lunes, 3 de enero de 2011

Cine para Degustar: 'El Festín de Babette'

Ahora que ya ha entrado el frío de lleno y muchos días da pereza salir de casa, retomamos una idea de hace unos meses que por imponderables quedó parada.

Pues sí, amigos. Os proponemos calentaros al lado de los fogones elaborando una receta que salga en una película para luego degustar vuestro guiso viendo dicho filme... O antes de la peli... O después... O sin película... En fin, que eso queda a vuestra elección.

Esta vez hemos elegido una preciosa película del danés Gabriel Axel: 'El Festín de Babette' ('Babettes gæstebud'); película de 1987 que obtuvo el Oscar como Mejor Película Extranjera.


El guión, elaborado por el propio Gabriel Axel, es una estupenda adaptación de un cuento de Isak Dinesen (Karen Blixen). Aunque el relato se desarrolla en Noruega, Axel traslada la acción a la costa de Jutlandia, en Dinamarca. Pero pocas variaciones más hay, ya que la película se mantiene fiel a los puntos esenciales del texto de la escritora.

La trama es sencilla. Estamos en el siglo XIX. En una pequeña comunidad viven dos hermosas hermanas, Martine y Philippa (interpretadas por Birgitte Federspiel y Bodil Kjer), hijas de un pastor de una pequeña iglesia protestante. Desde pequeñas han sido educadas de forma completamente austera, renunciando desde siempre a todos los excesos y a todo tipo de placer terrenal. Aunque ambas tienen pretendientes y la posibilidad de abandonar ese tipo de vida, deciden seguir junto a su padre para servirle a él y a la comunidad. Tras la muerte de su padre, continúan su obra.

Han pasado los años y, ya mayores, su tranquila vida se ve alterada por un inesperado acontecimiento: huyendo de la Comuna de París llega Babette (Stéphane Audran) con una carta firmada por Achille Papin, antiguo pretendiente de Philippa. Las hermanas la acogen como cocinera a pesar de que sospechan que es una communard y, tras las dudas iniciales, encuentran en ella a una ayudante perfecta.

Pero un buen día Babette recibe una inesperada noticia: el número de lotería que sigue jugando en París por mediación de un amigo ha salido premiado.
Ahora que tiene dinero, Babette decide hacerse cargo de la cena del centenario del nacimiento del padre de las ancianas. Con ello pretende agradecer la bondad de las gentes que la han acogido y hacer que las rencillas que han ido aflorando entre los vecinos tras la muerte del Pastor, se disuelvan.
Los vecinos ven esta cena como algo pecaminoso, por lo que pactan no decir nada ni dar la más mínima muestra de disfrute. Pero los deliciosos manjares parece tener efectos mágicos sobre los comensales.

La película se puede dividir en dos partes. La primera comprende la puesta en situación: la presentación de las ancianas y su juventud y el cómo y el porqué de la llegada de Babette. La segunda abarca la preparación y el disfrute de la cena.

Con un planteamiento modesto y sencillo, 'El Festín de Babette' constituye una conmovedora reflexión sobre la fe, el amor, la amistad, las oportunidades perdidas, las emociones olvidadas, los sentimientos que retornan y sobre el arte.

Es una película de gestos, de detalles. Repleta de actuaciones contenidas y de miradas que dicen más que mil palabras. Hay que destacar el excelente trabajo de los actores, tanto los principales como los secundarios. Asimismo, cabe señalar la magnífica fotografía de Henning Kristiansen.

La receta que he escogido es una de las que salen tanto en el relato como en la película, ya que en este caso en el filme se ven más platos de los que se nombran en el texto de Isak Dinesen.
Se trata de los 'Blinis Demidoff'. Son una especie de pancakes cubiertos con nata y caviar. Ya, ya, ya lo sé. Que estamos en crisis. Pero no hay excusa, ya que el caviar lo podemos sustituir por algún sucedáneo, huevas de lumpo o similar, y lo podemos encontrar en muchos supermercados a un precio asequible.
Y si no, podéis cubrir las tortitas con lo que queráis. ya no serán Blinis Demidoff, pero seguro que también está bueno.
Los blinis se suelen hacer más gruesos que los crepes, pero eso ya lo graduáis vosotros a vuestro gusto.

Pues nada, coged el delantal y el gorro, que empezamos a cocinar. Ánimo, que es más fácil de lo que puede parecer.

BLINIS DEMIDOFF



INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

1/2 cucharada de levadura en polvo
150 gramos de harina
1/4 taza de nata montada
2 claras de huevo
1 taza de nata líquida
1 taza de leche
2 yemas de huevo
sal al gusto
1 cucharada de mantequilla
50 gramos de caviar

ELABORACIÓN

1- Disolver la levadura en la leche templada y mezclar con la mitad de la harina, formando una masa suave.
2- Tapar con un paño y dejar reposar unas 2 horas para que la masa crezca.
3- Mezclar las yemas con la nata montada y la harina restante y sal.
4- Juntar las 2 masas y agregarles las claras montadas a punto de nieve.
5- Cubrir la masa obtenida y dejar reposar 40 minutos más.
6- Para hacer los blinis, utilizar una sartén amplia antiadherente, engrasar el fondo y hacerlos de 1 en 1. Mantener calientes colocándolos en una bandeja de horno precalentada.
7- Para servirlos, poner 3 o 4 blinis en cada plato y cubrirlos con el caviar y la nata. (Si es posible, la nata adecuada es la agria).

(La receta está extraída de aquí.)

Y ahora sólo queda disfrutar... ¡Que aproveche!

10 comentarios:

  1. Otra de las secciones de este blog que aún no conocía. Pues hala, a remangarse a ver qué tal queda. Y a los que vivais o paseis por Madrid, os animo a ver la exposición La Cocina, en la Biblioteca Nacional.

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  2. Estupendo comentario y muy nutritivo.
    Todo lo que lleva masa me da un miedo de la leche, y si encima tiene crecer ya no te digo nada, no puedo con el suspense: ¿crecerá, no crecerá?

    Y por cierto, también para los madrileños, después de pasaros por la Biblioteca Nacional podéis acercaros a la Filmoteca y disfrutar del Gastrofestival. Esta no la ponen, pero sí otras suculentas pelis.

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  3. Pues parecen apetecibles estos blinis... pero creo que no intentaré hacerlos. Mi problema es que jamás consigo seguir una receta hasta el final. Por más que lo intento, cuando estoy a medio hacerla no puedo evitar improvisar y añadir ingredientes nuevos que voy encontrando en la nevera...

    Qué envidia, los madrileños: Por lo que decís, Ricar2 y Eduardo, tenéis un invierno cultural de lo más animado...

    Un saludo.

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  4. Ya añoraba esta sección, de veras, porque es doblemente nutritiva, y no creo que requiera más explicación.

    Nunca me he atrevido a montar la levadura, pero siempre hay un primer día... :-)

    Me ha parecido una muy buena receta (acorde con la película en la que se degusta) y me parece que haré la prueba, porque todavía me queda media lata de sucedáneo en la nevera.... :-)

    Un abrazo.

    p.d.: esta sección deberíais ofrecerla mensualmente... :-)

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  5. Ya nos contarás, Josep. Por cierto, recojo la sugerencia...

    Espero que también te animes tú, Guionista. Como ves, se trata de platos muy sencillos. Si sale mal, siempre le puedes echar la culpa a otros... ¡a nosotros!

    Efectivamente, los gourmets madrileños están de suerte...

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  6. Pues he podido resarcirme, aprovechando la entrada, viendo la película. No sé si me atreveré a elaborar el plato, hubiera preferido esas codornices en sarcófago...

    El momento de la comida, de comedia comedida, es muy bueno.

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  7. Me alegro de que te hayas animado a ver la película, Enrique. La verdad es que las caras de los paisanos durante la comida son de traca :-)

    No puse las Codornices en Sarcófago porque son bastante más complicadas de elaborar, pero aquí os dejo dos enlaces con dos versiones de la receta:

    Versión del Grupo Gastronómico Gaditano

    Versión de André Bonnaure

    Bueno, Enrique, si coges el punto a la elaboración de las codornices yo me desplazo donde haga falta para probarlas.

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  8. Ya ves, hace años que lucía en mi estantería, y nunca me había animado a verla.

    Pero leer la entrada me abrió el apetito, jaja. Si me atrevo con esas codornices ya os aviso, gourmets

    Saludos

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  9. Fantástica película: la redención a través de la gastronomía. Ferrán Adriá ponía esta película como ejemplo de lo que él intentaba conseguir como cocinero: hacer felices a sus comensales durante unas horas.
    Claro, que luego te llega la factura... pero eso es otra historia.
    Voy a mandar el enlace de tu entrada a mi colega bloguero-cocinero de cabecera.
    Saludos.
    P.D: Opípara la cena "sinde" que me recomendaste. Arrebañé el plato: muy buen artículo.

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  10. Me imagino del lado del que te pusiste en la cena-sinde, jaja...

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