Completísima adaptación del diario del Ché, no cae en el panfletismo y sí en lo ambiguo y la aparente neutralidad. El retrato de este personaje mitificado por unos y tachado de sádico sanguinario por otros es una tarea muy complicada desde el punto de vista del director que se lanzase a llevar a cabo este proyecto. Steven Soderbergh mantiene una aparente neutralidad, que no debe ser tanta, cuando muchas de las escenas son exactas a las que describe el propio Ché en su diario. La primera parte de la cinta (o la primera película según se vea), nos cuenta la andadura de Guevara en Cuba y su relación con Fidel, que marca indudablemente su devenir. De origen argentino y nacido en el seno de una familia aristócrata de el país andino, con creencias socialistas, no fue hasta su entrada en la revolución cubana de la mano de Fidel Castro cuando se despierta su lado comunista mas exacerbado. Magníficamente interpretado por Benicio Del Toro y con unos secundarios minuciosamente conseguidos, la película nos acerca a la realidad de la guerrilla y la revolución cubana. El montaje es de alabar, máxime cuando el metraje original es de unos 240 minutos.
La desmitificación del Ché es algo plausible en el producto que nos plantea Soderbergh, nos muestra al personaje vulnerable, que es herido, que ama, que sufre y que termina muriendo por sus ideas. Estas ideas hoy por hoy obsoletas, son la causa de su lucha no entendida por casi nadie, excepto por los revolucionarios cubanos y algún comunista interesado. El Ché no entiende la injusticia y eso es lo que le encoleriza y le lleva a ser implacablemente violento, una violencia mal entendida y mal encauzada. Sus escritos son bellísimos a la lectura y en ocasiones con voz en off perfectamente cubaneizada nos la recita Sorderbergh.
La segunda parte de la cinta es su etapa al frente de la guerrilla. El Ché renuncia a su status en la sociedad cubana, deja el ministerio de industria y la presidencia del banco nacional cubano, para alejarse de Fidel y emprender una cruzada por distintos países del tercer mundo. La cinta nos muestra sobre todo su etapa en Bolivia y su lucha armada en este país así como la intromisión de la CIA y su asesinato clandestino en una choza de la selva boliviana.
La película mantiene el pulso de la acción, no decae y respira cine de alta escuela, están magníficamente rodadas las escenas de lucha en guerrilla y con un sonido en alta definición muy bueno.
Por último solo queda ahondar en el tema de si la película es neutral o no, de si pretende crear opinión o no, pues yo pienso que es todo lo neutral que puede ser, dado la repercusión que tiene un personaje como el Ché. Sí diré que me parece honesta y digna y que solo visionándola y dejando en el ambigú nuestras consideraciones y valores socio-políticos podremos analizar realmente esta película.
Qué buena entrada, Gourmet! A mí me gustó mucho la primera parte (la segunda no la vi). Estoy contigo en que el montaje es de admirar: explica todo muy bien y se aleja de lo intrascendente del Ché y la revolución cubana. Me gustó mucho como dibuja el personaje desde su humanismo y su ideología. Hasta otra, Gourmet; espero ver pronto la segunda parte.
ResponderEliminarCuando la estrenaron, en dos partes, me dije que ya la vería, si acaso, entera.
ResponderEliminarAlgún día me atreveré, porque el amigo Soderbergh me tiene un pelín escamado. Tu entrada me anima a ello y conste que el temor es grande.
Un abrazo.
Debe ser de las pocas críticas que he leído sobre esta peli que la ponen tan bien. No la he visto todavía, y no pensaba verla, pero ahora me entran las dudas.
ResponderEliminarSaludos!
A mí la primera parte me parece fascinante. Yo la he visto varias veces y creo que es una película magnífica. Con un final que adelanta el desencanto que nos produce a todos el final del Che, que es el final de una utopía y de una ilusión por un mundo mejor, le pese a quien le pese y con todos los matcies a los métodos empleados que cada cual quiera encontrar. Un final soberbio éste de la primera parte cuando el Che manda devolver el cadillac incautado. En este gesto se peronifica uno de los grandes bofetones de realidad que suelen llevarse todos los idealistas: "para esto hacemos las revoluciones?, para robar cadillacs?", se pregunta el Che, mientras que los suyos se preguntan "es que no hacemos las revoluciones para esto?, no las hacemos para tener un cadillac?...". Me recuerda a cuando Gustavo Bueno hablaba sobre la caída del muro de Berlín y opinaba que cuando la gente saltaba el muro gritando "Libertad!!!" lo que en realidad querían decir era "Quiero un Mercedes!!!".
ResponderEliminarMe encanta cómo está rodada y la fluidez y naturalidad de los diálogos. Benicio del Toro está de Oscar.
La segunda parte no mantiene el nivel pero es una película notable, sin duda.
Absolutamente recomendables ambas, pero, sobre todo, la primera. Yo también creo que Soderbergh se mantiene todo lo imparcial que uno puede mantenerse al abordar el biopic de un personaje como el Che Guevara, con sus luces y sus sombras. Las que nos acompañan a todos nosotros también en nuestras acomodadas vidas.
A mí me gustaron ambas partes.
ResponderEliminarNo creo que, el hecho de que Soderbergh aproveche bastante del Diario de Bolivia del Che, le quite imparcialidad a la película ya que el libro no está escrito para darse autobombo sino para ir tomando nota de los hechos cotidianos del grupo de guerrilleros, de sus problemas de entendimiento con algunos líderes comunistas bolivianos, etc.
Recuerdo que la primera vez que lo leí, se me cayó abajo el mito del Ché aventurero y pensé que eso de ser guerrillero era de lo más monótono y aburrido...
Saludos.
Es verdad Javi, una de las cosas que hace sólida la película es que trata el mito con sus luces y sus sombras.
ResponderEliminarY es que, como bien dices Guionista, lo de ser guerrillero debe ser algo muy duro, y no solo por el peligro de la acción o las penurias de la clandestinidad, sino también por las disputas "internas" de los que ven peligrar su chiringuito, o tienen otra forma de ver la acción, o, o, o....
En este sentido lo que comentas, Mr. Lombreeze es muy atinado, también de lo que más me gustó de la peli, la constatación de que lo que parece un idealismo compartido se desmorona cuando se enfrenta a la realidad cotidiana. La frase de Gustavo Bueno genial y descorazonadora.
ethan, Josep, darle una oportunidad si tenéis a bien. Coincido en el escame con Soderbergh, cuyo cine da unos bandazos considerables y que tiene cierta tendencia al "esteticismo" sin mucho fundamento, pero no es el caso.
En parte me pasa como a Josep, me propuse el ver las dos partes en cuanto me hice con una copia en dvd, pero es que el cine de Soderbergh...
ResponderEliminarHaré propósito de enmienda y con unas buenas dosis de bicarbonato o almax, quizás...
Un saludo.