viernes, 29 de enero de 2010

Inhabitants y Life, de Artavazd Peleshian

Hoy os propongo dos muestras de un cineasta bastante desconocido y ciertamente poco prolífico: Artavazd Peleshian.
Sí, sí, no se me ha hecho un nudo en los dedos sobre el teclado, os juro que se escribe así, o así: Артавазд Пелешян

Hay quien dice que Artavadz (la confianza que nos tenemos me permite el tuteo) es de origen ruso, probablemente por el porte serio que se aprecia en la imagen de la izquierda, o porque para los que tenemos cierta edad todos los soviéticos eran "los rusos", pero no, si lo conocieseis en la intimidad rápidamente detectaríais su fino humor armenio de Leninakan, cosecha de 1938.

A pesar de su corta filmografía, tan solo diez cortos y mediometrajes según la IMDB, trece según me dice él, Artavadz goza de muy buena fama en el medio. Su compatriota Sergei Parajanov dijo de él que era "uno de los pocos auténticos genios en el mundo del cine", y parece que Godard lo calificó como "el cineasta más importante del mundo". ¡Toma ya, nada menos! A él no le gusta hablar de sí mismo, pero yo sé que está de acuerdo.

Efectivamente, es uno de esos tipos raros que se expresan con la imagen, no en vano fue compañero de estudios de Tarkovski y Konchalovski, así que su cine ha recibido todo tipo de calificativos raros: cine-ensayo, cine-arte, creador del "distange montage", que sabe dios qué será...

Os traemos dos muestras de su cine, dos cortos muy distintos entre sí.

El primero es Inhabitants (Obitateli, 1970), que es como un documental de la 2, pero en bueno. Viéndolo probablemente se os venga a la cabeza algún que otro documental moderno de mucha fama, con pajaritos u osos nadadores y mucha imagen aérea. Nada que ver, claro. Una auténtica película de acción con un montaje y un ritmo que hacen enrojecer a Tarantino y sus cuñados. Lamentablemente no hemos encontrado un enlace de mayor calidad.

El segundo es Life (Kyanq, 1993), y es todo lo contrario, la sencillez hecha imagen, o como se puede contar algo sin mostrarlo, o mostrándolo parcialmente. Si bien el corto es muy emocionante, no sé si es muy apto para gestantes, quizás sí. La verdad es que yo lo hubiese terminado en el minuto 5 y 34 segundos, cuando de pronto se produce una trasmutación y la tierna criatura se convierte en un bicho de ojos negros, al que de repente se le riza el pelo, ¡¡¡Arrgghhh!!! Pero hasta ahí me parece fantástico.
Hay quien califica este corto como el mejor de todos los tiempos. ¡Toma ya, nada menos!

Espero que os gusten, y si no decídmelo y se lo comunico a Sergei y a Jean-Luc cuando los vea.




5 comentarios:

  1. Conocía a este hombre (aunque yo no he intimado con él) porque hace años pude ver algunas prácticas del VGIK de Moscú. Entre otros, un corto de Tarkovski, uno de Mikhalkov, uno de Peleshyan... ¡Toma ya, nada menos!

    La práctica que proyectaron de Peleshyan es "El Comienzo" ("Skizbe"), de 1967. Un trabajo de montaje BRUTAL sobre la revolución de Octubre de 1917. Recomiendo, con permiso del Chef, que lo veáis como añadido a las dos joyitas de arriba. Está en Youtube, con mala calidad, eso sí. Sale poniendo en el buscador Beginning Peleshian.

    De los dos cortos que has puesto, me gusta mucho más el primero, pero los dos están muy bien. El segundo, coincido contigo en que pierde mucho en el momento del "crecimiento abrupto".

    Y, por cierto, a ver cuando me presentas a tu círculo de amigos jajaja

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  2. Otro corto muy recomendable de Pelechian es "Fin (Verj)" Sus dos inquietantes minutos finales me parecen fantásticos.

    Por cierto Supercinexín, ¿tú sabes si se pueden conseguir textos de este hombre en español?

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  3. Pues me da que es complicado. No sé si hay algo traducido a nuestro idioma. Desde luego, si existe, yo no lo he encontrado. Fragmentos de algún texto sí, pero nada, frases sueltas.

    Si algún día veo algo traducido te aviso. Y si lo ves tú, ya sabes, avisa también.

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  4. Muy interesantes. Aunque en el primero me faltó oír el grito pelado de Tarzan... al menos para dar una pausa ante tanto ritmo. El segundo me sorprendió por su sencillez extrema, lejos del formalismo del primer corto. Sus teorías acerca del montaje (o anti-montaje) resultan bastante interesantes. ¿No os recordó a Vertov?

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  5. Pues sí, Enrique. En muchos aspectos recuerda a Vertov.
    También en algunos trabajos me recuerda a Eisenstein y también, sobre en algunos aspectos paisajísticos, a Dovzhenko ("Zemlya", por ejemplo).

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