martes, 11 de agosto de 2009

El fuego y la palabra

Dejando aparte valoraciones acerca de si existe o no Dios, esta película nos enseña la necesidad que tenemos los seres humanos de agarrarnos a algo, sea Dios o los fichajes del verano de nuestro equipo favorito. Sea como sea estamos aquí ante una película que nos enseña tanto las bondades como las maldades del ser humano.

La película nos cuenta la historia de un vendedor ambulante, charlatán y bastante caradura (Burt Lancaster, ganador de un merecido Oscar), descubre que la fe cristiana puede ser una buena forma de ganar dinero. Puede que sienta una debilidad hacia este actor, lo cual no es nada extraño, pero pienso que nadie podría haber interpretado mejor que él a este personaje, y sólo con sus cínicas carcajadas demuestra la facilidad que tiene para adular a la gente de quien quiere conseguir algo. Pero este personaje no es todo interés (...Andrés), sino que evoluciona por el amor que siente hacia Jean Simmons (¡qué guapa!), una predicadora con mejores intenciones que él.

Nos enseña, además, el fanatismo que hay en EEUU con la religión, y la doble moral que existía, existe y existirá en todo tipo de sociedades, ya sea en nombre de la religión, la política, el periodismo..., en la que los "líderes" de la sociedad se atreven a criticar lo que ellos mismos hacen en sus casas. Pero lejos de ser sólo una fiera crítica a los predicadores, creo que también nos enseña su lado bueno y que también hay gente con buenas intenciones, como en todos lados...

Los diálogos son magníficos, magníficamente interpretados, no sólo por el ya comentado Burt (con un papel para su lucimiento), sino por todo aquél que se pone ante la cámara, especialmente la Simmons y la guapísima rubia Shirley Jones (nótese el uso del superlativo), la cual también se ganó el Oscar, por no olvidar el papel del periodista...

El director Richard Brooks fue también creador de otros clásicos como La gata sobre el tejado de Zinc o Dulce pájaro de juventud, las dos con un joven Paul Newman, y cumple con su cometido sobradamente ya que la historia no decae en ningún momento a pesar de sus casi 2 horas y media de duración, y que el tema no sea "atractivo" a primera vista, por su ausencia de persecuciones, tiros, sexo y demás "cepos" que suelen poner las productoras.

En definitiva, película altamente recomendable que no sólo nos entretendrá sino que, para variar, nos hará pensar ante la pantalla.

Calificación:8,5/10

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