Joaquim Jordà (1935-2006), Víctor Erice (1940) y José Luis Guerín (1960) son artistas contracorriente. Cada uno a su manera, cada uno con su particular forma de rodar, los tres se alejan del camino marcado por la industria. Si tuviera que elegir una palabra para definir a estos cineastas me quedaría con esta: Necesarios. En medio de las tendencias más comerciales, poder encontrar figuras que se mantienen al margen del flujo principal, regalándonos su personalísima forma de entender el cine, de ver la vida, constituye, al menos para mí, un respiro.
Víctor Erice, con sólo tres largometrajes, nos ha dejado algunos de los trabajos de mayor belleza de nuestra cinematografía, filmes llenos de poesía.
Leemos en un reportaje titulado “Camino a la revelación” publicado en el diario La Jornada, de México, en febrero de 2000, preguntado por Mario Campaña:
P.- Usted ha realizado apuntes de los que se podrían deducir líneas generales de una poética cinematográfica personal, con menciones al cine no parlante, al documentalismo de Flaherty o al realismo de exposición de Rossellini, y en la que se siente también la inspiración de la pintura y la poesía. Más que a una tensión narrativa, sus películas parecen aspirar a una tensión poética construida por imágenes en su transcurrir. Se puede decir que su cine está hecho no sólo para ser visto sino además para ser contemplado y aprehendido, demandando una visión prolongada y libre del objeto que sea capaz de recrearlo y enriquecerlo. ¿Esta apreciación es correcta?
V.E.- Sí, lo es. Y creo que expresa muy bien algo a lo que, como cineasta, aspiro. Que las imágenes susciten en el espectador una actitud de contemplación y un descubrimiento es un objetivo que pertenece a los orígenes del cine. No es una aspiración de hoy, teñida de modernidad. Y es cierto que siempre me ha interesado mucho la relación que puede establecerse entre ficción y documental. De ahí las referencias a Flaherty, Murnau, Renoir y Rossellini, que se pueden extender también a los principales cineastas de la Nouvelle Vague francesa. Me conmueve de manera particular el cine cuyas imágenes discurren al compás de los hechos más esenciales de la vida, el que da cuenta sencillamente del paso de los días.
El cortometraje que os traemos, 'Alumbramiento', forma parte del proyecto Ten Minutes Older, en el cual 15 cineastas debían realizar un cortometraje de 10 minutos cuyo tema central era el tiempo. Un requisito era que apareciera un reloj al menos una vez.
Rodado en blanco y negro, Erice nos acerca a la España de los años 40, época plagada de miedos. Vida, muerte, paso del tiempo... Trabajo lleno de simbolismo y belleza en el que todos los elementos y el tempo, la cadencia de la narración, están perfectamente medidos.
Víctor Erice, con sólo tres largometrajes, nos ha dejado algunos de los trabajos de mayor belleza de nuestra cinematografía, filmes llenos de poesía.
Leemos en un reportaje titulado “Camino a la revelación” publicado en el diario La Jornada, de México, en febrero de 2000, preguntado por Mario Campaña:
P.- Usted ha realizado apuntes de los que se podrían deducir líneas generales de una poética cinematográfica personal, con menciones al cine no parlante, al documentalismo de Flaherty o al realismo de exposición de Rossellini, y en la que se siente también la inspiración de la pintura y la poesía. Más que a una tensión narrativa, sus películas parecen aspirar a una tensión poética construida por imágenes en su transcurrir. Se puede decir que su cine está hecho no sólo para ser visto sino además para ser contemplado y aprehendido, demandando una visión prolongada y libre del objeto que sea capaz de recrearlo y enriquecerlo. ¿Esta apreciación es correcta?
V.E.- Sí, lo es. Y creo que expresa muy bien algo a lo que, como cineasta, aspiro. Que las imágenes susciten en el espectador una actitud de contemplación y un descubrimiento es un objetivo que pertenece a los orígenes del cine. No es una aspiración de hoy, teñida de modernidad. Y es cierto que siempre me ha interesado mucho la relación que puede establecerse entre ficción y documental. De ahí las referencias a Flaherty, Murnau, Renoir y Rossellini, que se pueden extender también a los principales cineastas de la Nouvelle Vague francesa. Me conmueve de manera particular el cine cuyas imágenes discurren al compás de los hechos más esenciales de la vida, el que da cuenta sencillamente del paso de los días.
El cortometraje que os traemos, 'Alumbramiento', forma parte del proyecto Ten Minutes Older, en el cual 15 cineastas debían realizar un cortometraje de 10 minutos cuyo tema central era el tiempo. Un requisito era que apareciera un reloj al menos una vez.
Rodado en blanco y negro, Erice nos acerca a la España de los años 40, época plagada de miedos. Vida, muerte, paso del tiempo... Trabajo lleno de simbolismo y belleza en el que todos los elementos y el tempo, la cadencia de la narración, están perfectamente medidos.
Disfrutadlo:
José Luis Guerín, a cuya película 'En construcción' dedicaremos el Cinefórum de este miércoles, es un experto en difuminar la línea que separa la realidad de la ficción. Su forma de mirar, de transmitirnos las imágenes, está llena de sensibilidad. Guerín no va a la carrera. Se toma su tiempo para hacer la película que él quiere. Su película. Y cuando las cosas se hacen desde el corazón, se suele notar.
'Souvenir' es un breve trabajo rodado en 16 mm con un ligero aire experimental. Recuerdos, paso del tiempo, lo que queda, lo que se va... Ya se intuye la particular forma de ver el mundo y de entender el cine de José Luis Guerín. Como reconoció en el diario argentino La Nación: "Siempre intento preservar el hecho de que no todo esté cerrado. Estoy atento a lo que puede aportar el improviso, el accidente. Si filmo en la terraza de un café más que dirigir a las personas, me gusta crear pequeñas situaciones y esperar con mi cámara hasta que se produce lo que llamo el gesto revelador. La actitud del observador sería la de soñar películas, imaginar posibles relaciones entre las personas que ve. Creo que esa es la génesis del cine, miras e inventas sobre lo que ves. [...]".
Este cortometraje se emitió en el primer episodio (dedicado al vídeo doméstico, emitido en noviembre de 1985) de 'Arsenal', programa de TV3 realizado por Manuel Huerga, en cuya página podemos leer sobre el programa: "La idea consistía en recoger, mediante una selección de temas monográficos muy diversos, el espíritu de la época a través de sus tendencias artísticas, sociales y culturales, sin ningún ánimo periodístico o didáctico. 'Arsenal' trató de ser, en sí mismo, una aportación a la creatividad al tiempo que una innovación en los formatos televisivos, tratando de recoger la dispersión para presentarla de una forma más o menos coherente y transversal."
Hay quien ve en este trabajo un esbozo de lo que sería 'Tren de sombras'. Que lo juzgue cada cual:
'Souvenir' es un breve trabajo rodado en 16 mm con un ligero aire experimental. Recuerdos, paso del tiempo, lo que queda, lo que se va... Ya se intuye la particular forma de ver el mundo y de entender el cine de José Luis Guerín. Como reconoció en el diario argentino La Nación: "Siempre intento preservar el hecho de que no todo esté cerrado. Estoy atento a lo que puede aportar el improviso, el accidente. Si filmo en la terraza de un café más que dirigir a las personas, me gusta crear pequeñas situaciones y esperar con mi cámara hasta que se produce lo que llamo el gesto revelador. La actitud del observador sería la de soñar películas, imaginar posibles relaciones entre las personas que ve. Creo que esa es la génesis del cine, miras e inventas sobre lo que ves. [...]".
Este cortometraje se emitió en el primer episodio (dedicado al vídeo doméstico, emitido en noviembre de 1985) de 'Arsenal', programa de TV3 realizado por Manuel Huerga, en cuya página podemos leer sobre el programa: "La idea consistía en recoger, mediante una selección de temas monográficos muy diversos, el espíritu de la época a través de sus tendencias artísticas, sociales y culturales, sin ningún ánimo periodístico o didáctico. 'Arsenal' trató de ser, en sí mismo, una aportación a la creatividad al tiempo que una innovación en los formatos televisivos, tratando de recoger la dispersión para presentarla de una forma más o menos coherente y transversal."
Hay quien ve en este trabajo un esbozo de lo que sería 'Tren de sombras'. Que lo juzgue cada cual:
Casi toda la trayectoria de Joaquim Jordà se úbico predominantemente en el lado documental, pero no le gustaba la diferenciación drástica entre documental y ficción. Para él ambos se entrecruzan, son totalmente permeables.
Jordà nació en 1935. Época complicada. Su padre era notario en Santa Coloma de Farners (Girona), además de jefe local de Falange. Joaquim se licenció en derecho en la Universidad de Barcelona, convirtiéndose a pesar de (o quizá debido a) la educación dispensada por su familia, en uno de los fundadores de la célula antifascista de su facultad. Con 18 años ingresó en el Partido Comunista de España (PCE), del cual se distanciaría años más tarde. En lugar de ejercer como abogado, Joaquim se trasladó a Madrid para estudiar en el IIEC (Instituto de Investigaciones y Experiencas Cinematográficas), aunque no concluyó los estudios.
En Madrid se relacionó con gente del Nuevo Cine Español y se vinculó a UNINCI, productora cercana al PCE. Es con esta productora con la que realiza el corto que os proponemos ver: 'Día de los Muertos' (1960), película codirigida con Julián Marcos rodada el Día de Difuntos. Según Jordà: "Debía contener un 'documental dentro del documental' que era un paseo por el cementerio civil, cuya función era ilustrar, a través de la personalidades sepultadas, una especie de historia de los heterodoxos españoles de los siglos XIX y XX. La llegada de la policía interrumpió el rodaje y obligó a velar el material filmado para impedir la identificación de los asistentes. A posteriori, la censura obligó al corte de varios planos". (Nosferatu nº 52, abril 2006. Número dedicado a Joaquim Jordà).
El filme resultante, que finalmente quedó reducido a 12 minutos, se presentó en el Festival de Oberhausen.
Jordà nació en 1935. Época complicada. Su padre era notario en Santa Coloma de Farners (Girona), además de jefe local de Falange. Joaquim se licenció en derecho en la Universidad de Barcelona, convirtiéndose a pesar de (o quizá debido a) la educación dispensada por su familia, en uno de los fundadores de la célula antifascista de su facultad. Con 18 años ingresó en el Partido Comunista de España (PCE), del cual se distanciaría años más tarde. En lugar de ejercer como abogado, Joaquim se trasladó a Madrid para estudiar en el IIEC (Instituto de Investigaciones y Experiencas Cinematográficas), aunque no concluyó los estudios.
En Madrid se relacionó con gente del Nuevo Cine Español y se vinculó a UNINCI, productora cercana al PCE. Es con esta productora con la que realiza el corto que os proponemos ver: 'Día de los Muertos' (1960), película codirigida con Julián Marcos rodada el Día de Difuntos. Según Jordà: "Debía contener un 'documental dentro del documental' que era un paseo por el cementerio civil, cuya función era ilustrar, a través de la personalidades sepultadas, una especie de historia de los heterodoxos españoles de los siglos XIX y XX. La llegada de la policía interrumpió el rodaje y obligó a velar el material filmado para impedir la identificación de los asistentes. A posteriori, la censura obligó al corte de varios planos". (Nosferatu nº 52, abril 2006. Número dedicado a Joaquim Jordà).
El filme resultante, que finalmente quedó reducido a 12 minutos, se presentó en el Festival de Oberhausen.
Para finalizar, os dejamos un texto extraído de la revista Nosferatu (nº 52, abril 2006. Número dedicado a Joaquim Jordà) donde el director, preguntado si no tenía conciencia de haber formado una escuela, establece lo que él considera sus diferencias con Guerín y Erice:
"No, una escuela no, aunque tal vez sí un punto de referencia. En realidad, en la Pompeu Fabra hay dos referencias, una soy yo y la otra es José Luis Guerín, aunque somos muy diferentes. Él, siguiendo un poco el modelo de Víctor Erice, hace una película cada 10 años y yo, en cambio, procuro hacer una película cada tres meses, y aunque no lo consigo, últimamente sí hago una cada ocho meses, o así. Yo no soy un perfeccionista ni tengo muchas ideas previas... Guerín y yo tenemos maneras diferentes de hacer, de forma que hay gente que se apunta a su manera y otra que lo hace a la mía. La diferencia es que mientras que la escuela, digamos, Erice-Guerín es en el fondo indicativa, seguir un modelo, yo en cambio no inspiro ningún modelo. Algunos de mis ex alumnos me suelen decir que en algunos momentos de sus trabajos piensan en mí, pero yo creo que lo que en realidad quieren decir es que les gustaría charlar conmigo, no interrogarse si yo haría así tal o cual cosa. No es modelo ni referencia, sino un poder hablar, un poder sentarse a debatir".
La pena es no saber qué opinan Guerín y Erice al respecto.
"No, una escuela no, aunque tal vez sí un punto de referencia. En realidad, en la Pompeu Fabra hay dos referencias, una soy yo y la otra es José Luis Guerín, aunque somos muy diferentes. Él, siguiendo un poco el modelo de Víctor Erice, hace una película cada 10 años y yo, en cambio, procuro hacer una película cada tres meses, y aunque no lo consigo, últimamente sí hago una cada ocho meses, o así. Yo no soy un perfeccionista ni tengo muchas ideas previas... Guerín y yo tenemos maneras diferentes de hacer, de forma que hay gente que se apunta a su manera y otra que lo hace a la mía. La diferencia es que mientras que la escuela, digamos, Erice-Guerín es en el fondo indicativa, seguir un modelo, yo en cambio no inspiro ningún modelo. Algunos de mis ex alumnos me suelen decir que en algunos momentos de sus trabajos piensan en mí, pero yo creo que lo que en realidad quieren decir es que les gustaría charlar conmigo, no interrogarse si yo haría así tal o cual cosa. No es modelo ni referencia, sino un poder hablar, un poder sentarse a debatir".
La pena es no saber qué opinan Guerín y Erice al respecto.
P.S.: Os recordamos que si queréis repasar 'En construcción', desde aquí podéis acceder a lo película y a algunos enlaces interesantes.
Muy interesante. Mi asignatura pendiente de los tres es Guerín, no sé porqué nunca me llamó la atención. Me pondré a ello y en cuanto pueda me miro también los cortos.
ResponderEliminarLa verdad es que pasaba por aquí porque me he reído mucho con tu post en el blog de Javi acerca de lo egoísta que fue Rossellini con la Bergman, jajaj
Un saludo!!!
Muy justo homenaje al cortometraje español, parte de lo que queda del cine en España. No conozco mucho la obra de Jordá, pero la referencia a Erice y a Guerín es, desde luego, necesaria. Dos ejemplos, no sólo en relación a la cinematografía, de que los mejores creadores en nuestro país han quedado, en efecto, al margen.
ResponderEliminarErice es, sencillamente, esencial, genial. En mi blog he analizado en detalle su filme/documental "El sol del membrillo". Un lujo. Un autor a quien no dejaron ni iniciar "El embrujo de Shanghai", versión de la novela de Juan Marsé, en beneficio de un director más (digamos)servicial.
De Guerín hay que ver ese precioso homenaje a John Ford y "El hombre tranquilo" que es "Innisfree".
Saludos.
Excelente entrada de tres auténticos monstruos. Quizá Jordá es el más desconocido, muy injustamente, porque según mi parecer está entre los mejores documentalistas de la historia del cine.
ResponderEliminarTal como está la industria, en estos casos, casi podriamos hablar de héroes.
ResponderEliminarLos tres son imprescindibles. Como dice mi nombre es alma, en cierto sentido, podríamos hablar de héroes.
ResponderEliminarEl cine de Erice es poesía en imagen. Derrocha sensibilidad. Todo lo que he visto de él me ha encantado. Me parece muy curiosa (y entendible viendo el cine ambos) la relación tan estrecha que tiene con Kiarostami.
De Guerín me asombra su forma de mirar lo que le rodea. Pero mejor me reservo para el miércoles :-)
Estoy de acuerdo con Eduardo respecto a Jordà en que es uno de los mejores documentalistas que han existido, dentro y fuera de nuestras fronteras.
Muy interesantes los tres cortos, por cierto.
Felicidades por el blog! Sería para mi un honor que siguieras el mio! :)
ResponderEliminarun abrazo!
Gracias Denis y bienvenido.
ResponderEliminarVoy para allá a saludar.
El cortometraje es el gran olvidado en el cine español; cuando recuerdo que antes nos pasaban el no-do y ahora publicidad, rememoro las escasísimas ocasiones en que en un cine, como antesala, han ofrecido un corto.
ResponderEliminarEl de Erice y el de Jordá ya los conocía: de hecho, he ido insertando poco a poco casi todos los de Ten Minutes Older, y el mejor, desde luego, es el de Erice. Me encanta.
Saludos.
Hace tiempo había querido comentar en esta entrada, pero me quedé sin conexión por un tiempo y apenas me pongo al corriente. Quería decir que me parece de vital importancia que existan estas propuestas, que para que un cine avance y redescubra su identidad, se reconozca es necesario la búsqueda, el rompimiento y porqué no? retomar también la espiral. Pocos cineastas se atreven a mantenerse al margen, a arriesgarse, a decidir por el cine antes que por ellos, aún así sus nombres permanezcan en las sombras, el anonimato involuntario, el olvido. Pero sus obras, eventualmente, permanecen, trascienden, influyen. Para mi ha sido un grato descubrimiento esta entrada y me ha servido de inspiración y motivación. Gracias por compartir y saludos!!!
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