerdo, es su gran referente cinematográfico, que es el vaquero y el western. Y es que, echando un vistazo general a la filmografía del maestro japonés, parece que siempre hay un modelo o referencia del cine o la literatura occidental, ya sea el cine negro, el western, Shakespeare o Dostojevsky.

    Por cierto, me parece acertada la decisión de hacer el cinefórum cada dos semanas, me causaba mucho agobio el no poder revisar la película en cuestión. Un saludo a todos

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  5. Una de las cosas que más me sorprende de esta película es que a pesar de su duración, se ve casi sin darte cuenta. Es impresionante lo bien que está medido todo para que te vayas metiendo en la historia, de forma que cuando acaba dices: "¿Pero ya han pasado tres horas y pico?"

    Uno de los puntazos de Kurosawa es cómo maneja a los personajes y los elementos dentro del plano, cómo los orquesta de forma que consigue unas composiciones impresionantes. Kurosawa lo hace tan bien que parece sencillo, cuando todos sabemos que es complicadísimo lograr algo así.

    La construcción de personajes y cómo nos los va presentando me parece que es para quitarse el sombrero. No sé qué opinará La Guionista Reflexiva al respecto, pero creo que todo aquel que aspire a escribir un guión alguna vez en su vida, debería ver obligatoriamente esta peli en algún momento. Por cierto, la entrada que indica Eduardo la leí en su momento y la acabo de repasar. Estupenda. A los que no conozcáis el blog de esta mujer, ya estáis tardando en pasar por allí :-)

    Eduardo, yo también despediría a ese crítico, aunque habría que ver cómo era su jefe, jajajaja

    Perfecta la idea de hacer el Cinefórum cada dos semanas, que muchas veces llego pillada.

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  6. He tardado en comentar porque quería volver a verme la película y, lamentablemente, no he tenido tiempo de hacerlo.

    Para empezar, GCPG, tu entrada es magnífica. He aprendido mucho sobre el proceso de elaboración de esta película que ignoraba, como lo de que se inspiraron en personajes reales (creía que era una leyenda japonesa).

    Para mí, Los Siete Samuráis es un western. Desde el punto de vista de guión tiene una de las estructuras narrativas más utilizadas del género y una de las tramas más habituales: La del grupo de "outlaws" que, temporalmente, contactan con una comunidad de pioneros y les ayudan a resolver determinado conflicto con otra comunidad (pioneros contra bandidos, ganaderos contra agricultores, etc.).

    Desde el punto de vista de guión técnico hay encuadres que son absolutamente de western (habría querido volver a ver la película para citar algunas tomas concretas).

    Muchas gracias Ricardo y Supercinexín por citar la entrada de mi blog sobre el tema. Para los que no la conozcan diré que en ella analizaba como, desde el punto de vista de guión, la secuencia en que se recluta al primer samurai y este mata al ladrón, era estructuralmente una repetición (genial) de la secuencia del duelo final de La Diligencia. Una prueba de que guionistas y director tenían en mente desde el principio hacer un "Western" japonés.

    Respecto al crítico que dice que la historia se podía contar en la mitad de tiempo: sí, se podría contar en la mitad de tiempo pero no habría sido ni la mitad de buena. Aunque habría sido, inicialmente, más comercial: En el momento de su estreno la habría visto más gente pero, con el paso de los años, habría ido perdiendo seguidores.

    Estoy de acuerdo con Supercinexín cuando alaba la construcción de personajes y su presentación. Los personajes me parecen excelentes y magistral la forma en que los individualizan y les dan personalidad pero sin pasarse (no se trataba de una película psicológica, sino de género y, por lo tanto, era obligado que los personajes no perdieran su base arquetípica).

    En cuanto a la presentación, me parece que consiguen superar con creces el problema que plantea toda película de grupo (sobre todo cuando, dentro de la historia, se muestra la formación del grupo). Este problema es que se corre peligro de acabar siendo rutinario y previsible y esto no sucede en Los Siete Samuráis.

    Y también estoy de acuerdo con Supercinexín en que todo aquel que aspire a escribir un guión alguna vez debería ver obligatoriamente esta película varias veces y no contentarse sólo con verla sino hacerla con el mando a distancia en la mano, parando escena por escena, analizándola, volviendo atrás para estudiarla mejor...

    Un saludo.

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  7. Muy completo y mu correcto artículo sobre uno de mis películas favoritas: "Los siete samurais". Akira Kurosawa es un director grande entre los grandes. Autor clave en el cine épico, junto a John Ford, a David Lean. Como estos maestros, Kurosawa sabía también tocar la fibra romántica y el toque de comedia cuando era menester.
    Saludos y felicitaciones por el blog.

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  8. Vaya M. de vida. Tienes razón Supercinexín, lo fácil que es ver esta película, a pesar de su metraje y de haberla visto un monetón de veces, y lo difícil que es encontrar tres horas seguidas entre semana para poder verla de un tirón. ¡¡¡ARGGHHH!!! Pero lo he conseguido ;)

    Cierto Guionista, es un western. Por comentar un recurso muy del género, que leí en algún sitio que se utilizó aquí por primera vez y que ha sido repetdo innumuerables veces, la soberbia aparición de los bandidos por detrás de la colina.

    Pero es algo más que un western, que como se comenta en la entrada más de 90 minutos para presentar los personajes y situarnos en la historia son muchos minutos. Como bien decís el manejo del tiempo es increíble. En este visionado me he quedado alucinado con esas escenas con la niebla, todo el poblado intentando adivinar en su espesura la llegada de los bandidos en el camino, y tú con ellos claro, y ese tiempo que se dilata y con él el suspense... Y luego lo repite con el retorno del samurái espadachin pero, ¿será el samurái?, ¿llegará ileso?, ¿serán los bandidos? ¡Qué nervios, por dios!

    Y ese primerísimo plano de la chica en pleno éxtasis, tan cercano que no le llegamos a ver toda la cara... Pedazo de escena de sexo explícito.

    Coincido contigo Ricar2, Kurosawa es el más occidental de los directores japoneses clasicos. De echo hay quien dice que su cine es más occidental que japonés. A mí esto último me parece un poco exagerado, la verdad. Precisamente esa utilización pausada del tiempo (que no falta de ritmo) me parece muy japonesa. Leí en algún lado, y no me extrañaría nada, que ese sostenimiento prolongado de los planos influyó notablemente en el spaghetti western. Pero claro, estos no eran japoneses, y menos Kurosawas, y les salía lo que les salía...

    Y sí, todos los personajes son la leche, pero el de Mifune es la releche. Qué grande el personaje y qué grande la interpretación. Lo tiene todo, es patético, heróico, patán, tierno, líder, payaso, compañero... El típico secundario de Ford, pero convertido aqui en protagonista.

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  9. Como apunta Eduardo, las líneas que unen el cine de Kurosawa y el de Ford, que no sé si se conocían mutuamente, son bastante sutiles pero existentes. Ese aroma como de leyenda, esa hondura, esos personajes tan heroicos pero reales y frágiles

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  10. Pues también he sacado tiempo para poder disfrutar de la película. Una gozada que, es cierto, por el reloj cuenta las tres horas y pico. Pero es que el ritmo de la película está tan bien llevado que hasta se hace corta.

    Lo primero, felicitaciones por la entrada. Está documentada hasta el mínimo detalle, casi parece escrita por el mismo Kurosawa. Además, me ha permitido acercarme al modo de trabajar del director, sin duda debió ser todo un personaje.

    La película es excelente. Mifune y Shimura me encantan, pero luego hay todo un reparto (casi me sentía un aldeano más al final de la película) completamente comprometido. Más que actuar, viven sus personajes. El método Kurosawa llevado hasta los extremos dio un resultado impensable. Casi me puedo imaginar, una vez terminado el rodaje, los problemas psicológicos que tuvieron que pasar algunos de los actores: "no, chico, tu verdadero nombre es X, vives en tal sitio y en realidad eres un actor".

    Bueno, y no se ha dicho nada del último mensaje. Esas últimas escenas de los samuráis enterrados, y ante ellos, el reconocimiento de la derrota. ¡Con cuánta razón hablan de derrota tras la victoria! ¡Cuánta derrota hay en todas las victorias de sangre, sin duda! ¡Qué gran mensaje final a esta épica que eleva el chambara a la estratosfera!

    Pero si hay que quedarse con un momento de la película, y como todo el mundo tiene el suyo, yo voy a elegir uno: el momento de la espera de los bandidos. Por un momento, se llega a creer que no vendrán nunca. Ese momento, de extrema sencillez y a la vez de poderosa tensión psicológica, me parece buenísimo.

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  11. Estupenda entrada, aportando muchos datos que desconocía y que complementan el interés de la película, cuya única dificultad, que no defecto, contra lo que suele ser usual, es que hay que buscar el tiempo necesario para verla en condiciones, no sea que, viéndola en dos sesiones, aparezca Akira con su sable y tengamos un susto...

    La ví hace tiempo en la tele en versión original (antes, en el UHF hacían cosas así) y, a pesar de disponer del dvd desde hace unos años, no he vuelto a repasarla, pero recuerdo el minucioso detallismo en la construcción de los personajes de los aldeanos como una forma muy peculiar y poco habitual de construir una historia en pantalla.

    Saludos.

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  12. Gracias por vuestros comentarios David y Fernando R. Genovés y bienvenidos al blog. Ya he estado repasando los vuestros y ambos son ciertamente muy recomendables.

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