Solución al reto: Un ruso en Nueva York

La solución a nuestro reto de esta semana es "Un ruso en Nueva York" (Moscow on the Hudson" escrita y dirigida por Paul Mazursky en 1984 y protagonizada por Robin Williams y Maria Conchita Alonso.

Esta película tuve la oportunidad de volver a verla hace poco. Buscaba una comedia tranquila, sin demasiadas pretensiones, para pasar un rato agradable. Y en este sentido, la película simplemente cumple. No fue una gran elección, ya que buscaba una película más divertida, pero a cambio me encontré con la grata sorpresa de que la película daba bastante más de si, de lo que el título sugiere y mi memoria recordaba.

La película cuenta la historia de la deserción de un músico soviético durante una gira por Estados Unidos. Rodada como un gran flash-back, Vladimir Ivanoff (Robin Williams), recuerda cómo era su vida en los días o semanas previas a su deserción y su primer año de vida en su nuevo país de adopción, donde es ayudado por un vigilante negro (Cleavant Derricks), un abogado cubano (Alejandro Rey) y una inmigrante italiana (Maria Conchita Alonso).

Mas allá de las situaciones cómicas resultantes del choque de mentalidades entre las distintas sociedades, y las situaciones dramáticas en la relación sentimental entre los dos protagonistas, la película muestra la lucha por la libertad, y es ahí donde, a mi juicio, gana enteros por momentos, ya que describe perfectamente los problemas de adaptación del protagonista a su nueva vida.

¿Era la sociedad soviética tal y como nos la presenta el director? ¿Es la llegada a un país extraño tal y como lo presenta el director? Sinceramente no lo sé. No he vivido ninguna de las dos situaciones, pero indudablemente, la vida en la antigua Unión Soviética no era fácil, como tampoco lo es la llegada a un país extranjero. Lejos de caer en la propaganda fácil, como pudiera ser "la vida en la URSS es una porquería y en los USA, una maravilla", que sería el tópico, enfoca el problema desde un punto de vista individual y ahí empieza a marcar las diferencias. Resulta curioso ver cómo los problemas que Vladimir tenía en Moscú son básicamente los mismos que encuentra. De hecho, el primer apartamento en el que se aloja, el del vigilante y su familia, es tan pequeño y está tan masificado como el que tenía en Moscú. Sin duda alguna, toda una declaración de intenciones. Poco a poco va descubriendo que en América tampoco atan a los perros con longanizas, y sobre todo descubre el lado amargo de la libertad. La libertad individual es tener la obligación de elegir, de tomar decisiones y de luchar por ellas. La libertad es ser responsable de las propias decisiones y esto no siempre es fácil, especialmente cuando no se ha sido educado en tomar decisiones, en ser libre.

Al ver la película he recordado un viejo chiste que a partir de de la caída del telón de acero perdió su vigor, pero que no puedo dejar de compartirlo con vosotros:

Pregunta:"¿Que es un cuarteto de cámara?"

Respuesta: "Lo que queda de una orquesta sinfónica soviética después de una gira por Occidente"