domingo, 28 de marzo de 2010

Carta de una Desconocida: Novela vs. Película

NOVELA

'Carta de una desconocida' es una novela corta escrita en 1927 por el genial autor austríaco Stefan Zweig. Este escritor, convencido antibelicista, fue uno de los primeros en protestar contra la intervención alemana en la guerra. Dejemos que se presente él mismo:

"Nací en 1881, en un imperio grande y poderoso -la monarquía de los Habsburgos-, pero no se molesten en buscarlo en el mapa: ha sido borrado sin dejar rastro. Me crié en Viena, metrópoli dos veces milenaria y supranacional, de donde tuve que huir como un criminal antes de que fuese degradada a la condición de ciudad de provincia alemana. En la lengua en que la había escrito y en la tierra en que mis libros se habían granjeado la amistad de millones de lectores, mi obra literaria fue reducida a cenizas. De manera que ahora soy un ser de ninguna parte, forastero en todas; huésped, en el mejor de los casos. También he perdido a mi patria propiamente dicha, la que había elegido mi corazón, Europa, a partir del momento en que ésta se ha suicidado desgarrándose en dos guerras fratricidas".

Viajero incansable (recorrió y vivió por medio mundo), tuvo amistad con algunos de los más grandes personajes de la ciencia y la cultura de la época (Herman Hesse, Albert Einstein, Rainer Maria Rilke, Auguste Rodin, Máximo Gorki, etc.).

Escritor de técnica intachable y magnífica construcción de personajes. Cuidaba mucho el retrato psicológico de los habitantes de sus novelas. Además, intentaba eliminar todo lo superfluo para centrarse en la historia que quería contar.

Escribió teatro, novela, poesía, biografías, artículos periodísticos, tradujo a autores como Baudelaire o Verlaine...

Zweig se suicidó junto a su segunda esposa el 22 de febrero de 1942 en Petrópolis (Brasil). Estaban convencidos de que el nazismo se extendería por todo el planeta y prefirieron desaparecer, desesperados ante el futuro que esperaba a Europa y a su cultura.

'Carta de una Desconocida' se desarrolla en Viena. Un famoso novelista de vida disipada, R., regresa a su casa el día de su cumpleaños tras una excursión. Cuando el mayordomo le entrega el correo acumulado, el escritor ve una carta muy voluminosa sin remite. Se trata de una carta escrita a mano en la que una mujer le cuenta su historia. Una mujer que, tras la pérdida de su hijo, no tiene fuerzas para seguir adelante y decide contárselo todo por primera y última vez. Una vida que ha girado en torno a él sin que éste se diera cuenta de nada. Es la historia de un amor que ha durado toda la vida, que nada ni nadie ha logrado hacer olvidar. Un amor idealizado, obsesivo, de una mujer que ha vivido toda la vida esperando ser correspondida. Le recuerda cómo le conoció, cómo se enamoró de él, su reencuentro unos años más tarde y cómo él no la reconoció, cómo tuvo un hijo de esos días y cómo lo sacó adelante, y el último encuentro que tuvieron, durante el cual el hombre tampoco la reconoce y la sume en la desesperanza. Tras la lectura, el hombre intenta recordar a la mujer.

La novela se estructura en tres partes. En la primera, escrita en tercera persona, tenemos la llegada del escritor a casa y su "encuentro" con la carta. La segunda parte, el grueso del texto, es la carta en sí. Esta parte está en primera persona. En la tercera y última parte volvemos al escritor y, con ello, a la tercera persona.

Reconozco que 'Carta de una Desconocida' no es el relato que más me gusta de Stefan Zweig, quizá porque no llego a solidarizarme con ese tipo de amor que mueve a la protagonista. A pesar de que le consigo sacar una visión crítica de la sociedad, de la superficialidad, no acaba de llenarme. Sin embargo sí que lo recomiendo. Puede gustar más o menos la historia que te cuenta, pero toda obra de Zweig merece la pena ser leída. Es una cuestión personal, pero yo prefiero otros títulos como, por ejemplo, 'Mendel el de los libros' o 'Novela de Ajedrez'.


PELÍCULA

La adaptación al cine de ‘Carta de una desconocida’ fue dirigida en 1948 por Max Ophüls.

Surgió como un proyecto de Joan Fontaine y Bill Dozier, su marido por aquel entonces, propietario de Rampant Productions. El guión adaptado lo llevó a cabo Howard Koch, que fue quien recomendó a Ophüls como director de la película.

El papel de la protagonista recayó, como no podía ser de otra manera, en Joan Fontaine. No deja de resultar curioso, pues cuando comienza la narración la mujer todavía no ha cumplido los 18 años y Joan Fontaine en el momento de rodar la película tenía ya 31. Pero el vestuario y el maquillaje hacen milagros, está claro. La verdad es que la actriz borda el papel.

Al protagonista masculino lo interpreta Louis Jourdan que, aunque está muy bien en su papel de artista vividor y mujeriego, para mí no llega a los niveles de su compañera en esta cinta.

El argumento de la película es, en su base, el mismo que el de la novela. Sin embargo sí que se introducen varias modificaciones. Señalaré algunas de las más llamativas.

Lo primero que llama la atención es el tema de los nombres de los protagonistas. En la novela sólo sabemos la inicial del nombre de él (R.) y en ningún momento se nombra a a la mujer, por lo que ambos resultan también “desconocidos” para el lector. En la película, en cambio, sabemos los nombres de ambos casi desde el primer momento: Lisa Berndle y Stephan Brand.

Otro detalle de importancia, es que en la novela la carta no lleva ningún tipo de remite, mientras que en la película la envía un hospital. En la película la carta incluye, además, unas fotografías de la mujer y de su hijo, mientras que en la novela no se da ninguna referencia al receptor.

La profesión del protagonista también cambia en la adaptación cinematográfica. Aquí es un afamado pianista venido a menos, mientras que en el libro es un escritor (y en ningún momento se nos dice que su carrera haya decaído). Este cambio viene muy bien, ya que sirve para introducir y jugar con el elemento sonoro. De hecho, Lisa, antes de ver a Stephan, ya anda medio enamorada con sólo oír el piano.

Este instrumento se convierte en un elemento esencial de la historia. Lisa se imagina que toca para ella en los primeros momentos. En uno de sus reencuentros él acaba, efectivamente, tocando para ella. Y, finalmente, en su último acercamiento, el piano está cerrado con llave, lo que parece una señal de que no caben más esperanzas, que todo está cerrado.

Para abrir y cerrar la narración y ayudar a percibir el cambio en el protagonista, se añade en la película un duelo. Stephan llega a casa después de haber sido retado a un duelo al que no piensa presentarse, pero se replanteará las cosas tras leer la misiva.

Otra modificación de importancia es que mientras que en el relato de Zweig la protagonista se vende a otros hombres pero jamás llega a casarse para estar disponible para él, en la película se casa con otro por el bien del niño.

Adaptar la novela al cine no era fácil, ya que, como se señaló arriba, está casi en su totalidad escrita en primera persona. Pero este punto se solucionó de forma magistral. Se huye del abuso de la voz en off, que hubiera sido el recurso fácil. En cambio se opta por introducir flashbacks que nos muestran lo que el protagonista está leyendo.

De vez en cuando volvemos al receptor de la carta, vemos cómo le va afectando la lectura, a la vez que se nos recuerda que lo que estamos viendo no es sino lo que está escrito en esa carta.

En esos flashbacks se juega con los planos para hacer que la historia se vea desde el punto de vista de la mujer y que el espectador empatice con ella: planos subjetivos de lo que ella ve, gran presencia de Lisa en escena... Esto se refuerza con la inserción de algunas líneas de voz en off que nos muestran los sentimientos de la protagonista mientras rememora sus vivencias, su punto de vista actual sobre su vida pasada. Vemos sólo lo que la protagonista ha podido presenciar, sólo lo que ella ha vivido.

Resulta curiosa también la repetición de escenas y planos en situaciones distintas. Por ejemplo la despedida en la estación primero del pianista y luego del hijo (en ambas los dos se van, en un sentido u otro, para siempre). O la vista de la escalera y la entrada al piso de Brand en picado, la cual vemos primero desde el punto de vista de Lisa que observa cómo entra su amado con una mujer y, más tarde, volvemos a ver el mismo plano pero esta vez es Lisa quien entra al piso con el pianista.

Algunas otras variaciones, sin ahondar en detalles, que podemos encontrar son: la importancia y el sentido de las rosas blancas, el lugar donde se traslada la familia de Lisa, el número de citas iniciales, el lugar y la forma del último encuentro... Pero lo más importante, el sentido final de la historia se mantiene como en el original.

Me parece una muy buena adaptación. Me pasa lo mismo que con la novela, no llego a empatizar totalmente con la protagonista (se ve que soy muy poco romántica), pero a pesar de todo me parece un peliculón. Muy recomendable.


Supercinexín para Grupo-Cineparagourmets
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2 comentarios:

  1. Gracias por el artículo, Supercinexín. Hace mucho tiempo que no leo a Zweig... y no he visto la película (la veré).

    Por cierto, pinchando este enlace se puede ver la peli online. Por si interesa...

    Saludos

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  2. El artículo, como siempre, im-presionante. Muchas gracias por compartirlo.
    La película recuerdo haberla visto hace ya muchos años... Tal vez demasiados. Habrá que refrescarla.

    Salu2

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