"No nos contentaremos nunca más con películas benévolas de mensajes humanistas, queremos la verdad: fascinación y sensaciones infantiles y puras, como en todo arte verdadero. Queremos volver a una época en la que el amor entre el director y su película era todavía algo fresco y cada imagen dejaba ver un auténtico deseo de crear."
Extracto del 'Primer Manifiesto de Intenciones' publicado el 3 de mayo de 1984 con motivo del estreno de 'El elemento del crimen (Forbrydelsens element)'.
"Los jóvenes están envueltos en una sólida relación con una nueva generación de películas. Los anticonceptivos que debían limitar la epidemia hacen que el control de los nacimientos sea mucho más eficaz. Ninguna criatura no deseada, ningún bastardo; los genios están intactos."
Extracto del 'Segundo Manifiesto de Intenciones' publicado el 17 de mayo de 1987 con motivo del estreno en Cannes de 'Epidemic'.
"YO CONFIESO"
"Al parecer todo está bien: El director de cine Lars von Trier es un científico, artista y ser humano. Y sin embargo, les digo: soy un ser humano. Pero soy un artista. Pero soy un director de cine.
Lloro escribiendo estas líneas porque he tenido una actitud presuntuosa: ¿con qué derecho puedo dar lecciones? ¿Con qué derecho me puedo burlar de la obra y la vida de los demás? ¡Tengo tanta vergüenza de que mis excusas –haberme dejado seducir por la arrogancia de la ciencia- parezcan una mentira!."
[...]
"Hay una sola excusa por la que atravesar -y forzar a otros a atravesar- el infierno que es el proceso creativo que resulta del armado de una película: el placer carnal que comienza en ese segundo definitivo que sucede en la sala de cine, cuando el proyector y los altavoces, al unísono, permiten a la ilusión del sonido y al movimiento estallar juntos, como un electrodo que -abandonándose a su orbita para generar luz- crea lo último: el milagro de la vida". Para el crítico de cine David Thomson, Trier "no conoce la realidad si no está atravesada por el cine. Sus movimientos responden a una cultura acumulada que se estrecha con esos segundos exquisitos en que la proyección tiene lugar."
[...]
"Someto al juicio divino mis tentativas alquímicas para transformar el celuloide en vida real. Una cosa es segura: la vida natural creada por Dios que encontramos al salir de la sala oscura no puede ser recreada, porque es Su creación, Su esencia divina."
Extracto del 'Tercer Manifiesto de Intenciones' publicado el 29 de diciembre de 1990 con ocasión del estreno de 'Europa'.
Abrimos esta presentación con tres citas de Lars von Trier porque 'Europa', su tercera película, no solo completa la trilogía del mismo nombre tras 'El elemento del crimen' y 'Epidemic', cerrando con ella la que se considera su primera experimentación formal, sino que también con los sucesivos manifiestos que acompañaron a cada estreno Trier nos puso sobre aviso de cuál iba a ser su posición en el futuro, es decir, no solo hacer cine, sino reflexionar (o no) sobre las formas de hacerlo, cuestionar (o no) la figura del creador, etc., etc.
La verdad es que no tenemos muy claro el objetivo final de sus manifiestos, el más famoso de los cuales fue el Dogma 95 que publicó años después junto con Thomas Vinterberg y otros, entre otras cosas porque Trier se ha ocupado de incumplirlos e incluso negarlos tanto en la práctica como en la teoría sistemáticamente. ¿Sentar cátedra quizás?, ¿convencernos de su genio?, ¿plantear debates de forma pública?... Quizás el propio Trier nos da la respuesta: "La provocación es una manera de hacer pensar a la gente (...) Les permite la posibilidad de que ellos realicen su propia interpretación". Desde luego esto último lo ha conseguido plenamente, porque tanto su personalidad como su obra y su teórica han hecho correr ríos de tinta. Tres muestras:
"...brillante en una forma que convierte al término en negativo. No conoce la realidad si no está atravesada por el cine. Sus movimientos responden a una cultura acumulada que se estrecha con esos segundos exquisitos en que la proyección tiene lugar." David Thomson.
"El problema de von Trier, pues, es que pone en escena la banalidad cuando cree estar hablando de trascendencia." Carlos Losilla.
"[...]von Trier no es nada más que un fanático religioso enfermo y jodido. Es como un Nietzsche de la cinematografía, que se piensa superior a todos los demás y que es un genio que lleva la verdad; arrogante y pesado, él mismo durante una conferencia de prensa tras la presentación de 'Antichrist' en Cannes, se declara como el “mejor director de cine del mundo”.[...]" Leonardo Garibay Castorena.
"[...]von Trier no es nada más que un fanático religioso enfermo y jodido. Es como un Nietzsche de la cinematografía, que se piensa superior a todos los demás y que es un genio que lleva la verdad; arrogante y pesado, él mismo durante una conferencia de prensa tras la presentación de 'Antichrist' en Cannes, se declara como el “mejor director de cine del mundo”.[...]" Leonardo Garibay Castorena.
Pero centrémonos en la película que nos ocupa, a ver si somos capaces y el ego del danés nos lo permite.
Desde obra maestra hasta tomadura de pelo, de todo hemos podido leer sobre la película, si bien es justo reconocer que en su estreno recibió casi unánimes alabanzas de la crítica especializada. Como la propia figura de su realizador, 'Europa' es una de esas obras que no deja indiferente a nadie.
Tachada de megalómana al mismo tiempo que descrita como personalísimo ejercicio de estilo con múltiples referencias. Donde algunos ven una justificación impresentable del comportamiento de la población alemana con el horror nazi, otros observan una mirada independiente, que no se deja influir por la propaganda aliada y que expone sin prejuzgar. Incluso a la propia figura del narrador, que tanto ha utilizado Trier en su cine y que aquí, como en otras, tiene una presencia crucial con la magnífica voz de Max Von Sydow, (a quien se dice que Trier hizo arrastrarse por el suelo boca abajo para conseguir de él una voz más terrosa) se le dan lecturas antagónicas. Para unos no es otro que el propio Lars von Trier, en su posición de Dios hipnótico controlando y sobre todo manipulando todo, tanto a sus personajes como al público, a los que dirige a su antojo. Otros creen que es una figura imprescindible para desentrañar la complejísima red de significados y líneas superpuestas, y en ocasiones opuestas, de la trama.
También el guión, escrito por el propio Trier con Niels Vorsel es objeto de similares controversias. Algunos consideran que es confuso, absurdo, aburrido, incluso de poco peso comparado con la potente apuesta estética. Lo cierto es que el guión ocupó nada menos que 600 páginas detalladas minuciosamente y otras 200 páginas de storyboards.
Hay quien ve influencias de Dreyer, lo que no sería raro, ya que este no solo es reconocido como maestro por el propio director, sino que uno de los artífices de la excelente fotografía es Henning Bendtsen, que trabajó a las órdenes del maestro danés. También de Bergman, incluso más allá de la elección de Max Von Sydow como narrador. Joe Brown, crítico de The Washington Post decía tras su estreno que era como una colaboración ideal entre Win Wenders y el David Lynch de 'Cabeza borradora'. Hal Hinson por su parte en el mismo periódico coincidía y ampliaba: "...es la experiencia visual más deslumbrante desde 'El cielo sobre Berlín' de Wim Wenders y, antes de eso, 'Hitler, una película sobre Alemania' de Hans-Jurgen Syberberg". Hasta homenajes a Hitchcock por su utilización del preludio musical de 'Vértigo' compuesto por Bernard Herrmann y por el uso del suspense en algunas escenas. Seguro que algo de razón tienen, pero también puede que hayan leído mucho a Trier, o tal vez sea Trier el que lee a sus críticos: "Por supuesto cojo prestada, por un momento la cámara de Hitchcock y la coloco en un paisaje de Tarkovsky, pero algo sucede en ese proceso".
Rechazada por el director en uno de sus cambios de posición teórica, allá cuando abrazó el ascetismo Dogma, lo cierto es que en 'Europa' ya se observa una de las constantes de todo su cine posterior: una visión trágica y pesimista de la vida y del ser humano.
También en lo formal explora terrenos que recuperaría y haría evolucionar en 'Dogville' y 'Manderlay'. Todo el rodaje se realizó en estudio, y si bien aquí sí usa maquetas y decorados, estos no pretenden ser naturalistas o reproducciones más o menos fidedignas de la realidad, sino interpretaciones de la idea de Europa que Trier quiere transmitir. Esto sin importarle en absoluto que se note que son maquetas o decorados, incluso recurriendo a proyecciones para recrearlos y a superposiciones de imágenes, integrando varios niveles en un mismo plano.
La película obtuvo en Cannes el Premio del Jurado y un par de premios técnicos, pero no la Palma de Oro para la que estaba nominada y que le fue arrebatada por 'Barton Fink' de los hermanos Coen. Parece que la derrota no le sentó muy bien a Trier, que aceptó el premio agradeciéndoselo al “enano” presidente del jurado Roman Polanski. Como dato curioso, para la presentación de la película en Cannes, se vistió con un esmoquin que había pertenecido a Dreyer, su admirado Dreyer.
En fin, lo hemos intentado, pero no lo podemos evitar. Para bien o para mal (seguramente para mal) la figura de Lars "von" Trier, o mejor dicho, el fenómeno Trier, tiene una presencia poderosa en todo lo relacionado con su obra, de modo que volvemos a él para conocer algún detalle de su vida que quizás nos de claves para entender su obra. O tal vez no sea más que otro manifiesto que solo espera a ser negado, quien sabe.
Parece ser que cuando tenía doce años su total desorientación en los estudios unida a los continuos pretextos que inventaba para no asistir a la escuela hicieron que fuese internado por sus padres en una residencia hospitalaria en Lundtofte, Dinamarca. Él siempre ha manifestado que su recuerdo de aquella experiencia es el de un hospital psiquiátrico y hay quien considera que aquello marcó de forma determinante su forma de hacer cine.
Trier creció creyéndose judío de sangre por parte de padre, hecho que marcó sus primeros trabajos. Sin embargo, allá por 1992, su madre, en el lecho de muerte, le confesó que quien él creía ser su padre en realidad no lo era. Y cuando fue a conocer a su verdadero padre, éste no quiso recibirlo. Como confesó a Stig Björkman: "nunca podré perdonar la traición a la que me sometió mi madre durante tantos años".
Intentando comprender un poco más al director, otras dos citas suyas:
"Soy tan egotista que imagino mi propia muerte, cinco o seis veces al día. Es casi patético..."
"He aquí mi confesión en negro sobre blanco: yo, Lars von Trier, no soy más que un simple masturbador de la pantalla".
Parece ser que cuando tenía doce años su total desorientación en los estudios unida a los continuos pretextos que inventaba para no asistir a la escuela hicieron que fuese internado por sus padres en una residencia hospitalaria en Lundtofte, Dinamarca. Él siempre ha manifestado que su recuerdo de aquella experiencia es el de un hospital psiquiátrico y hay quien considera que aquello marcó de forma determinante su forma de hacer cine.
Trier creció creyéndose judío de sangre por parte de padre, hecho que marcó sus primeros trabajos. Sin embargo, allá por 1992, su madre, en el lecho de muerte, le confesó que quien él creía ser su padre en realidad no lo era. Y cuando fue a conocer a su verdadero padre, éste no quiso recibirlo. Como confesó a Stig Björkman: "nunca podré perdonar la traición a la que me sometió mi madre durante tantos años".
Intentando comprender un poco más al director, otras dos citas suyas:
"Soy tan egotista que imagino mi propia muerte, cinco o seis veces al día. Es casi patético..."
"He aquí mi confesión en negro sobre blanco: yo, Lars von Trier, no soy más que un simple masturbador de la pantalla".
Y para que no se diga que no toca todos los géneros, a mediados de los 90 creó su propia productora de cine porno: "Puzzy Power". Y hay rumores (no sé hasta qué punto ciertos) de que él mismo dirigió alguna película para la productora, pero que lo dejó porque le salían películas porno "de autor" y no se vendían.
Para finalizar, pongamos un toque de humor. En el diario de rodaje de "Los Idiotas", Trier aconsejaba realizarse cuatro masturbaciones cada noche como método anti-insomnio. A raíz de esto, Jakob S. Boeskov publicó la siguiente viñeta en 1999 en el comic-book "The Egghead Trap", en un volumen dedicado a Lars von Trier.
Y la semana que viene hablaremos de... "Häxan"
Como podéis ver, la semana que viene le toca el turno a la sugerencia de nuestro amigo Crowley. Efectivamente, dedicaremos el Cinefórum a Häxan, película dirigida en 1922 por Benjamin Christensen. Una joya del cine mudo que recomendamos encarecidamente a todo aquel que no haya tenido la oportunidad de disfrutarla.
Aquí tenéis unos enlaces en los que se habla de la película:
- Empezamos con una crítica en Cinema de Perra Gorda.
- Tenéis otro comentario interesante en el blog Almas Sucias.
- En La mirada de Albert Emmanuel Vogler encontramos otro análisis curioso.
- También en esta ocasión podemos echar un vistazo a dos Film Essays en la página de The Criterion Colection: Häxan (de Chris Fujiwara) y Häxan: About the Music (de Gillian Anderson), ambos en inglés.
- Y, como no, siempre podemos ver las opiniones de otros usuarios en Filmaffinity.
Y por si alguno no la tiene a mano, aquí la podéis ver con subtítulos en inglés.
No he visto "Europa" y reconozco que me atrae muy poco el cine de von Trier. Pero una cosa es cierta, como tú dices, no suele dejar indiferente a nadie.
ResponderEliminarLa reseña me resultó muy interesante. Un saludo, amigo. Y a disfrutar de este último día de puente! ;-)
Hombre, la semana que viene mi adorada Haxän, ¡bravo!, ¡bravo!.
ResponderEliminarDe Trier sólo me ha gustado Rompiendo las olas y la serie The Riget, lo demás, incluído este Europa... no me ha convencido en absoluto.
Aunque hay que reconocer que es arriesgado y siempre consigue crear reacciones en los espectadores, lo cual ya es mucho.
Y por lo visto su biografía es de aupa!
Un saludo
Gracias por tu visita a mi blog, que además me ha permitido conocer el tuyo. Esta idea del debate semanal de una película es muy interesante, ya tienes otra lectora, pues.
ResponderEliminarSobre "Europa", un film a ver, interesante sin más, mucho ha llovido desde entonces en la filmografía de Von Trier. A mi me parece un autor a tener en cuenta, a pesar de sus excentricidades, porque hay bastantes detalles en el cine moderno independiente que se deben al camino recorrido por este cineasta. Eso que te confieso que no me gusta el Dogma (en general) ni algunas de sus películas, tampoco demasiado el personaje en sí mismo. La reseña, muy acertada, y puestos a la caricatura (por el chiste final), la parodia que hizo Muchachada Nui no tiene quien le supere. Los incondicionales de Trier, por supuesto, pusieron el grito en el cielo. Lástima que he estado buscando y ahora no la encuentro en el tube...
Saludos.
Pues yo reconozco que el cine de Trier me encanta. Vi Europa en su estreno, era la primera película que veía de él. Rompiendo las olas, sin embargo, me dejó totalmente desencantado, y no la he vuelto a ver. Pero a partir de ahí, todo lo que he visto me ha encantado (no he visto "sus" pelis porno, todo hay que decirlo).
ResponderEliminarA Europa sí he vuelto, y si bien el impacto inicial ha desaparecido, me sigue pareciendo estupenda. Formalmente, es un lujo asomarse a ella. Max von Sydow como narrador es otro de sus lujos. Bueno, esta noche sigo comentando, que me tengo que ir...
Gracias por tu visita, babel.
ResponderEliminarMe imagino que el vídeo a que te refieres es este.
A pesar de que Trier me parece un personaje repelete y pedante, me encanta el cine que hace. Además es un tío que intenta siempre innovar y que las más de las veces logra sorprender. Y eso ya es mucho en los tiempos que corren.
ResponderEliminarEuropa y El elemento del crimen son mis favoritas. Quizá la que menos me gusta es Los idiotas, y no convence el final de Rompiendo las olas (creo que le sobra un trozo). Pero el caso es que a todas sus películas les encuentro algo.
De Europa, que es la que nos ocupa, me encanta la estética. Me parece una joya a nivel visual. Me gusta muchísimo como juega con los distintos niveles dentro del mismo plano.
Y la historia en sí me parece muy interesante.
Es verdad que cuando la vuelves a ver, como dice Enrique, el impacto inicial no es el mismo. Pero sigo disfrutando un montón cada vez que la veo.
No soy una gran fan de Lars Von Trier pero Europa es una película que me gusta bastante.
ResponderEliminarEse aire confuso que tiene esta producción me parece muy acorde con la que siente el protagonista, que no se entera muy bien de lo que está pasando a su alrededor y como la historia está contada desde su punto de vista, es lógico que los espectadores también nos perdamos durante la proyección.
Visualmente me recuerda a veces a Dreyer y otras al Welles de El Proceso. El guión me parece también bastante kafkiano y me da la sensación (esto es una simple conjetura personal y puede estar equivocada) de que en aquella época Trier debía de estar bastante influído por determinados escritores ya que, en el caso de El Elemento del Crimen (mi película favorita de Trier) me recuerda muchísimo a los relatos de Borges (yo diría que la única manera de adivinar quién es el asesino en El Elemento del Crimen es haber leído a Borges porque el guión es típicamente borgiano.
Propongo otra película para el cineforum: Uno de mis vampiros favoritos, Nosferatu de Murnau.
Un saludo.
Era genial el Muchachada Nui con la esposa de Lars von Trier y de Spielberg, que eran vecinas con las calles pintadas como en Dogville, y se peleaban defendiendo los estilos de sus maridos.
ResponderEliminarA mí me parece un tipo curioso. En "Europa" no parecía tan "rompedor", pese a todo, como con todo lo que haría después. Me ha gustado mucho el análisis de La Guionista Reflexiva, son relaciones que es verdad que vienen a la cabeza tras ver la película.
Saludos. Espero que hayais pasado un buen puente, y que no os haya pillado la estampida de controladores.
El video de Muchachada Nui que dices, Ricar2, es éste. La verdad es que los de Muchachada Nui tienen puntos buenísimos. Aunque no viene al caso porque no es cinéfilo, yo creo que con el fragmento que más me he reído es con el de Robert Smith en la la villa de los rockeros muertos. Tremenda.
ResponderEliminarGuionista Reflexiva, anotamos tu sugerencia. ¡Y además una de Murnau!... Va a la lista de cabeza. En unas semanas la verás programada por aquí. En cuanto cuadre bien regresar a los años 20 (queremos intentar en lo posible alternar épocas y estilos).
A mi también me gusta Europa, y en general el cine de este hombre, que no él.
ResponderEliminarQuizás alguno me podáis explicar el personal día de la marmota del final de la película. ¿Tiempo para pensar, tanto el protagonista como nosotros?
Y en cuanto al desenlace, que no contaré por si lee esto alguien que no la ha visto, me pasaba por la cabeza algo que de alguna manera va en otro sentido a las típicas interpretaciones. Ni justificación nazi, ni denuncia de los desmanes de los aliados, cuando el protagonista se da cuenta de que todos le utilizan, de que todos son culpables, de que los alemanes son tan cuadriculados que unos zapatos no están limpios si no están marcados con tiza, como marca el reglamento, y por tanto que parece que no han aprendido nada, decide por fin pasar a la acción, dejar de ser ese personaje neutro y culpable. Y su acción es de castigo para todos, incluido él mismo.
Es sólo una posible lectura claro, pero eso es una de las cosas que más me gusta de la película, que permite muchas interpretaciones.
Muy de acuerdo contigo Guionista en tu referencia a Borges y su creación de mundos opresivos y laberínticos. Incluso la constante presencia de narradores recuerdan a él.
Me encanta eso de la marca de tiza en los zapatos, y en general todo ese uso del estereotipo alemán cuadriculado presente en toda la peli.
ResponderEliminarFrancamente Trier me cae mal, confieso que a veces veo sus peliculas deseando que sea mala para poder meterme con él, pero mejor o peor me gusta su cine.
Nosferatu, apoyo esa sugerencia guionista.
Saludos para todos.
Pues para continuar...
ResponderEliminarLo primero que me atrajo de la película es el aspecto formal. Son muy obvios la superposición de planos y el uso del blanco y negro en combinación con el color.
Pero a pesar de la obviedad, el resultado es excelente. El uso de diferentes planos refuerza, a mi entender, el distanciamiento entre el personaje y "Europa". Esta Alemania derrotada es vista como una película, en blanco y negro, donde el personaje intenta adentrarse. No intenta fundir ambos planos, o superponerlos. Más bien, el resultado es contrastarlos. Maravillosa escena, por ejemplo, tras el matrimonio, cuando él empieza a sentirse solo. Se dibuja un plano real, próximo, pequeño, sobre el fondo de ella, en grande, dormida.
El color lo utiliza con cuentagotas, a veces para que nos fijemos en un detalle, como en la escena del baño (el cuestionario) y remarcar su peso.
En otras, las que más me gustan, aquellas en las que se ve algo de color en esa Europa devastada que sólo el blanco y negro pueden representar.
Bien, los aspectos formales, como dije, fueron los que más me impresionaron la primera vez que vi la película. Ahora, después de revisitarla, me quedo más con el carácter hipnótico que le imprime la narración de Sydow y la metáfora del tren.
Lo del hipnotismo lo veo muy claro: se hipnotiza para desvelar algo oculto, y en cierto modo, para "curar" al paciente de algo que ha olvidado de una manera más o menos inconsciente. El espectador, ante esta sesión de hipnosis, sufre la reminiscencia de "su" pasado. El maniqueísmo del presente nos "obliga" a ver buenos y malos en la historia. Pero esta anamnesis nos revela lo desdibujados que están los contornos. Qué reveladora es, en este sentido, la imagen del vagón donde van los prisioneros, una imagen que recuerda a los judíos que iban a los campos de concentración... sólo que no son judíos: son alemanes.
Continúo...
El tren es otra metáfora impresionante. Lo primero es mirar a nuestro héroe: un americano con antepasado alemán viene a Europa al acabar la guerra. No sabemos muy bien la motivación de tal viaje, la película no lo deja claro. Parece ser que el hecho de que no participara en la guerra responde a un principio moral, no un acto de cobardía. Sin embargo, la Alemania que ha descubierto aquí no se presenta de forma ordenada y racional. Ningún alemán, en estos momentos, es "ordenado" y "racional". Pero además, para poder ver y comprender algo, nuestro héroe necesita tener una perspectiva, y la propia naturaleza del tren se la niega. Lo dice en repetidas ocasiones: "sólo conozco Alemania a través de las ventanillas del tren". Es más, ni siquiera conocía la totalidad del tren en el que viajaba. ¡Qué bella metáfora de la propia conciencia que asiste a la contemplación de la realidad!
ResponderEliminarUna gran película, sin ninguna clase de duda. Y el personaje Trier... sinceramente, me trae sin cuidado. Me gustan mucho sus películas, así que ¿para qué estropearlo?
Estupendo comentario Enrique, me ha gustado mucho. Solo dos apuntes, el primero de ellos puñetero, porque se entiende perfectamente lo que quieres decir:
ResponderEliminarLos prisioneros que se ven son alemanes no judíos, que los judíos también eran alemanes. No todos, evidentemente, pero los que iban en esa línea probablemente la mayoría.
Efectivamente, la película huye del maniqueísmo de buenos y malos, pero no creo que lo haga de señalar culpabilidades y responsabilidades, que no es lo mismo. Porque de lo que ocurrió en Alemania antes, durante y después de la guerra hay responsables.
Perdón, me expresé mal. Me refería a los nazis, claro.
ResponderEliminarEn cuanto a los responsables, claro que los hay. La denuncia de Trier, en este sentido, es apuntar a los responsables del otro bando que, por salir victoriosos, han pasado más desapercibidos.