martes, 9 de noviembre de 2010

CINEFÓRUM DE SOBREMESA (porque el cine nos alimenta...)
Hoy: El verdugo, (Luis García Berlanga, 1963)

Pues sí, esta semana os proponemos charlar de la que para muchos está considerada la mejor película del cine español, y para casi todos una de las mejores. Con un extraordinario guión de Rafael Azcona, Luis García Berlanga y Ennio Flaiano que desarrolla un argumento original de Berlanga y Azcona, fue producida por Nazario Belmar para Naga Films (Madrid) y Zebra Films (Roma), rodándose en escenarios naturales de Madrid y Mallorca y en los platós de los Estudios CEA (Madrid).

La idea de la película surgió a raíz de que un amigo abogado le contara a Berlanga su terrible experiencia vivida cuando presenció la ejecución por garrote vil de Pilar Prades: un grupo de la fuerza pública había conducido a rastras a la víctima, otro lo había hecho igualmente con el verdugo, Antonio López Sierra,  al que hubo que atiborrar de coñac y prácticamente arrastrar hasta el lugar de la ejecución. Al oír la historia, Berlanga visualizó la escena del reo y el verdugo llevados casi a rastras a través de una gran sala blanca y desarrolló el resto de película a partir de esa escena.

El director, impresionado por el relato, decidió hacer un alegato contra la pena de muerte. Aunque como bien decía César Santos Fontenla en la revista Nuestro Cine, El verdugo es, ante todo, "un filme sobre el proceso que puede conducir a un hombre a abdicar de sus propias ideas e incluso casi de su condición de tal hombre".

Llama la atención que esta obra pudiese ver la luz en la España de 1963, pues si bien se enmarca en la etapa de "apertura" del cine español regida por García Escudero, en realidad el control de la censura seguía siendo férreo. Lo cierto es que el guión, como era de rigor, fue presentado a la Comisión Delegada para la Censura de Guiones Cinematográficos y no se libró de la tijera. Sufrió "bastantes cortes de censura, muy gilipollas algunos", comentaba Berlanga, "por ejemplo, cortaron todas las veces que el protagonista hablaba de irse a Alemania, y suprimieron el ruido que hacían los hierros del garrote dentro del maletín del verdugo; también cortaron la escena en que los funcionarios de prisiones preparan el garrote". No solo esto, también "recomendaron" suprimir la presencia de cuatro damas en la ejecución, cuidar la escena pasional entre José Luis y Carmen, cuidar el reparto de billetes a cargo del sacristán, suspensión del organista comiéndose los recortes de la forma y que figure el Párroco actuando en la ceremonia del matrimonio, suprimir la frase: ¡Dos niños al año vamos a tener con este invento!, suprimir la alusión de Carmen a quitarse la bata, etc. En total 14 cortes que suponían 4,31 minutos.

Gilipolleces varias que no consiguieron eliminar toda la carga crítica que contenía la película, quizás, como decía Azcona, porque "lo que escribíamos eran sainetes. La censura se enfrentaba a un género menor, sin doctrina. No le daban importancia". O como escribió Francisco Umbral sobre la película "Berlanga se vestía de indiferencia y pereza para meterle a la censura cuchillos que llegaban al corazón de la dictadura".

El caso es que en el régimen no se dieron cuenta de lo que tenían entre manos hasta que en septiembre de 1963 la película fue  presentada en el Festival de Venecia por invitación personal del director del certamen, Luigi Chiarini, acompañando al film 'Nunca pasa nada' de J.A. Bardem, elegido por la Dirección General de Cinematografía. El momento era difícil, el comunista Julián Grimau había sido fusilado en abril y los anarquistas Francisco Granado y Joaquín Delgado ajusticiados en el garrote vil en agosto, las protestas y movilizaciones internacionales eran intensas y Franco era conocido precisamente como "el verdugo". Esto produjo un cierto malentendido en Italia, y el equipo de la película fue recibido a pedradas por anarquistas italianos que creían que, dado el título, la cinta era una apología de Franco.

Pero a pesar de anécdotas como esta, en ese momento la España oficial empezó a darse cuenta de que tenía un problema y Alfredo Sánchez Bella, embajador en Roma, escribió al Ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Castiella: "Me parece, simplemente, uno de los más impresionantes libelos que jamás se han hecho contra España; un panfleto político increíble, no contra el régimen sino contra toda una sociedad. Pretende ser de humor sólo en los títulos. El resto no pasa de ser una inacabable crítica caricaturesca de la vida española". Y sigue: "Estamos ante una maniobra planeada en toda regla, con arreglo a los cánones revolucionarios más auténticos. La película está dentro de lo que los comunistas llaman, en su jerga dogmática convencional, 'realismo socialista'. El guión contiene todos los requisitos de la propaganda comunista en relación con España a través de una versión muy española, que quiere decir casi anarquista". Después cambió su discurso, por lo menos de cara a la galería internacional: "Esta película muestra hasta qué punto son infundados los ataques que se hacen contra el régimen español: se ha dicho que basta cualquier discrepancia para sufrir persecuciones y hasta ser ajusticiados. Pues bien, vean cómo en la España actual se pueden realizar películas como ésta, que no podría tolerar sin protesta ni siquiera el Estado más liberal de cualquier paralelo o meridiano; vean que ni siquiera talento ni originalidad tiene..." Desde luego cuanto menos en la última frase Don Alfredo demostraba una falta de gusto considerable.

Evidentemente la película fue un rotundo éxito en Venecia, donde obtuvo el Premio de la Crítica Internacional (Fipresci). Más tarde fue premiada en el festival de Moscú y obtuvo el gran premio de la Academia francesa del Humor Negro.

Mientras tanto en España las cosas se pusieron feas para Berlanga, las autoridades españolas entendieron El verdugo como "la película más antipatriótica y antiespañola que se hubiera visto jamás" y el mismísimo Franco soltó en un Consejo de Ministros su famosa frase: "Ya sé que Berlanga no es un comunista; es algo peor, es un mal español". Después de unos cuantos cortes más, su clasificación y estreno se retrasaron hasta febrero de 1964 y se produjeron presiones a algunos exhibidores para que no la proyectaran. Pero a pesar de la persecución, obtuvo el premio al mejor guión del Círculo de Escritores Cinematográficos, y Emma Penella el de mejor actriz del Sindicato Nacional del Espectáculo. A partir de ahí, y hasta que en 1967 se estrenara 'La boutique', cuatro años de castigo en los que la censura se encargó de que no fructificara ningún proyecto del director.

Si todo en la película funciona, también lo hacen las interpretaciones, aunque Berlanga hubiera querido subrayar más el aspecto de comedia, con José Luis López Vázquez en el papel de verdugo joven, pero exigencias de la coproducción con Italia hicieron que finalmente lo interpretara Nino Manfredi. Y no es que a Berlanga no le gustara el actor italiano, pero siempre le quedó la cosa de que los gestos, los detalles de actuación, son distintos en cada país y pensaba Berlanga que Manfredi no colaba como español. El resto del reparto, con Emma Penella y el gran José Isbert a la cabeza, respondió a los deseos del autor, logrando con ellos "un óptimo resultado, especialmente de Emma Penella, espléndida de gesto, de voz, de actitud...".

Mucho se ha escrito sobre la película, pero terminaremos con dos frases del propio Berlanga:

"He pretendido diseccionar de una forma tímida, porque a través del humor siempre parece que las cosas sean tímidas, un problema a mi juicio fundamental del hombre moderno y de la sociedad actual."

"Todas mis películas son crónicas de un fracaso, protagonizadas por antihéroes. Son disecciones crueles de la realidad pero con risas. Creo que su intemporalidad reside en que a través del humor en el cine puedes llegar a tocar temas muy graves, como aquí la pena de muerte. El verdugo funciona porque contiene un sainete."

Y ahora es vuestro turno. ¿Qué os parece esta película?

Y la semana que viene hablaremos de... "El Gran Carnaval"

Para nuestra cita del martes que viene hemos escogido una de las múltiples joyas de la filmografía de Billy Wilder: 'Ace in the hole' ('El Gran Carnaval'), de 1951. Tremenda película cuya temática principal, hasta dónde es capaz de llegar la prensa, tristemente sigue de plena actualidad.

Como en otras ocasiones os dejamos algunos enlaces que creemos pueden resultar interesantes:

- Tenéis un estupendo análisis en la página de Cine y Educación de la Universidad de Huelva, aquí.

- En Alohacriticón podéis leer otra crítica curiosa.

- En el blog Bandeja de Plata accedéis a otra reseña sobre la película.

- Como siempre, podéis echar un vistazo a Filmaffinity.

- En Senses of Cinema tenéis un interesante artículo, eso sí, en inglés.

- También en inglés, podéis echar un vistazo a dos Film Essays de The Criterion Collection, uno de Guy Maddin y otro de Molly Haskell

Esta vez, sintiéndolo mucho, sólo hemos localizado la película en versión original (inglés), sin subtítulos ni nada. El que esté interesado puede verla aquí.

9 comentarios:

  1. Me encanta Berlanga en general, y El Verdugo en particular me parece una obra maestra.

    Estoy totalmente de acuerdo con la frase de César Santos Fontenla. El tema de la pena de muerte está ahí, pero creo que es también fundamental el asunto de hasta qué punto somos nosotros quienes elegimos lo que hacemos o nos vemos forzados a tomar ciertas decisiones por el motivo que sea (familia, sociedad, bienestar...).

    Una de las escenas que más me gustan es cuando Pepe Isbert defiende la existencia de la figura del verdugo, así como las bondades del garrote frente a otros métodos de ejecución.
    Y brutal cuando calcula la talla del cuello de la camisa de Manfredi. Es que me parto cada vez que lo veo.

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  2. Y "La boutique", si no recuerdo mal, se tuvo que ir a rodarla a Argentina. Por cierto, una película esta que hay que recuperar ya, siempre se ha pasado por alto, y tiene una amargura que a Berlanga solo le sale cuando fuera (véase "Tamaño natural"). Estoy de acuerdo con lo que dice Berlanga de Manfredi. Creo que es la pata más coja de la película, es verdad que no da el pego como español, tiene algo de otra parte.

    Emma Penella está fantástica. Por cierto, sugiero un experimento que hacer con Berlanga, con El verdugo o con Plácido. A mí me pasó por accidente. Estuve viendo un trozo sin sonido, y es impresionante, como se mueven los actores, cómo entran, cómo salen, aparentemente con desorden, pero como están siempre encuadrados perfectamente. ES un director de orquesta, Berlanga, es un jugador de ajedrez. Digo lo de apagar el sonido, porque en cuanto empiezan a hablar se te olvida todo y la película te arrastra.

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  3. Estoy de acuerdo con Ricar2: Una de las cosas que más me gusta de Berlanga es la acción interna que trabaja en sus planos. Por un lado, tienes a uno o dos personajes en primer término que son los protagonistas de la escena y en quienes te centras la primera vez que ves una de sus películas. Pero después, te fijas y descubres la acción de otro personaje en un segundo plano, de otros dos en un tercero... Es fantástico.

    Que El Verdugo es una de las mejores películas del cine español me parece indiscutible pero que sea la mejor... Ahí la competición creo que es dura: El Pisito, Muerte de un ciclista, Plácido, Viridiana y tantas otras...

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  4. Grandiosa película que es la mejor de nuestra cinematografía.
    Es curioso como esa imágen que gestó el film, luego sería de las más brillantes de la película.
    La vida de un hombre que tiene que renunciar a sus sueños (José Luis) y que en realidad no está capacitado para afrontar su futuro con fortaleza.
    "Yo creo que la gente debe morir en su cama", llega a decir en un determinado momento, si no recuerdo mal, lo cual demuestra más aún su poca predisposición a lo que parece que le sobreviene y que terminará aceptando por la nulidad de su carácter.
    Una película quee, a pesar del paso de los años, continúa manteniendo su fortaleza y que no ha envejecido nada.
    Un saludo

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  5. Una película tremenda. Por cierto, me ha encantado el análisis que hace Ricar2 sobre la fantástica puesta en escena de Berlanga. Eso, sumado al talento de Azcona como guionista, dan como resultado, si no la mejor, una de las mejores películas del cine español.

    Y a pesar de toda su carga crítica, finamente disimulada, es una peli de carcajadas. En cuanto al anecdotario que mencionáis, creo que forma parte de la misma película: censores obtusos, escenas recortadas sin motivo aparente, cañonazo al régimen en forma de caramelo... Me ha encantado la aseveración de Franco: "...[Berlanga] es algo peor, es un mal español".
    También se ha comentado que la película es un alegato contra la pena de muerte. Pero no lo veo tan claro. No es, desde luego, el tema principal de la película. Es la condición humana, así de triste.

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  6. De acuerdo con la puesta en escena de Berlanga, ¿os imagináis el caos que sería esos dialogos entremezclados y esas situación de ciento(y la madre) personajes dirigidas por otro que no controle ese ballet de personajes como lo hace él?

    No sé si la mejor, pero sin duda de las mejores películas del cine Español, Europeo y Mundial (Cine extraterrestre aún no he visto aunque a veces Godard parece serlo).

    Me encantan siempre de las pelis de Berlanga todos esos detalles que no parecen importantes pero definen el ambiente y a los personajes (secundarios muchas veces), por ejemplo aquí la manía de J.L.López Vazquéz de medir las cabezas de sus hijos y esa frase de su señora ¡¡Qué ya te dije que son normales, que lo de mi padre no es hereditario!!, sólo por la manera de hacerlo y por los tonos de la frase uno ya se imagina al personaje haciéndolo todos los días, aunque en la película sólo salga en una ocasión.

    En fin, gran película, gran guión, gran muestra de antiespañolidad (porque recordemos que en aquella época si el Régimen decía que eras antiespañol lo que eras es Antirégimen)

    Saludos.

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  7. Una verdadera maravilla no tan sólo del cine español si no mundial, porque trasciende fácilmente la ubicación y la prueba está en que allí donde se ha exhibido ha triunfado sin ambages.

    No soy amigo de hacer listas porque la competividad extrema no me complace, pero evidentemente estaría en ese maletín que me llevaría a una isla desierta.

    El guión es un mecanismo absolutamente medido y calculado, los intérpretes no tienen ni un fallo y la puesta en escena es justamente el ventanuco que todos querríamos tener para conocer los entresijos del vecino con el añadido de reforzar con planos y ángulos perfectos todas las escenas.

    La del verdugo arrastrado, por ejemplo, es una maravilla en sí misma, pero es que la forma de mover la cámara en los negociados, por ejemplo, o en los túneles de las cuevas de Mallorca, ya tienen carácter.

    Hay una anécdota que Berlanga cuenta respecto a su forma de rodar (en concreto en Plácido, al inicio) y relata que cuando arribó a Hollywood se encontró en un cenáculo rodeado de todos sus ídolos que le preguntaban cómo hacía para rodar esas escenas tan largas con los personajes entrando y saliendo sin parar de cuadro: pues claro, como se hace en el teatro.
    Pues claro, pero para eso, necesitas unos buenos actores.
    Entonces, los había, en España.

    En ocasiones, pienso que los cinéfilos deberíamos rogar porque volviera la censura cerril de antaño, porque tal parece que afilaba las mentes de todos: porque el problema base de la película, que no es otro que la obtención de vivienda (¿Cuántas películas españolas versan sobre esa necesidad?), sigue siendo, en este siglo, una cuestión que está muy lejos de solventarse, y no conozco ninguna película "moderna" que ataque el problema con tanta mala leche...

    Saludos.

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  8. La valentía y lucidez con la que Berlanga rodó esta pelicula hace casi 50 años, contrasta con con los tiempos grises de la época que nos describe. Sin embargo lo hace en un tono lucido, jocial y fresco que hace que la pelicula se vea muy facilmente, otra cosa es que podamos entender el doble lenguaje del director, que usa los dialogos de Azcona en forma de sainetes que enmascaran la mas encarnizada de las críticas al regimen del gobierno franquista. No me gustaria que pasarais por alto el tono de comedia negra no, negrisima que tiene la historia, una mujer bella pero semirepudiada por todos sus exnovios por ser la hija del verdugo y un candidato a novio(manfredi) que tampoco tiene exito con las mujeres por ser enterrador, la cosa tiene miga.

    Son cantidad los gags o situaciones muchas de ellas ya comentadas que hacen lucirse a Azcona, pero no faltan el personaje esterotipo de la administracion, como ponen pegas y no paran de pedir documentos mientras juega al ajedrez con su compañero (eso no ha cambiado en 50 años y creo que es la idiosincrasia del español), o como se toma la taza migada el funcionario de prisiones mientras abre y cierra la puerta a uno y a otro, sencillamente genial.

    Por ultimo no me gustaria cerrar mi comentario sin hacer una alusión al trabajo de Isbert, para mi grande entre los grandes, su forma de moverse en la pantalla, de mover las manos, de gesticular a modo de resignación o de disgusto (la escena donde pilla a la pareja en la cama),es sencillamente antologia del cine, lo que mas me sorprende es que aparentemente lo hace sin esfuerzo y con una naturalidad sorprendente, como si nadie estuviese filmandolo.

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  9. Lamentablemente, acabo de leer la noticia de la muerte de Luis García Berlanga.

    Como ha quedado reflejado aquí, estupendo director querido y admirado por todos.

    Me he quedado sin palabras.

    Descanse en paz, maestro. Seguiremos disfrutando de su obra.

    Y gracias a todos por vuestros comentarios siempre interesantes en esta Cinefórum que sin vosotros no sería nada.

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