'Sin techo ni ley' es probablemente la mejor película de Agnès Varda, esa mujer que hizo Nouvelle Vague antes de que los jóvenes del Cahiers du Cinéma inventaran el término, si bien es cierto que en dura pugna con su excelente producción documental.
Como en todo su cine, "toda historia tiene que empezar por una emoción que trastorne al artista", y en este caso la emoción nació "del estupor ante la gente que todavía hoy muere de frío en las calles. ¿Cómo es posible?".
Otro elemento que le impresionó y que marcó la película fue comprobar "cómo la gente, poco a poco, va soportando mal la suciedad. Hay dificultades en el diálogo entre un blanco y un negro, un rico y un pobre, entre un joven y un viejo, pero entre un sucio y un limpio hay un gran abismo".
El tercer factor que compuso el personaje de Mona es el de los jóvenes vagabundos sin hogar, sin abrigo.
A partir de ahí inició su proceso creativo documentándose, investigando, "como suele hacer el escritor al preparar su siguiente libro". Durante dos meses visitó los lugares donde van los vagabundos, los asilos, los bancos de sangre, erró por las estaciones de noche para conocer a los que allí duermen, anduvo por las carreteras... hablando, escuchando, aprendiendo. Un sistema personal que ha dado en llamar "cineescritura".
En ese periplo conoció a Setina, una vagabunda que recogió en la carretera cerca de St. Etienne du Grès y que se convirtió en su mejor informadora. Tanto, que la productora le pagó por sus ideas.
Una oportuna coincidencia, porque Varda quería narrar la vida de una joven mochilera. Nos cuenta: "Mona es una chica de hoy. Lo digo porque en el medievo ya había vagabundos, gente sola en los caminos. Las mujeres solas en el camino son algo nuevo, es un fenómeno relativamente reciente. Me impresionan más que los chicos. Es sencillamente impresionante. Vi a chicas que acampaban solas bajo la nieve o durmiendo a menos 4 grados en un portal. Las he visto, en los asilos. En general, no parecían quejumbrosas ni miserables."
Solo tras ese aprendizaje vital se permite Varda meterse en el guión. Aunque en este caso ni siquiera, porque parece que no contó con un auténtico guión ni un verdadero plan de trabajo, tan solo con algunas ideas: "Quería mostrar a esa chica muerta de frío al comienzo de la película para dejar al personaje sin esperanzas. Esa imagen terrible refleja hechos que me molestan. Sí, a finales del siglo XX, a pesar de tanto progreso, aún se moría de frío.
Por desgracia aún es así, 20 años después. Mueren los vagabundos, los pobres, las ancianas y esta chica sola. Imaginar la realidad de su muerte y lo que la precedió, imaginar esa imagen terrible y mi gran indignación ante ciertos sucesos fue lo que me dio la energía. El frío mata a Mona. Ella estaba sublevada. La película también lo está."
El rodaje se decidía día a día, sometido a los azares del tiempo, de los encuentros, de la luz, de la supervivencia, haciendo convivir a actores profesionales con no profesionales, a medio camino entre el documental y la ficción.
Sandrine Bonnaire, la chica que con tan solo 17 años y medio encarnó a Mona, papel por el que obtuvo el César a la mejor actriz, nos cuenta la calculada falta de indicaciones: "No entendí gran cosa. Hice mi papel, estuve presente, a veces ni siquiera actué. No tenía suficientes referencias, era mi tercera o cuarta película. Era como si se tratara de estar presente."
Pero Varda tenía algunas cosas claras, por ejemplo que para la música que acompañaría a "la mujer que camina sola" quería contar con una compositora. No conocía a ninguna actual, así que se fue a la tienda del Lido y un melómano vendedor le propuso varias audiciones. Entre estas escuchó "La vita", un cuarteto de Joanna Bruzdowicz que la conmovió y que se convirtió con distintas variaciones en la música de la película.
Y la música es muy importante, sólo suena cuando Mona camina y sirve de hilo conductor para otra de las cosas que Varda tenía claras: la construcción de lo que llamaba "GS", la gran serie, doce travellings con movimiento de derecha a izquierda cuando Mona camina sola.
Cuenta Varda: "Esos travellings tienen algo especial. Al final de uno de ellos, la cámara deja a Sandrine y se detiene en una herramienta agrícola. Y el travelling siguiente, 5 ó 6 minutos después, empieza con una herramienta agrícola y termina en una reja, por ejemplo. Imaginé que una cierta memoria visual, una persistencia retiniana, haría que la gente pudiera sentir o adivinar la relación entre los travellings. Termina en una cabina y el siguiente empieza en una cabina."
Quería encadenar los travellings, encadenarlos a distancia. Encadenarlos realmente era quizá demasiado, se explicaba todo. Sigo pensando que ciertas personas sintieron que había una especie de gancho, de enlace, virtual y espaciado. Era una forma de decir que Mona caminaba de forma continua, sólo los encuentros interrumpían su marcha. Pero lo cierto es que Mona camina hacia la muerte, al compás de las notas de 'La Vita'."
El rodaje fue duro para todos y especialmente para Sandrine Bonnaire, que durante dos meses no pudo lavarse el pelo con agua, se lo lavaba en seco para evitar los piojos, le ennegrecieron los dientes, le pusieron cola en los labios...
El paso del tiempo lo percibimos a través del deterioro de lo poco que tiene Mona, su ropa. El cierre de la chaqueta se va estropeando, las botas y el saco de dormir se desgastan... Pero claro, los rodajes casi nunca se hacen de forma cronológica, lo que obligó a tener prendas en distinto estado. Por ejemplo, tenían tres pares de botas, unas desgastadas, otras con la cremallera rota y otras destrozadas, que iban utilizando dependiendo del momento de la historia.
Ante la sorpresa de la realizadora, 'Sans toit ni loi' fue seleccionada para el Festival de Venecia, donde ganó el León de Oro a la mejor película. "Me sentí dichosa esa noche porque Fellini estaba presente. Un perro de plata hubiese sido más acorde con esta historia en la que los perros son agresivos o errantes."
Para su promoción se pusieron carteles en el metro que sugerían que cualquier chica podía caer en el vagabundeo. Tres imágenes sucesivas mostraban tres etapas: la primera de pie, después sentada comiendo y la última tirada, dormida en un banco.
Para terminar, dos citas más de Agnès Varda:
"Para mí Mona no significa la libertad. Significa la rebelión. Para mí es la persona que dice no. No se sabe muy bien hacia dónde va. Para mí la libertad tiene algo de activo. Mona dice: quiero que me dejen en paz. No busca nada, ni siquiera la idea de libertad. Sólo quiere hacer lo que le apetezca en el momento y decir no a todo lo demás."
"Me apasionó, me enseñó mucho sobre mis deseos de realizadora. Los realicé en este rodaje, completamente. Crear un personaje fuerte y que sea bien interpretado en una ficción sobre un tema social. Impregnarse de los lugares. Transmitir las variaciones del espacio. Filmar esta ficción con una textura de documental. Conmover e interrogar a los espectadores. Convertirlos en testigos."
Ahora es vuestro turno: ¿Ha logrado conmoveros? ¿Qué os parece 'Sin techo ni ley'?
En el próximo Cinefórum hablaremos de... "Fresas Salvajes"
El cinefórum del 23 de marzo vamos a dedicárselo a uno de los grandes maestros del cine europeo: Ingmar Bergman. Entre todas sus obras hemos seleccionado 'Smultronstället (Fresas salvajes)', película rodada en 1957, que, como muchas películas del director, traspasó fronteras, logrando un enorme éxito internacional. Así, estuvo nominada al Oscar al Mejor guión original, obtuvo el Globo de Oro a la Mejor película extranjera y el Oso de Plata en el Festival de Berlín.
Con un soberbio Victor Sjöström, acompañado por Bibi Andersson e Ingrid Thulin en los papeles protagonistas, Bergman nos ofrece un relato sobre la vida, la muerte, la vejez, el paso del tiempo, lo que dejamos atrás, lo que nos queda por delante... Una historia donde confluyen sueños, recuerdos y realidad. Todo ello envuelto por esa atmósfera tan especial y característica que algunos maestros del cine escandinavo, como Dreyer y el propio Bergman, lograron transmitir. Hay que destacar en este sentido el trabajo de Fotografía de Gunnar Fischer.
Aquí os dejamos algunos enlaces con comentarios y datos sobre la película:
- En alohacriticon podéis encontrar algunas reseñas.
- También podéis consultar Wikipedia. Os pongo el enlace a la edición en inglés, que es más completa.
- En Miradas de Cine nos ofrecen un interesante análisis.
- En The Criterion Collection, en inglés, tenemos el Film Essay "Wild Strawberries", firmado por Peter Cowie.
- Y, como siempre, es interesante revisar las opiniones y aportes de otros usuarios en Filmaffinity.
Esta vez solamente hemos localizado la película online doblada. Recomendamos que intentéis verla en V.O.S. y en mejor calidad. Pero por si acaso no conseguís una copia mejor, aquí la tenéis:
Suena interesante, será mi "primera vez" con el cine de Agnès Varda.
ResponderEliminarCuando la veo comento.
Interesantísimo post. Me voy a hacer con esta peli cuanto antes. La verdad es que de esta directora solamente he visto su famoso documental Los espigadores y la espigadora.
ResponderEliminarEspero con impaciencia la próxima entrega, Fresas Salvajes. Por cierto, siempre he pensado que Desmontando a Harry era un remake de esta película de Bergman...
Estupendo David, luego nos cuentas, que tus análisis siempre son muy atinados.
ResponderEliminarMr. Lombreeze, ¿no te da miedo el tufillo nouvelle vague? ja ja ja. Bueno, por lo menos esta tiene poco de aburguesada.
Nunca me había dado por pensar en lo de Desmontando a Harry, pero ahora que lo dices tiene su aquel...
Me sonaba de algo esta directora, pero no sé de qué peli o por qué. Tiene muy buena pinta, y su premio en Venecia como mejor peli es algo a su favor. La apunto para comenzar con algo de esta directora. Un saludo, Gourmet.
ResponderEliminarDecía Varda que según su parecer Mona no buscaba la libertad, sino que sólo se rebelaba. Estoy de acuerdo con ella, yo también creo que la búsqueda de la libertad, sea esto lo que sea para cada cuál, requiere de proposición y no sólo de negación. Sin embargo resulta curioso lo fácilmente que se identifica la negación con la libertad, en la propia película varios personajes así lo hacen.
ResponderEliminarTambién creo que estoy parcialmente de acuerdo con el pastor cuando nos dice que las propuestas fracasadas no ayudan a luchar contra el sistema, aunque habría mucho que hablar sobre cuándo una propuesta se entiende como fracasada. En cualquier caso Mona no hace ninguna propuesta, es bastante dudoso que considere su actitud una lucha contra el sistema y desde luego no me atrevería a decir que lo que hace es un error.
No me atrevo a juzgarla, como no lo hace la película. Desconocemos demasiadas cosas para hacerlo, muy lógico cuando de lo que se habla es de excluidos, de los que desconocemos casi todo.
No sabemos porque la propia exclusión significa también aislamiento, soledad, desarraigo... es una forma de protección. Mona cuenta lo justo, casi nada. Pero además es que no queremos saber de ese mundo que desconocemos y que nos asusta, como al biólogo.
Leía un comentario en Filmaffinity de alguien que trabaja con vagabundos y sin techo, que decía sentirse conmovido por la verdad que transmite la película y que él vive a diario. Mi ignorancia sobre el asunto me impide decir algo así, pero desde luego lo que veo me resulta muy creíble y enormemente terrible.
Un comentario sobre algo que me resultó chocante y que creo que termina funcionando muy bien: los parlamentos de los personajes directamente a cámara, tan poco habituales en el lenguaje cinematográfico clásico. Al principio parece que se dirigen a la policía, o a esa narradora que no es otra que la propia Varda investigando qué ocurrió con aquella chica encontrada muerta de frío. Así empleado el recurso me recordaba a Ozu y sus contraplanos frontales. Pero según avanza la película la interpelación directa al espectador se hace cada vez más evidente, produciéndose en mitad de escenas que difícilmente justifican la presencia de un tercero más allá de nosotros mismos. Sí, igual que en el cine mudo soviético, pero con una diferencia. Allí se nos dan proclamas, un discurso, un mensaje, aquí se nos da información fragmentada, se nos convierte en los investigadores. Nadie más salvo nosotros terminamos conociendo todos los detalles, y aún así somos incapaces de comprender.
Dos apuntes más para terminar.
¡Qué fácil es envidiar! Parece increíble la cantidad de personajes que proyectan sus insatisfacciones en esa chica que les impresiona y nos impresiona. Todo un campo de reflexión se abre por aquí.
Y un mensaje para una amiga. ¡Cuánto habla de trabajo esta película! Jornaleros, inmigrantes, titulados con sueldos miserables, filósofos pastores... y Mona, que no se niega a trabajar para subsistir, pero que se niega a que el trabajo le marque la vida.
Un peliculón.
Pues Eduardo lo ha dicho casi todo. Película muy amarga y desesperanzada, parece que queda por imposible la búsqueda de una libertad total. Mona, que, si nos fiamos de ella, viene de un pasado de vida "normal", como secretaria, parece embarcarse en esta vida que conduce a la nada, en busca de una libertad radical que parece no existir. En el camino encuentra personas que parecen haber encontrado un equilibrio (el pastor), pero a costa de mucho trabajo y esfuerzo y estar sujeto a otro tipo de ataduras (aunque auto-elegidas, por decirlo de alguna manera)
ResponderEliminarMe gusta que no haya peroratas elegíacas acerca de la supuesta rebelión de Mona, un personaje que no cae simpático (a mí, al menos) y no se nos fuerza a la compasión.
También es curioso la reacción que provoca alrededor, sobre todo, como apunta Eduardo, esa sensación de envidia, absolutamente equivocada, proyectando sobre Mona y su vida sus propias frustraciones.
Muy acertado también el comienzo, la elección de empezar por el final me parece muy hábil en este caso.
En resumen, película muy amarga, desoladora, lluviosa, en un ambiente decadente, con esos parajes desolados, abandonados, sacados de alguna pesadilla de Antonioni, a quien me recuerda en ocasiones la película más que a la propia Nouvelle Vague, con ese vacío, esas escenas claramente no planificadas, esos momentos sublimes como por casualidad, espontáneos.
En este día tan amargo para los madrileños, no era la película que necesitaba ver, la verdad, pero agradezco a GCPG la oportunidad de conocer a esta película y esta directora, que desconocía.
Como los compañeros ya han dicho un montón de cosas y no quiero repetir demasiado, voy a ir en plan resumen:
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en que el personaje de Mona está más próximo a la rebeldía que a la búsqueda de libertad. Pero sobre todo me parece un personaje perdido, alguien que se está buscando a sí misma.
Creo que el tono empleado para contarnos la historia, con esa ficción clara rodeada de aspectos que se acercan al documental, es muy apropiado. Y el uso de personajes hablando directamente a cámara también creo que queda bien, aunque al principio choque un poco.
Sólo un apunte más: me resultó muy curioso el momento en que Mona parece que ha encontrado su sitio con el inmigrante y éste la echa. Es una de las pocas veces en que parece que a Mona le afecta algo de verdad.
Muy buena peli. Había oído hablar de ella pero no la había visto. Gracias por programarla.